jueves, 25 de abril de 2013

LO PARÓDICO




                       
“Lo Paródico es la imitación de Lo serio; cuanto más parecido a Lo serio sin serlo, es más eficaz en el arte de la comedia. No es lo mismo que Lo Cómico, no es lo mismo que Lo Falso, aunque participa de esas dos categorías.
Lo paródico no es hecho adrede: resulta de una degeneración o descenso de Lo Serio, como respecto de la religión, ese “descenso de una mística en política” que teorizaron Bergson y Péguy. De ahí que Lo Paródico no se puede atacar directamente sin peligro de lastimar lo que está detrás de esa corteza o ese tejido adiposo. Hay que usar las emanaciones radiactivas del humorismo.
(…)
La Argentina es actualmente un país paródico. En todo lo visible. No en su fondo; no en ese fondo del país real que oprimido y cuidadosamente recubierto parece estar alzando presión cuasi volcánica.
(…)
Hace un siglo Soren Kirkegor anunció que Lo Paródico se estaba adueñando del mundo; o por lo menos de Dinamarca.
Y que detrás de Lo Paródico se escondía Lo Demoníaco. Pero esa ya es otra historia.
Para concluir filosóficamente como habemos empezado, el remedio de Lo Paródico es Lo Auténtico, mantenido a toda costa, incluso hasta el martirio. (Además hace falta una revista humorística, no “jocosa” solamente). Dicen que uno “destruye”… ¡que Dios los escuche! Y no caen en la cuenta de que lo destruible y destruendo es una cosa roñosa; y que uno trata de destruirla desde lo que está detrás de ella, que es Lo Auténtico, auténtico modesto quizá, “como cuadra a nuestra tierra”, pero al fin auténtico.”

Padre L. Castellani, “Lo Paródico”, “Seisa ensayos y tres cartas”, Ediciones Dictio, 1978.