La
entrevista
Continuamos
con pasajes significativos de la entrevista brindada por Francisco al Padre
Antonio Spadaro, S.J., la cual fue publicada en principio en La Civiltá
Cattolica el 19 de septiembre de 2013, y en español en la Revista Razón y Fe de
España.
Francisco:
“Tenemos
que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del
Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y
cualquier enfermedad. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales
que son verdaderos “heridos sociales”, porque me dicen que sienten que la
Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante
el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual
tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir
esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar
sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos
ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal.
Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la
homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: “Dime, Dios, cuando
mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y
la condena?”. Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en
el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es
nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con
misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la
palabra oportuna”.
“Acompañar”
a las personas, ¿adónde? “Es nuestro deber acompañarlas a partir de su
condición”, es decir, ¿no ayudándoles a cambiar su condición si esta es un
estado de pecado? ¿Cuántas ambigüedades, confusiones y barbaridades más ha de
decir Francisco? Y sin embargo…
El
silencio
Las
palabras de Francisco que han provocado polvareda y que los homosexualistas aprovechan para fortalecer su posición en todo el mundo –donde se
lo permiten, ya que afortunadamente en algunos países, no católicos,
precisamente, como Rusia- no gozan de la libertad y el poder de corrupción que
tienen en Occidente, las palabras que desde la famosa entrevista a bordo del
avión, a su regreso de Río de janeiro, no han provocado sin embargo la condena
de quien se supondría representa a la Tradición católica, quienes se dicen
herederos de Mons. Lefebvre. Por el contrario, lo único que hasta ahora Mons. Fellay
ha atinado a decir ha sido:
“Con
la llegada del Papa Francisco, de quien todavía es difícil adivinar las
intenciones, los proyectos que pueda tener para la Iglesia y para la
Fraternidad…”
“Seamos
prudentes, no precipitemos los acontecimientos, veremos.”
“Nosotros
debemos conservar la más grande prudencia antes de emitir un juicio (sobre
Francisco), mientras no lo veamos en las obras.”