viernes, 7 de marzo de 2014

DOS MODOS DE COMBATIR – PADRE JULIO MEINVIELLE





Hay dos modos radicalmente opuestos de combatir: el uno carnal, el otro espiritual; el uno del diablo, el otro de Dios; el uno del judío, el otro del cristiano; el uno asecha, el otro arremete con hombría.

El diablo venció a Eva con palabras seductoras, pero la Virgen vence al diablo aplastando su cabeza. El diablo tienta a Cristo con promesas fascinadoras, pero Cristo rechaza al diablo con denuedo de León. Los judíos traman contra Cristo conspiraciones en secre­to, pero Cristo en la luz denuncia y desbarata sus pérfidas maqui­naciones. Y en el cénit de la grandeza medieval, mientras los judíos conspiraban en los ghettos, los caballeros y héroes peleaban en la luz contra los enemigos de la Cruz. La Edad Media es mística y guerrera como toda grandeza espiritual. La espada está al servicio de la Cruz.

La caridad cristiana, que nos manda procurar eficazmente el bien de Dios, el bien de la Iglesia, el bien de los pueblos cristianos, nos manda por lo mismo empuñar la espada para defender eficazmente estos bienes cuando no haya otro modo de asegurarlos.

Si no ha llegado todavía, quizá no esté lejos el momento en que, si no queremos ver proscripto el nombre de Dios, incendiados los templos, vilipendiados los sacerdotes, violadas las vírgenes por la chusma desatada, sea necesario ceñirse los lomos y empuñar la espada.

Si por sentimentalismo o por cobardía nos resistimos a pelear con denuedo, tendremos que vivir esclavos de una minoría rabiosa de judíos que después de habernos vilipendiado en lo más sagrado nos sujetará a la tiranía del deshonor.

La caridad misma lo exige. Porque no pueden decir que aman verdaderamente a Dios, a la Iglesia, a su Patria, a sus hijos e hijas, aquéllos que rehusan adoptar aquel medio único que asegure el respeto inviolable de Dios, de la Iglesia, de la Patria, de los hi­jos e hijas.

Medio único, doloroso pero indispensable, como lo es el uso del bisturí para cortar la gangrena que inficiona.

Si el uso de la espada implica una villanía cuando se usa para exterminar al inocente, en cambio cuando se emplea para restaurar los derechos de la Verdad y de la Justicia importa los honores del heroísmo.



El judío en el misterio de la historia.