viernes, 19 de junio de 2015

¡VELAD OÍDO ATENTO!



Oh aturdidos estúpidos rebaños
que pensáis que esta era es duradera
todavía dos mil o seis mil años!

Nadie sabe la hora verdadera;
nadie sabe la hora, ni los ángeles,
que del ciclo de Adán será postrera. . .

Pero no hagáis, por Dios, tan anchos márgenes…
Mirad los signos: cuando veis la higuera
con hojas tiernas y los otros árboles,

Decís: “Cerca ya está la primavera…”
¡Qué bien leéis el curso de los astros!
¡Qué mal leéis el fin de su carrera!

Cuatro sofistas o politicastros
que os hablan del progreso indefinido,
la evolución y sus dudosos rastros,

os hunden rebañegos al olvido
de que debe volver el Juez y pronto;
que si no, poco fuera haber venido.

Vuelvo pronto” —El lo dijo—, y sólo un tonto
por “vuelvo pronto” entiende “vuelvo lento
o “me voy para siempre y me remonto”.

Así como le vimos sobre el viento
subir al cielo sobre el Monte Santo,
así vendrá. ¡Velad oído atento!

Decid “¡Vuelve, Señor Jesús!” con llanto;
con lágrimas regad la hundida frente
del mundo actual sumido en el espanto.

No os sea el Gran Dolor indiferente:
del Gran Dolor del mundo solidarios
sintámonos, hermanos, Es patente

la expectación que azora a toda gente
de sucesos sin par extraordinarios.


P. Leonardo Castellani. “Cristo ¿vuelve o no vuelve?