lunes, 1 de julio de 2013

DEJAR PLANTADOS A LOS MÚSICOS





Con verdadera pena escuché las noticias referidas a que el papa Francisco no quiso asistir al concierto preparado con ocasión del Año de la Fe, porque según interpreto de sus palabras, no pierde el tiempo asistiendo a conciertos a los que más bien asisten los príncipes renacentistas que se dedican a escuchar música y no a trabajar.

Digo que me ha dado pena, y especialmente por los músicos. Tengo hijos pequeños que tal como se los he contado antes, tocan el violoncelo y el piano. Sé cuánto ponen de empeño en preparar dos veces al año sus humildes y pequeñas presentaciones que son una muestra de todo el trabajo realizado durante el año. Sé cuánto esmero ponen, y muchas veces han de vencer su pereza y su cansancio para conseguir que las piezas elegidas se interpreten de la mejor forma posible.

Preparar un concierto es una tarea muy difícil. Tengo amigos músicos y sé de primera fuente todo lo que hay detrás. Hay que hacer los arreglos, luego ensayar y ensayar hasta que quede perfecto, no es un trabajo improvisado. Y unido a lo anterior se tiene siempre presente al auditorio hacia el cual va dirigido el concierto. Me imagino a los músicos preparando su concierto ilusionados en presentarse ante el Vicario de Cristo. Me imagino las conversaciones en sus casas o con sus amigos señalándoles que van a presentarse ante el Papa. Y bueno, ¿qué pasó? El Vescovo di Roma se niega a asistir dejando plantados a los músicos...¡qué desilusión para ellos! ¿Habrá pensado esto el Papa? Me parece que es de una falta de delicadeza imperdonable lo que ha hecho con la orquesta, con el director y con todos los que organizaron esta presentación. Fea la actitud, fea la actitud, como cantan mis hijos.

¿Era tan urgente el trabajo que no podía tomarse dos horas de "su" tiempo...de su bendito tiempo para asistir al concierto preparado con tanto cariño? Eso sólo lo sabe él. Yo por mi parte felicito a los músicos que tocaron igual frente a un trono vacío que acusaba la mala educación de aquel para cual estaba destinado.