viernes, 7 de marzo de 2014

LA SANTÍSIMA MADRE DE LA LUZ



Una Virgen para León



Historia

La Madre Santísima de la Luz tiene su origen en la ciudad de Palermo Italia sobre el año 1722, cuando una monja visionó una imagen de la Virgen María sosteniendo el alma de un hombre evitando que caiga en las fauces de un monstruo maligno.

La imagen de esta visión plasmada por un pintor sobre esas fechas de 1722, fue conservada en la ciudad de Palermo hasta 1732, cuando fue sorteada por el padre José Genovesi para el traslado a alguna fundación reciente de la Compañía de Jesús, siendo en suerte trasladada el 2 de julio de 1732 a la iglesia jesuita de León en Guanajuato (México), A partir de entonces, los jesuitas fueron quienes difundieron su culto por el continente americano. Desde el año 2005 es denominada   Basílica-Catedral Metropolitana de Nuestra Madre Santísima de la Luz.

Iconografía

La representación de la Madre Santísima de La Luz es aquella donde muestra a la Virgen María  evitando caer en las fauces de un monstruo maligno, mientras sostiene su alma y al Niño Jesús.

La Virgen María aparece vestida con túnica blanca y su manto azul (semejante al de la iconografía de la Inmaculada Concepción), que simbolizan su pureza y castidad, sobre un fondo de color amarillo dorado.

En los brazos sostiene con su mano derecha la figura de un alma, y con su brazo izquierdo al Niño Jesús, el cual escoge un par de corazones ardientes que un ángel porta y le ofrece en una cesta. Los corazones ardientes simbolizan la caridad y el amor a Dios.

Sobre la cabeza de la Virgen María están un par de ángeles que la coronan como reina del cielo, mientras que a sus pies,  unas llamas que aluden al purgatorio.