viernes, 15 de julio de 2016

PROTECTORADO





“Permítanme ayudarlos a entender lo que “las excomuniones” significan para la Fraternidad. Primero, yo estoy absolutamente seguro que esas excomuniones han sido una gran bendición y una protección de Dios. Sí, con esas excomuniones, nosotros hemos estado protegidos. ¿Por qué? Porque Roma ha construido una pared entre ellos y nosotros, de tal manera, que todas las balas que puedan dispararnos, van directamente hacia la pared y a nosotros ni siquiera nos tocan”. 

(Mons. Fellay, conferencia dada en la Iglesia San Vicente de Paul de Kansas City, Missouri, el 10 de noviembre de 2004).


Doce años atrás Mons. Fellay parecía estar encantado con las falsas excomuniones. Se sentía protegido. Y decía una gran verdad. La FSSPX estaba fortalecida por su testimonio íntegro, ratificado por la condena de los modernistas.

Quitada la “mancha” de las “excomuniones”, las balas empezaron a entrar. Una tras otra. Pero Mons. Fellay parece no haberse dado cuenta. O no darle importancia. Ahora piensa distinto.

Hoy Mons. Fellay no sólo afirma que esas “excomuniones” eran legítimas, sino que pide a Roma otro tipo de “protección”, en sentido contrario. Pide un papelito con membrete vaticano, firmado por Francisco o el Cardenal Pozzo o Muller, donde diga: “Ustedes son católicos. Los reconocemos. Ustedes están protegidos contra todo riesgo”, o algo así. Pide una Prelatura personal con garantías. ¿Y todo esto por qué? Porque ya no se siente protegido contra los modernistas romanos.

Quizás podría alguien sugerirle que imite a Mons. Williamson, consagre algún obispo y volverá a tener la “excomunión” protectora de parte de los modernistas que ocupan el Vaticano. Sería una forma más rápida de obtener esa protección anhelada.

Ah, pero Mons. Fellay busca otra cosa. Él no quiere la protección de Dios (como dijo eran las falsas “excomuniones”). Él quiere un Protectorado. Él quiere en Francisco a un "Protector". 

Si sigue insistiendo lo obtendrá.