viernes, 25 de enero de 2013

CONFERENCIA DE MONSEÑOR WILLIAMSON EN FRANCIA



Conferencia de Monseñor Williamson llevada a cabo el 5 de enero en Cher, Francia. Fue publicada por el foro francés de la resistencia Un évêque s'est levé.
Los subtítulos son del citado foro, los resaltados son nuestros: NON POSSUMUS.
 
Estado de la situación

Luego del Vaticano II fueron los laicos quienes mucho hicieron para salvar el resto y hoy en día es muy posible que con el Vaticano IIB, sean los laicos que harán mucho para salvar al resto del resto.
Evidentemente la situación es muy grave, ya era grave hace 5 años y ahora es más grave y está en peligro de agravarse, de agravarse, porque Dios, seguramente por castigo y porque forma parte de su plan, el Buen Dios quiere purificar a los católicos. Él quiere que comprendamos que las medias medidas no funcionan. Parece que no queremos aprender la lección, por lo que es necesario un castigo.
El Padre Chazal lo ha dicho muy bien: « la máscara se levantó pero después del capítulo del mes de julio, la máscara vuelve a su lugar »; entonces Menzingen tuvo éxito con el Capítulo general en frenar la resistencia, engañarla, ponerla a dormir y por lo tanto la resistencia pierde su certitud, pierde su razón de ser en tanto que cree que el problema se terminó porque ya no hay posibilidad ni probabilidad en un futuro próximo de un acuerdo con Roma.
Son liberales de larga data, no es de ayer que nosotros tenemos el liberalismo del padre Schmidberger, del padre du Chalard, del padre Lorans, de Monseñor Fellay y del padre Pfluger. Son las cabezas dirigentes, y de hecho ellos han tenido esta actitud desde hace mucho tiempo. Yo daría dos ejemplos. Pero siendo esto, como dijo el padre Vallet citado frecuentemente por el padre Barrielle, desde que yo era seminarista en Ecône: « Un liberal, a menos de una gracia especial, no se convierte »
Los liberales son cruzados y su cruzada es divina, porque ella tiene una dimensión divina, ella tiene una dimensión divina porque es una cruzada contra Dios. El liberalismo es la guerra a Dios, y todo está permitido. Todos los medios están permitidos, sea mentir, traicionar, engañar, todo es santo. Esto no es creíble pero está allí y lo constatamos todos los días. Y no se convierten de un día para otro, lejos, lejos de eso, este equipo que se ha apoderado de Menzingen no va a desistir. Dan un paso atrás para dar dos pasos adelante. Y esperan, esta cúpula de la Fraternidad espera a que la podredumbre de la Fraternidad esté más avanzada para que la próxima vez, el arreglo con Roma suceda. De hecho se puede pensar que el acuerdo con Roma no es más que la novena parte del iceberg que se asoma mientras que hay 8/9 partes debajo que son el liberalismo creciente. Algunos de entre ustedes, lo he escuchado por aquí y por allá, algunos entre ustedes observan este liberalismo entre los laicos y entre los sacerdotes y para nuestro pobre mundo de hoy nada es más típico, nada es más normal que este proceso de liberalización. Siendo esta, en efecto, la cruzada del liberalismo bien instalado en la cabeza de la Fraternidad, por lo que no hay más que esperar para que la próxima vez el acuerdo suceda. Ni hablar que ellos puedan dar marcha atrás, y sin un milagro, la Fraternidad no puede ser salvada.
¿Nos dará Dios un milagro? No podemos excluirlo. Y esto es lo que confunde, que detiene a los más clarividentes, es decir, aquellos que ven esta situación sin esperanza en cuanto a la cabeza de la Fraternidad, pero lo que es imponderable, incalculable, es una intervención de Dios. Por lo tanto, es posible. Pero sin ésta, humanamente, la Fraternidad está perdida.

 El affaire Mater Dei

Voy a dar dos ejemplos de la antigüedad del liberalismo de Menzingen. En el 85/86, algunos de ustedes recordarán, hace 25 años fue el « affaire » Mater Dei, este seminario que se quiso instalar en Roma para los seminaristas de Ecône. Hubo un jefe entre los seminaristas de Ecône, un jefe que se llevó una pequeña banda de seminaristas. Entonces, por supuesto, antes de partir para Roma, hicieron propaganda en el seminario para atraer al mayor número posible para desgarrar Ecône al desplazar hacia Roma la mayor cantidad posible de seminaristas, ¿Cómo podía hacerse esto sin asegurar sus delanteros en Roma? Hubo muchas razones para pensar que el cardenal Ratzinger estaba detrás del golpe. Entonces estaba este grupo de seminaristas en el interior del seminario. En ese momento, estaba el Padre Lorans como director del seminario de Ecône y el Padre Schmidberger era el superior de la Fraternidad. Por supuesto en 1985 Monseñor Lefebvre vivía todavía. En el seminario se comenzó a saber muy pronto quién estaba implicado allí dentro.
Finalmente, sucedieron las cosas y el grupo partió hacia Roma. El Padre Lorans y el Padre Schmidberger prohibieron que Monseñor Lefebvre fuera informado de los detalles. Dicho de otro modo, el padre Lorans y el padre Schmidberger quizá estaban ya, quizá, en alianza con el Cardenal Ratzinger. En todo caso le escondieron información a Monseñor Lefebvre. Esto fue ya en el 85/86 y a continuación la cosa salió mal en Roma. El jefe de los seminaristas le escribió a Monseñor Lefebvre para excusarse, de algún modo. Él le dijo que fueron muy mal recibidos en Roma, todo lo que les prometieron no se les dio, que fue exactamente lo que previó Monseñor Lefebvre. Monseñor Lefebvre aprovechó el momento de las consagraciones para indicar que no se podía esperar nada del Cardenal Ratzinger ni de Roma. Este es un ejemplo de liberalismo, al menos una sombra de liberalismo entre estos dos dirigentes de la Fraternidad.

El G.R.E.C.

Otro ejemplo es el GREC. Ahora es conocido por el pequeño libro que escribió el padre Lelong. ¿Alguien ha leído el libro? Se llama Por la Necesaria Reconciliación. No es difícil de resumir, no es difícil describirlo porque no tiene más que 120/130 páginas, un libro pequeño, fácil de leer…
-Se hace una pregunta inaudible...
-Respuesta: Tengo respuesta a todo: el internet (risas)
Todo el bien, todo el mal está en internet. Pero entre toda la basura, por supuesto, por supuesto, encontramos cuando menos la verdad en internet, y es por eso que la cúpula está en contra del internet porque el internet rompe el monopolio de la información, e incluso el secreto de Menzingen es molesto para el nuevo orden mundial. Porque esto rompe el monopolio de información pública, antes ellos podían envenenar todo con sus medios de comunicación, sus viles medios de comunicación, ahora sus periódicos se han reducido porque la gente cada vez lee menos, porque por un lado el internet es más fácil y por otro lado hay muchas más verdades en internet que en los medios.
Bien, regresemos al GREC. Este pequeño libro fue escrito por el padre Lelong, un dominico, un sacerdote muy aceptable en el medio de los salones parisinos. En el año 97/98, el antiguo embajador de Francia en el Vaticano, el señor Gilbert Perol, tiene en la cabeza esta idea de hacer en privado encuentros muy discretos entre los sacerdotes del Vaticano II y los sacerdotes de la Fraternidad. Esto procede sin duda del deseo de conciliar la buena Misa católica de Monseñor Lefebvre y la autoridad de Roma. Porque Roma es católica, Monseñor Lefebvre es católico, ¿por qué debe haber un enfrentamiento entre los dos? No tiene sentido, entonces, haciendo buena diplomacia, el señor Perol escribe una carta como si solamente nosotros pudiéramos organizar encuentros amistosos, bien discretos porque eso podría ofender a los unos y a los otros, encuentros regulares entre las dos partes para que todo el mundo exponga su punto de vista sin enojarse, absolutamente no hay que enojarse, nosotros no somos teólogos… Ah… yo soy diplomático, entonces pienso en los medios diplomáticos para resolver este terrible problema en la Iglesia. No somos teólogos… ¡Sofisma! Ustedes no son teólogos, los laicos no son teólogos de seminario y teólogos licenciados, etc. Es decir, los laicos deben conocer bien su catecismo. Conociendo su catecismo no tienen absolutamente ninguna necesidad de poner entre paréntesis la doctrina. Esto es exactamente lo que ha hecho este pequeño grupo del GREC desde el principio ellos pusieron entre paréntesis la doctrina. Luego, por la vía diplomática –la cual de hecho es masónica, es una idea masónica- por el medio de la diplomacia, de la amistad, de encuentros amigables, de confianza mutua, ese es el lema. ¡Podremos crear una atmósfera que permitirá a los teólogos entenderse! Entonces ellos trafican por debajo en reuniones muy privadas. A principios de los años 2003/2004, creció un poco, los encuentros acabaron por hacerse públicos, no parecía asustar a nadie, nadie dice nada, la idea se estableció y hay sacerdotes de la fraternidad en esta artimaña, hay representantes de la Fraternidad que toman la palabra en estas reuniones. ¿Podemos decir que los laicos olviden la importancia de la doctrina? ¡Sea! ¿Qué los sacerdotes del Novus Ordo olviden la doctrina? ¡A eso se dedican! Pero que los sacerdotes de la FSSPX se pongan en un contexto donde, por principio, se pone entre paréntesis la doctrina, ¡es una traición!
Pues entonces se pude sospechar de los cuatro sacerdotes de la Fraternidad cuya imagen aparece en este libro (porque hay fotografías aquí y allá) Hay cuatro sacerdotes de la Fraternidad: El Padre Schmidberger, el padre du Chalard, el padre Lorans y Monseñor Fellay. ¡Todos están allí!
 (Alguien recuerda el título de la obra del señor Paul Chaussée, salido después de la publicación del libro del Padre Célier y el señor Pichon, en la obra “Benedicto XVI y los tradicionalistas, 2007)
Responde Monseñor Williamson :
El Padre Célier escribió una obra de 40 páginas sobre las razones por las cuales Monseñor Fellay debía discutir un acuerdo con Roma. La primera parte explica por qué Monseñor Fellay no debía firmar ahora, la segunda parte explica por qué podríamos firmar mañana. Conclusión, todo depende del gran mandamás, del gran jefe irrefutable, sabio como ninguno, que no es otro que Monseñor Fellay. Esa fue la conclusión en ese momento.

Esto permaneció reservado, excepto por alguien que se distinguió entre los miembros del Consejo general, del cual yo formaba parte en ese momento. Entonces alguien puso esto en las manos de un laico que lo publicó, y en ese momento Monseñor Fellay dio marcha atrás en público, desautorizó al padre Célier en público. Porque Monseñor Fellay no es más que un político. Es un político ad intra, muy hábil. Ad extra es un ingenuo. Delante de los políticos de Roma es un tonto. Creo que él se cree más zorro que los zorros romanos. ¡Y esto es ser tonto! Pero para apretar los tornillos en el interior de la Fraternidad es muy capaz. Una vez que se conoce a este personaje, ya no seduce más, pero hasta aquél momento, era muy seductor.

Hacia el 2007, esto se vuelve público, la idea se extiende y luego ellos debieron pensar que las discusiones realizadas del 2009 al 2011 eran el cumplimiento del empuje de este “Grupo de Reflexión entre Católicos”; católicos, sea de la Tradición, sea de la Iglesia conciliar, todos tienen el mismo nombre de Católicos, por lo que deben entenderse. ¡Esa es la idea! Pero las discusiones no funcionan. Esto debió ser una cruel decepción, yo creo, para estos no-teólogos, quienes, si tuvieran al menos un poco de sentido católico, se darían cuenta que trataron de conciliar lo irreconciliable, pero justamente, al faltarles este poco de buen sentido del catecismo, careciendo totalmente del sentido de la doctrina, y no tuvieron éxito porque, no sé cómo, Monseñor Fellay puso como equipo a Monseñor de Galarreta, al Padre Jorna, al padre Gleise y al padre de La Roque. ¡No puso al padre Célier! Probablemente porque pensó que no pasaría. Porque el Padre Célier estaba quemado, desde la intervención del señor Chaussée. El Padre Célier es un personaje, si pudiera decir, de muy mal augurio.

El empuje del GREC está parado por el momento, por supuesto que ellos no se convirtieron. No sé qué es lo que ellos hacen en este momento.
[Conversaciones entre los fieles y Monseñor difíciles de seguir.]
Monseñor Williamson:

Sedevacantismo y liberalismo son dos caras de una misma moneda. Aparentemente es sorpresivo, pero un liberal puede hacerse sedevacantista y un sedevacantista puede hacerse fácilmente liberal. A mí así me parece. No es ridiculizar a los sedevacantistas los cuales son mucho más simpáticos que los liberales. Porque  los sedevacantistas tienen la fe, de otro modo las deficiencias del papa no tendrían problema. También tienen la lógica. Entonces, ellos reflexionan y ellos tienen la fe, mucho más que los liberales. El liberalismo es la disolución de todo pensamiento, la disolución de toda la verdad, la disolución de toda la doctrina. Esto es lo grave.
Es decir que estos cuatro eminentes sacerdotes de la FSSPX jamás comprendieron a Monseñor Lefebvre. Esa es mi conclusión.

Monseñor Lefebvre, paloma y halcón.

Yo estuve en el seminario entre el 72 y el 76. En ese momento se hacían cinco años de seminario con Monseñor Lefebvre, el comprimió  los estudios lo más posible para darle al mundo sacerdotes lo más pronto posible. Porque había una carencia total de sacerdotes, eso es lo que pensó Monseñor Lefebvre en ese momento. Así que estaba comprimido y yo estuve en ese momento y observé a los valientes jóvenes que estaban conmigo, que entraron al seminario conmigo y vi una crisis liberal de la cual no comprendí nada, yo era un pobre pequeño perdido llevado por la nariz por el Buen Dios…
Bueno, crisis liberal del 73, crisis liberal del 75, crisis liberal del 77. En esta yo no estuve allí y Monseñor Lefebvre me llevó a Ecône rápidamente después de esta crisis del 77 porque muchos profesores se habían ido, el padre Gotfried, el padre Argenson, el padre Bertaud, el más triste de todos. Pero entonces había agujeros que tapar, recuerdo la primera clase de teología que impartí –estoy orgulloso de este juego de palabras- yo les dije “señores sacerdotes, yo soy un tapagujeros, es decir, un agujero con una gran boca (juego de palabras en francés: "messieurs les abbés, je suis un bouche-trou, c'est-à-dire un trou avec une grande bouche!"- N-del T.) Cada vez, eran las pequeñas palomas y el halcón de monseñor Lefebvre salía y ponía todo en orden. En el 73 fue el padre Jacques Masson. En el 75, fue la suspensión a divinis y muchos profesores se fueron, comprendiendo al dominico y gran teólogo, el padre Thomas Merlet de Friburgo, él ya no quiso enseñar. Hubo una gran salida de profesores y algunos seminaristas también. En ese momento fui a la oficina de Monseñor Lefebvre para decirle más o menos esto:Monseñor Lefebvre, ¿qué va a hacer usted, qué es lo que pasa? Esto es un poco grave” y recuerdo su respuesta: “Bien, si todos los profesores nos abandonan, los seminaristas tendrán que aprender por sí mismos en los manuales” Es decir, yo no cambio de curso, yo no cambio de rumbo, yo sé exactamente hacia dónde quiero ir, yo sé hacia dónde llevo a los seminaristas, y si no tengo a nadie que me ayude a enseñarlos, será en los manuales de ayer que aprenderán la buena doctrina que era lo común ayer.
Entonces en el 77 hubo muchos que salieron…
Es que Monseñor Lefebvre tenía dos lados, el lado de paloma y el lado de halcón. Para la doctrina era un halcón. Para lo pastoral era una paloma. Y la paloma atraía porque el halcón no se mostraba. Y uno podía dejarse atraer por Monseñor Lefebvre como por una paloma católica muy atrayente. Pero uno no se esperaba encontrarse detrás a un halcón, pero era el halcón el que dirigía a la paloma y no la paloma que dirigía al halcón. Lo esencial en Monseñor Lefebvre era ese fondo doctrinal. Antes del 88 uno podía equivocarse con este instinto liberal del mundo moderno, uno podía engañarse que el halcón no era el verdadero Monseñor. No querían discernir. Querían que Monseñor Lefebvre no fuera más que una paloma. Querían que él fuera simplemente la mejor continuación de los años 50 que fueron truncados por el Concilio.

El Cincuentismo

En los años cincuenta reinaba ese catolicismo cómodo. Cómodo, es decir, católico, que cree, que tiene la fe, que quiere vivir y morir católico. Pero como las presiones del mundo moderno son tan fuertes, no se quiso vivir en guerra con el mundo moderno. El catolicismo de los años 50 estaba a una cierta altura, porque si no se está a cierta altura no se puede caer y el Vaticano II fue una gran caída. Entonces el catolicismo pre-Vaticano II todavía estaba a cierta altura. Y Monseñor Lefebvre fue la prueba porque él desarrolló un magnífico ministerio en África, apoyado por el Papa, apoyado por los cardenales de Roma, con los cuales se entrevistaba frecuentemente cuando venía de África. Es Monseñor Lefebvre quien escribió una gran parte de una encíclica sobre las misiones que apareció firmada por Pio XII sobre las misiones, sobre la necesidad de sacerdotes para las misiones. Por lo tanto, él era absolutamente auténtico, pero creo que se puede pensar que en la persona de Monseñor Lefebvre la paloma y el halcón no estaban perfectamente integrados. Es decir, la gente se sorprendía cuando aparecía el halcón.
Yo pienso que en el caso de Monseñor Lefebvre, lo pastoral minó su doctrina. Yo creo que él fue moldeado por la Iglesia de los años 30, 40, 50 y recordemos que el gusano ya estaba en la fruta desde los años 20: Acción Francesa y toda la decadencia que siguió… pues el mal ya estaba bien instalado en la Iglesia de los años 20. Monseñor Lefebvre era muy leal, él supo aprender del padre Le Floch pero él mismo nos dijo que cuando llegó al seminario, todavía creía en la separación de la Iglesia y el Estado. Las ideas liberales eran de hecho muy comunes desde un siglo atrás. Dicho de otro modo, cuando ahora analizo las cosas, pienso que hubo un aspecto “cincuentista” incluso en Monseñor Lefebvre. Y yo creo que es eso lo que puso el desorden, porque la menor falla en un fundador se muestra después inevitablemente.
Pregunta : ¿Usted cree que se trata de una deficiencia de orden doctrinal más que del dominio pastoral ?
Respuesta : En este caso, sí. Porque toda pastoral corresponde a tal doctrina. Y habría que reflexionar más para precisar más esta cuestión, pero el cincuentismo estaba muy extendido. ¡Yo ni siquiera era católico en ese momento! Evidentemente, al decir eso, no le quita a Monseñor Lefebvre su heroísmo, su gran fe, su gran hazaña de haber construido una pequeña pirámide bajo la gran pirámide que todo lo aplastaba, que aplastaba con todo su peso esta pequeña pirámide para eliminarla. Hizo frente, mantuvo, guardó, salvó, es un modo de hablar, pero esto corresponde en gran parte a la verdad, salvó el sacerdocio, salvó los sacramentos. ¿Dónde estaríamos ahora sin todo esto? Él nos transmitió lo que recibió. No fue absolutamente perfecto, ¡bien! Pero dejando a un lado lo que podríamos decir que fueron sus imperfecciones, ¡qué gran hombre de Dios! No se le quita en nada su grandeza sino que tratamos de señalar las raíces del mal de hoy en día.
Las raíces no son difíciles de situar, es el liberalismo del mundo moderno. Es el liberalismo que hizo lo que llamo el cincuentismo, este catolicismo seriamente deficiente de los años cincuenta que estaba todavía a una cierta altura, porque los años 60 fueron una terrible caída. Por otra parte el catolicismo de los años cincuenta estaba muy cerca del acantilado, de otro modo no hubiera podido caer. El catolicismo de los años 50 comparado al que siguió, fue angélico, pero él es responsable de lo que siguió.

Liberalismo de la Iglesia conciliar en la cabeza de la FSSPX

El punto esencial aquí es que Monseñor Fellay, el padre Lorans, el padre du Chalard, el padre Schmidberger, estos cuatro, son los que aparecen en las páginas de este pequeño libro del padre Lelong, estos cuatro no vieron en Monseñor Lefebvre más que la mejor continuación del catolicismo de los años 50. Ellos no vieron, ellos no pudieron discernir el fondo doctrinal de Monseñor Lefebvre, no lo comprendieron, porque como casi todo el mundo hoy en día, en este mundo fabricado por los masones, no comprendieron la importancia de la doctrina. ¿Y quién comprende la importancia de la doctrina hoy? Muy pocos, muy pocos. Tenemos por ejemplo la palabra “indoctrinación”, es una mala palabra porque es peyorativa. Indoctrinación porque toda doctrina es mala porque es necesaria la libertad de pensamiento. Toda doctrina cierra el pensamiento y es necesario que el pensamiento sea libre y abierto de ir a donde quiera. Es por lo tanto todo el mundo moderno que sigue a la masonería para disolver el pensamiento, para disolver la verdad, para disolver la doctrina y la verdad que lleva a Nuestro Señor y que lleva las almas al Cielo.

La Francmasonería quiere meter todas las almas en el infierno, pues ellos van allá y profundamente. Ellos sabían lo que hacían con el libre pensamiento y la disolución del pensamiento, es terrible, es horrible. Hoy en día está por todos lados, ese es el problema. Nosotros tenemos en ese pequeño libro del GREC el testimonio de esta debilidad de los clérigos que pasaron por los seminarios de Monseñor Lefebvre. Cuatro sacerdotes quienes conocieron directamente a Monseñor Lefebvre, todos estuvieron en el seminario de Ecône cuando Monseñor Lefebvre estaba allí, ellos pudieron comprender. Pero este es el problema de hoy, y yo me di cuenta dirigiendo el seminario de la Fraternidad en los Estados Unidos durante 20 años.

En los Estados Unidos, el liberalismo es la base, en los países anteriormente católicos la base ¡es el catolicismo! Hubo en todos los países de Europa siglos y siglos de catolicismo y el liberalismo llegó hasta después. El liberalismo es la corrupción del catolicismo. Es muy interesante ver cómo el liberalismo corrompió al catolicismo. Es por el valor del individuo. Pero este valor del individuo está desequilibrado porque se olvida, se le quita el valor, se deja de lado el bien común, no se comprende ya el aspecto social. Ya no se comprende que el hombre es social por naturaleza, Juan Jacobo Rousseau dice que el hombre es por naturaleza individual ¡no!

Vayamos al fondo del problema:

 La Iglesia Católica ha valorizado el alma individual, la salvación de la persona, del alma individual, pero era en el caso del Estado natural y de la comunión de los santos sobrenatural. Dicho de otro modo, la Iglesia Católica jamás ha concebido el valor del individuo sin encuadrarlo en un cuerpo social santo y el más santo llegará al Cielo donde ya no serán individuos será la comunión de los santos.
Entonces la Iglesia Católica no se olvida del aspecto social y Ella insiste para que el Estado sea católico, Ella ha defendido todo lo posible esta doctrina social. Hay un nombre para la doctrina de la Iglesia católica que se opone al liberalismo desencadenado después de la revolución, se llama “Doctrina Social de la Iglesia” y es lo que la distingue en contra del liberalismo. Es decir, se niega a concebir al individuo solamente como un individuo, que es lo que hace el liberalismo. Esta falsa idea del valor del individuo hace estragos a partir de la Revolución francesa, infecta al mundo entero y penetra en los católicos y en la Iglesia Católica. El Vaticano II es la religión del hombre, el hombre-individuo- tiene tal valor que tiene el derecho de ser dejado libre en su elección de religión. Esto es profundamente falso, Monseñor Lefebvre lo calificaba de blasfemo y ustedes recuerdan cómo Monseñor Fellay dijo a la televisión americana: “La libertad religiosa en el Concilio es una cosa limitada, muy, muy limitada”.
Él ha perdido completamente el hilo de Monseñor Lefebvre. El Padre Schmidberger es muy bueno predicando el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo pero no lo ha comprendido. Es un cincuentista de hecho. Nacido en 1947, si no me equivoco, de la Souabe, región muy católica de Alemania del Sur-oeste, nacido de una familia católica como el cardenal Ratzinger pero de Alemania del sur, su familia era igualmente muy católica.
El pequeño Ratzinger amaba la liturgia de Navidad, como se lee en su autobiografía, y el amor por esta liturgia clásica hizo que quiera que la liturgia no sea tan moderna, etc., etc. Pero es un amor con bases en una doctrina falsa. La cabeza lleva al corazón. La cabeza del cardenal Ratzinger fue completamente podrida desde su seminario reconstruido rápidamente después de la guerra, en Múnich, con profesores mitad modernistas y mitad tradicionales.
Lean la pequeña autobiografía del cardenal Ratzinger. Se titula “Mi Vida”, vale la pena leerla. En 120 páginas el muestra su falla, su terrible falla que es justamente que fue expuesto a una mezcla de profesores, buscaron por toda Alemania de la posguerra para encontrar profesores católicos universitarios para reconstituir el pequeño seminario cerca de Múnich, en donde, pudiera decir, despegaría de nuevo la Iglesia.
El cardenal cuenta en « Mi Vida » cómo defendiendo su tesis sobre San Buenaventura ante los profesores del seminario, los profesores se pusieron a discutir entre ellos a tal punto que olvidaron que estaban examinando a un seminarista o un pequeño doctor en potencia.  El cardenal se encontrará ante profesores del antiguo estilo y ante profesores nuevos, y muy probablemente los profesores del nuevo estilo le parecieron más interesantes, más jóvenes, más atrayentes, menos “retardados” y se dejó seducir.

El lee a Santo Tomás de Aquino y cuenta directamente en su autobiografía que para él Santo Tomás es muy objetivo, muy impersonal, muy lógico, muy cerrado, muy científico, todas las cosas por las cuales una cabeza sana lo admira y se deleita en Santo Tomás. Por estas cualidades el seminarista se desinteresó de Santo Tomás de Aquino. Encontró mucho más interesante a los filósofos modernos.
Monseñor Fellay, el padre Schmidberger y el papa actual se parecen. Podríamos decir que Monseñor Fellay es un modernista que no se reconoce a sí mismo como tal. Él se quiere católico, yo pienso, él se siente católico, pero no comprende lo que es verdaderamente. No comprende porque nunca lo comprendió. Se le aplica la frase de Monseñor Lefebvre: “Juan Pablo II no puede ser católico si nunca lo fue”. Entonces el problema es muy profundo, muy profundo y de hecho es normal –desgraciadamente- que la Fraternidad esté caída o esté cayendo, Monseñor Lefebvre murió en el 91 y desde el finales de esa década tenemos al GREC en París e incluso antes tuvimos la sombra de la concertación del superior general de la Fraternidad y el superior de Ecône con el Cardenal Ratzinger en Roma.

Entonces, ¿hacia dónde vamos mañana?

Yo no veo muy claro y estoy abierto a sus ideas. Digamos esto: Los cuatro malvados que evoqué y que aparecen en el libro del GREC, pasaron por el seminario de Monseñor Lefebvre, el de Ecône, que era el único en ese momento. Los cuatro tuvieron una buena doctrina. Pero regresamos al mismo problema que he visto en Estados Unidos: es difícil implantar en la cabeza el sentido de la buena doctrina.
Los jóvenes seminaristas se sientan en sus bancos de escuela, se les expone la buena doctrina y si los jóvenes están en la admiración hacia Monseñor Lefebvre, que fue un hombre tan carismático, tan católico, tan dulce, tan bueno, etc. Se acepta todo lo que él dice. Si él hubiera dicho que 2+2=5 le hubieran creído. ¡Porque era Monseñor Lefebvre!
En los años 70 el mundo se estaba pudriendo, y si los jóvenes buscaron a un personaje directo y franco, una institución sólida y honesta, es precisamente Monseñor Lefebvre y Ecône. Todavía encontramos muchos sacerdotes de la Fraternidad, incluso entre los más antiguos, para quienes el horizonte se cierra entre Monseñor Lefebvre y Ecône. Es comprensible por el mundo de podredumbre donde viven. Que un joven en los años 70 tuviera esta reacción, el deseo de la verdad para dirigirse a Monseñor Lefebvre para entrar en su Seminario ya es mucho, mucho. Muchos otros jóvenes no lo pensaron. Por lo tanto, honor a todos los que entraron. Es muy normal que no comprendieran el fondo de lo que hacía Monseñor Lefebvre. ¿Y cómo formar para mañana jóvenes que no caigan en la misma trampa?
La Iglesia cayó por la estructura, la jerarquía y la obediencia en los años 60, la obra de Monseñor Lefebvre está cayendo por la estructura, la jerarquía y la obediencia. Dios sabe que  hay buenos sacerdotes en la Fraternidad que todavía son valientes, pero no lo suficiente para enfrentar a Monseñor Fellay y su equipo, porque se trata de un equipo indudablemente.
Por ejemplo, una buena fiel de París me contó una frase que dijo el padre Baudot, es una frase que lo honra por un lado pero que lo sitúa del otro lado. El dijo: “Hace 10 años que frecuento a Monseñor Fellay de cerca y puedo decirle que es un santo”. El padre Baudot, sacerdote con muy buena presentación, buena doctrina, todo lo que se puede querer pero que le falta lo esencial. Un buen sacerdote y todo lo que usted quiera pero que no entiende lo esencial.
La palabra de San Pablo en el noveno capítulo de la Epístola a los Romanos “el resto escogido por la gracia” ¿no es así? Ahora hay que reconstituir el resto del resto, y allí escogerá Dios, la elección de los fieles que vinieron con Monseñor Lefebvre fue ciertamente por la gracia, como en el tiempo de la elección de los católicos. Es clásico que Dios de su gracia a este y no a este otro. Misterio de la gracia. No ponemos en cuestión las elecciones de Dios, sino que la gracia tiene un rol muy importante en la elección de los católicos de ayer, en la elección de los tradicionalistas en tiempos de Monseñor Lefebvre y en la elección del resto del resto, la gracia de Dios actuará para muchos.
Pero al mismo tiempo es necesario que los hombres hagan lo suyo. Entonces ¿qué hay que hacer hoy en día para ayudar a la gracia de Dios a constituir un resto del resto católico sin que este resto no siga el mismo camino funesto de la Iglesia antes del Concilio y la Fraternidad sin Monseñor Lefebvre? Si Monseñor Lefebvre viviera todavía estoy seguro que los cuatro no hubieran caído como lo han hecho y que la Fraternidad no estaría en camino de resbalar. Todo esto es sentido común. Monseñor de Castro Mayer tenía la diócesis de Campos y solo diez años después de morir, Campos resbaló. Se necesitó un poco más de tiempo para la Fraternidad pero está en el mismo camino. Ponemos a un joven en un banco en el seminario, se le dice: este es el liberalismo, esta es la podredumbre, este es el mundo moderno. Y ellos dicen ¡Oh sí, sí, sí! Pero luego salen al mundo: “¡Oh no es tan malo, pero nosotros condenamos a todo el mundo, etc. etc. Y en poco tiempo… empieza a resbalar. ¿Cómo resolver este problema? Hay quien quiere que este su servidor ayude a rehacer un seminario, yo comprendo muy bien porque se necesitan sacerdotes, pero yo pongo en cuestión el seminario clásico.

 (Discusiones en la sala)

Los futuros sacerdotes

Por el momento tengo que ocuparme de varios países, no debo quedarme en Francia o en América del Sur donde podría alentar las cosas, yo podría apoyar las cosas. En Estados Unidos está este pequeño grupo con el Padre Chazal, el Padre Pfeiffer quien es un jefe natural y que quizá actúa de una manera un poco caótica pero que actúa, que tiene la energía, mucha devoción, mucha fe y quien actúa para que se acuda en ayuda las almas en desamparo, en dolor, o que han salido de la Fraternidad. Hay grupos de laicos en Estados Unidos que ven muy claro y que temen por sus hijos, sus nietos, el futuro de la Fraternidad. Entonces tenemos estos laicos y lo que debe hacerse es asegurarles los sacramentos. Hay dos o tres sacerdotes que circulan entre estos centros, gente con la que se ha hecho contacto, con el Padre Chazal, desde el verano. Entonces está empezando a moverse. Ellos quieren mi apoyo, por supuesto que quieren que yo en cuanto obispo me ponga a la cabeza. Yo no lo hago por tres razones:
·                  Primero: Honestamente, no me gusta estar a la cabeza. ¡Honestamente!
·                  Segundo: Yo creo que la resistencia debe permanecer suficientemente flexible y no muy estructurada. Yo comprendo muy bien esta necesidad de un marco para que un joven sacerdote pueda dar el paso, por supuesto, pero ¿será necesaria una estructura para el ministerio de mañana? ¿O la eventualidad de la clandestinidad exigirá que nos quedemos sin demasiados contactos, sin mucha estructura y un matorral en vez de una congregación? Honestamente, yo pienso más en un matorral.
·                  Tercero : Vuelvo a que es la autoridad la que está hundiendo a la Fraternidad. Si no es contradictorio, lo que yo contemplaría sería una estructura sin autoridad pero con paternidad, con paternidad sí. Esta es indispensable. Y sí es posible si los gobiernos del mañana permiten todavía una paternidad. Y es por eso, para que ellos lo permitan, no hay que dar blanco, no hay que tener publicidad. Hay que guardar discreción. Mientras que todo permanezca discreto, no tendremos encima al gobierno. La gente en los gobiernos temerán seguramente que haya gente fiel. El resto del resto será observado por los más inteligentes en los gobiernos. Pero no todos en los gobiernos son inteligentes, me parece. Pero por eso no hay que anunciar que se lanza una nueva estructura, en mi opinión se necesita… piano, piano!.
(Comentarios en la sala, los fieles están en la expectativa…)
Si, es eso, la incertidumbre, la traición de la Fraternidad parece haber sido evitada y no hay certidumbre, por lo que hay que ir poco a poco. Si queremos constituir una resistencia tiene que ser, en Francia, poco a poco por el momento. De otro modo alejaremos muchas buenas personas que no ven la necesidad. Por eso hay que ir de puntillas si queremos hacer algo.
Lo que es seguro es que la resistencia conocida de Monseñor Lefebvre sin duda ha frenado la locura conciliar, ¿no es así? Y creo por un lado que la resistencia ahora debe ser discreta para no alienar a la gente que piensa que no es necesario, pero por el otro lado, debe existir y sentirse.
 (Comentarios en la sala)
Actualmente la política de Menzingen es de ir poco a poco, de apagar el fuego, de tranquilizar, dejar todo en su lugar y no cambiar para que esto tranquilice de nuevo y una vez que todo esté tranquilo, volver a avanzar.
Estoy presto a confirmar o a ordenar. Monseñor Lefebvre ordenó muchos sacerdotes fuera de sus seminarios. Estoy determinado a darle mi paternidad a un preceptor o a seminaristas.
¿Consagración episcopal?
Paul Chaussée le preguntó la cuestión de la transmisión del episcopado, pero Monseñor no parece estar listo por el momento.

FIN