martes, 30 de abril de 2013

PERFIDOS





Los por ahora irreductibles enemigos de N. S. Jesucristo, poseedores de los medios masivos de difusión, no pierden el tiempo y, más allá de las lisonjas propias de quienes se sienten representados por “el rabino Bergoglio” –como afirmara el rabino Bergman-, no dejan ni por un momento de atacar a la Iglesia y mostrar soberbiamente al mundo qué es lo que piensan de la Iglesia, del Vicario de Cristo y de la fe.
Así los medios de los Sposzlki, los Garfunkel y los más anónimos expositores de la mentira mediática, la confusión y, por supuesto, la pornografía, se solazan en ubicar a Francisco –con la ayuda de éste, está claro- en el simple papel de CEO de una gran empresa, dejando en claro qué desean represente para ellos la Iglesia Católica. Así lo hacen saber desde la revista de los millonarios made in USA “Forbes”, que se encargan de editar en Argentina.
Otros, en cambio, prefieren burlarse disfrazando a un monigote farandulesco o, en otro momento, burlándose del Papado a grupas del único tema que les preocupa, que es la adoración de Mammon.
Claro que este anticatolicismo público también es vehiculizado mediante el constante estreno de películas, obras de teatro o musicales afrentosos y de nula calidad artística. Por supuesto que nada de esto tendría lugar si la Iglesia Católica Establecida fuera católica, y no liberal y masónica. Cabe acotar, además, que estas muestras de desprecio y ataques a la Iglesia y nuestra Santa Religión se vienen registrando particularmente en Buenos Aires desde hace muchos años sin que NUNCA el cardenal primado Jorge Mario Bergoglio haya movido un dedo para responder a esta ofensiva, sin que JAMÁS protestara o hiciera actos de desagravio, ni siquiera cuando la mismísima Catedral metropolitana fuera profanada.  
Por supuesto, sabemos que esto no quedará así, que lo que los hombres no limpiaron lo va a limpiar Nuestro Señor -¡ay de ese día para los blasfemos e impostores!- y que finalmente los Garfunkel, Szpolsky, Magnetto y los como se llamen estúpidos servidores de Mammon tendrán que doblar sus rodillas ante Nuestro Señor. Mientras tanto seguirán molestando, ante el silencio abominable de quienes se dicen servidores de Dios.