domingo, 29 de septiembre de 2013

LA FSSPX Y MADAME ROSSINIERE: EL TESTIMONIO DEL P. GROSSIN.-




HECHOS NARRADOS POR EL PADRE GROSSIN EN SU BOLETÍN TOUR DE DAVID N° 17, SEPTIEMBRE DE 2002 (extracto).

« El arma secreta de Monseñor Fellay: Los Hogares de Cristo-Sacerdote »
Desde 1995 se prepara en Lausanne, Suiza, una desviación mística grave de la FSSPX bajo la instigación de una supuesta alma privilegiada, madame Cornaz (alias Germaine Rossinière) y del Superior de Distrito en esa época, el padre Lovey, su director espiritual. El Padre Lovey acaba de ser nombrado Secretario General de la Fraternidad. Las reuniones de sacerdotes que quieren vivir el misticismo de Madame Cornaz continúan y las ideas de esta mujer se extienden a escondidas. Es tiempo de quitar las máscaras y de proyectar la luz del buen sentido católico sobre estos textos extraños. Esta señora pretende estar inspirada por el Cielo desde 1928. Sus “inspiraciones han sido consignadas por escrito de 1947 a 1969, fecha del fallecimiento de su Padre espiritual, padre Schmukli, de la diócesis de Friburgo. Sus escritos se reanudan hasta 1995, fecha en la que Madame Cornaz encuentra al Padre Lovey. Es de notar como el Espíritu Santo solo habla a Madame Cornaz si hay un sacerdote para recibir sus mensajes, de lo contrario, permanece en silencio.

Entre 1947 y 1969, el Espíritu Santo había estado muy parlanchín: madame Cornaz escribió 5280 páginas a su Padre espiritual (22 cuadernos de 240 páginas cada uno) y una obra teológico-mística, El Signo de la Cruz, de 10,000 páginas. San Pablo tenía razón al pedir a las mujeres callarse, ellas no saben ser concisas.

Eso por sí solo parece un poco sospechoso y sin embargo se le concedió el Imprimatur para “La Señal de la Cruz”, modificado y resumido en 130 páginas para los efectos de su publicación. Es muy probable que no haya nada que decir acerca de estas 130 páginas, pero esto no significa nada para las otras 9.870 páginas que han sido hechas a un lado. Además,  el Imprimatur no es un reconocimiento del origen divino de las “revelaciones”, significa solamente que la obra no contiene nada en contra de la Fe y la moral.

Durante el primer encuentro entre el padre Lovey y madame Cornaz en 1995, ella le preguntó si la FSSPX estaba en la Iglesia, pues ella tenía muchas reservas a este respecto, no estando para nada convencida. Evidentemente, ella asistía a la Cena de Paulo VI (en latín, por favor) en la Parroquia del Bon Saveur de Lausanne y escuchaba todos los domingos sermones modernistas de ministros conciliares. ¿Cómo una mujer de oración, una “mística” supuestamente inspirada del Espíritu Santo, lectora asidua de San Agustín y Santo Tomás pudo esperar hasta 1995 para darse cuenta de la nocividad de las novedades conciliares? Ecône había sido fundado hacía ya 25 años en el municipio vecino y esta “alma privilegiada” ignoró la resistencia para la defensa de la Misa… Extraño.

De hecho, todo se explica cuando nos damos cuenta del motivo que convenció a Madame Cornaz. Fue el hecho que la FSSPX recibió su obra: Los Hogares de Cristo-Sacerdote que fueron despreciados por la secta conciliar. Muy feliz de encontrar sacerdotes que se interesaran en ella, estos sacerdotes salvarán la Iglesia, pues aceptaron escucharla. El Padre Lovey, su director espiritual, le escribe explícitamente: “…si el Señor debía mostrarle por los acontecimientos que el “depósito”, es  decir, que toda la obra de su vida debía ser recogida por la Fraternidad, esa sería para ella la prueba de que la Fraternidad era de la Iglesia”.

Lo más grave aquí es la ausencia de la prudencia más elemental respecto a esta revelación privada por parte de Monseñor Fellay. Estaba tan halagado de haber encontrado una mística que justificara la obra de Monseñor Lefebvre, que Monseñor Fellay “fue de entrada condescendiente y las entrevistas que tuvo con madame Rossinière no hicieron más que reafirmarlo” (Padre Lovey). En efecto, Monseñor Fellay no dudará en escribir: “La obra que se presenta aquí, aunque está dentro del rango de la revelación privada, encaja a la perfección con nuestros estatutos, así como con  la lucha actual. Ella se presenta como un hueso. Hay algo poco atractivo en la superficie, pero por poco tiempo que nos demos en raspar un poco, brota un tesoro de gracia, nosotros somos testigos. Revestida en varias de sus partes con el sello de la Iglesia, esta obra nos parece investida de suficiente autenticidad para que nosotros no dudemos, en tanto Superior General, en aceptar con gratitud el regalo que se nos ofrece y a entregarles aquí una degustación de este tesoro” (Suplemento del Cor Unum n° 60).

La Iglesia, en su sabiduría, siempre se  ha tomado mucho tiempo antes de dar crédito a una revelación privada. Ella interrogaba larga y minuciosamente a los videntes o almas privilegiadas, examinando su vida y su doctrina, y sobre todo, dejando al tiempo el cuidado de disipar las eventuales ilusiones (…)

 Padre Xavier Grossin

Tour de David - N°18 – octubre 2002
Aclaración sobre el asunto Cornaz
Algunos entre ustedes me pidieron precisiones sobre madame Cornaz de Lausanne. ¿Cómo pudo Monseñor Fellay estar cegado hasta este punto? Dos elementos psicológicos han estado en juego en el entusiasmo del obispo suizo. Monseñor Fellay siempre tuvo preocupación por la santificación de sus sacerdotes, y Madame Cornaz llegó para darle una solución. El segundo elemento es que Monseñor Fellay es suizo de Valais, que el primer seminario de la Fraternidad fue fundado en esta región de Suiza y allí se encuentra la Casa General. No faltaba más que una mística suiza en Valais  para salvar la espiritualidad de los sacerdotes y Suiza ¿se convertiría quizá en la hija primogénita de la Tradición?
No se rían tan rápido al leer este análisis, frecuentemente las causas están en otra parte que donde se esperan. Los que han vivido en el Distrito de Suiza, saben que el verdadero Superior del Distrito de Suiza es Monseñor Fellay. La influencia del Padre Lovey, suizo de Valais, compatriota de Monseñor Fellay y muy apreciado por éste, ha sido determinante. El Padre Lovey es además Secretario personal de Monseñor Fellay, y no Secretario General como escribí anteriormente. Yo sé de una fuente segura y sacerdotal, que hay reuniones secretas de sacerdotes en torno al Padre Lovey para difundir la espiritualidad de Madame Cornaz. Esto no sucede a la luz del día pues un cierto número de sacerdotes han denunciado la impostura. Monseñor Fellay ha debido dar marcha atrás y abandonar la idea de oficializar los Hogares de Cristo-Sacerdote.
El simple hecho que un obispo de la FSSPX, Superior General, haya podido garantizar un día estas aberraciones, nos muestra en cuáles manos están las negociaciones con el Vaticano. Además, yo tengo la prueba que Monseñor Fellay no ha comprendido el sentido profundo de la doctrina gnóstica del Vaticano II. Cuando él me interrogó durante tres horas en Suresnes por el delito de sedevacantismo, yo le dije que el objetivo final del ecumenismo residía en la sumisión de la humanidad a la sinagoga de Satanás y que esto había sido anunciado por el rabino Elie Benhamozeg en su obra “Israel y la Humanidad”. Monseñor Fellay estaba muy molesto y me dijo: “¡Usted dice tonterías”! A partir de ese momento, comprendí lo que tenía que hacer.

Padre Xavier Grossin.