viernes, 1 de septiembre de 2017

FRANCISCO: CADA VEZ MÁS JUDÍO, CADA VEZ MÁS ANTICRISTO




El Papa a los rabinos: 
relaciones cada vez más amigables y fraternas



Una delegación del rabinato europeo, estadounidense e israelí le entrega la «respuesta oficial» del hebraísmo a la declaración conciliar “Nostra aetate”




IACOPO SCARAMUZZI
CIUDAD DEL VATICANO

El Papa subrayó que la progresiva puesta en práctica de la declaración conciliar “Nostra aetate” ha permitido que las relaciones entre católicos y hebreos se haya vuelto «cada vez más amigable y fraterna». Lo afirmó durante una audiencia a una amplia delegación de representantes de rabinos europeos, estadounidenses e israelíes, misma que le entregó oficialmente el documento “Entre Jerusalén y Roma”, respuesta oficial hebraica a la declaración conciliar.  

Francisco recibió a los representantes de la Conferencia de los Rabinos de Europa, del Consejo Rabínico de Estados Unidos y de la comisión del Gran Rabinato de Israel comprometida en la comisión de la Santa Sede para las Relaciones religiosas con el hebraísmo. 

Cuando la declaración cocniliar “Nostra aetate” fue publicada, dijo en su saludo el rabino Pinchas Goldschmidt, jefe de los rabinos de Moscú y presidente de la Conferencia de los Rabinos de Europa, en el mundo hebraico había habido «escepticismo», pero «ahora podemos afirmar que el cambio» de la Iglesia católica frente al mundo hebraico «ha sido genuino y profundo». El rabino presentó el documento “Entre Jerusalén y Roma”, que lleva la fecha de febrero de 2016 pero publicado a principios de este 2017. Se trata de una «respuesta oficial» a la “Nostra aetate”. «Espero que nuestra fraternidad se refuerce todavía más», dijo Goldschmidt. 

«En nuestro camino común, gracias a la benevolencia del Altísimo, estamos atravesando un momento fecundo de diálogo», dijo por su parte el Papa. «Va en este sentido el documento “Entre Jerusalén y Roma”, que han ustedes elaborado y que hoy recibo de sus manos. Es un texto que tributa particulares reconocimientos a la Declaración conciliar “Nostra aetate”, que en su cuarto capítulo constituye para nosotros la “magna charta” del diálogo con el mundo hebraico: de hecho, su progresiva actuación ha permitido que nuestras relaciones se hagan cada vez más amigables y fraternos. “Nostra aetate” ha insistido en que los comienzos de la fe cristiana se encuentran ya, según el ministerio divino de la salvación, en los patriarcas, en Moisés y en los profetas y que, al ser grande el patrimonio espiritual que tenemos en común, hay que promover entre nosotros el mutuo conocimiento y aprecio, sobre todo mediante estudios bíblicos y coloquios fraternos. Así, durante las últimas décadas nos hemos podido acercar, dialogando eficaz y fructuosamente; hemos profundizado nuestro conocimiento recíproco e intensificado nuestros vínculos de amistad. La Declaración “Entre Jerusalén y Roma” no oculta, como sea, las diferencias teológicas de nuestras tradiciones de fe. Sin embargo, expresa la firme voluntad de colaborar más de cerca hoy y en el futuro. Su documento se dirige a los católicos llamándolos “socios, estrechos aliados, amigos y hermanos en la búsqueda común de un mundo mejor que pueda gozar de paz, justicia social y seguridad”. Otro paso reconoce que “a pesar de las profundas diferencias teológicas, Católicos y Hebreos comparten creencias comunes” y “la afirmación de que las religiones deben utilizar el comportamiento moral y la educación religiosa -no la guerra, la coerción o la presión social- para ejercer la propia capacidad de influir y de inspirar”. Esto es muy importante: que pueda el Eterno bendecir e iluminar nuestra colaboración para que juntos podamos acoger y poner en práctica sus proyectos cada vez mejor, “proyectos de paz y no de desventura”, para “un futuro lleno de esperanza”». 

También participó en la audiencia del Papa el jefe de la comunidad hebraica de Roma, el rabino Riccardo Di Segni, que durante la última audiencia de Bergoglio a la Conferencia de los Rabinos Europeos, de la que es vicepresidente, en abril de 2015, no pudo participar porque estaba ocupado con las ceremonias por la muerte de su predecesor, Elio Toaff. 

A cien años de la revolución bolchevique y a más de sesenta años del final de la Segunda Guerra Mundial y de la Shoah, subrayó el rabino Goldschmidt en su saludo inicial, los líderes religiosos que hablan sobre la «dignidad del hombre en contra del racismo y en contra del nazismo» deben, ahora más que nunca, «caminar por el sendero del Dios de la vida y amarse recíprocamente entre hermanos, todos creados a Su imagen y semejanza». 

El Papa concluyó su discurso expresando sus felicitaciones por el nuevo año hebraico, que comenzará dentro de pocas semanas: «¡Shanah towah!», ¡feliz año!, dijo: «Les agradezco nuevamente por haber venido y les pido que se acuerden de mí en sus oraciones. Quisiera, para concluir, invocar con ustedes y sobre todos nosotros la bendición del Altísimo sobre el común camino de amistad y confianza que nos espera. Que en su misericordia, el Omnipotente nos conceda y al mundo entero su paz. ¡Shalom alejem!». 

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