sábado, 5 de abril de 2014

VIA CRUCIS




COMENTARIOS ELEISON - CANONIZACIONES IRREALES



Número CCCLI (351)
5 de Abril de 2014

CANONIZACIONES IRREALES

Mons. Williamson


La “canonización” de dos de los Papas Conciliares, Juan XXIII y Juan Pablo II, está programada para el último domingo de este mes, y muchos Católicos creyentes casi se están muriendo de miedo. Saben que los Papas Conciliares han sido destructores (objetivos) de la Iglesia. Saben que la Iglesia mantiene que las canonizaciones son infalibles. ¿Van a ser forzados a creer que Juan XXIII y Juan Pablo II son Santos? Sobresalta la mente. Pero no necesita hacerlo.

En Agosto del año pasado estos “Comentarios” afirmaron el hecho de que las “canonizaciones” de la Neo-Iglesia son una realidad tan diferente de las canonizaciones pre-Conciliares que ningún Católico necesita creer que las canonizaciones post-Conciliares son infalibles. No estaba equivocado, pero mientras que afirmé el hecho de que esto es así, no di la razón del porqué, lo cual es una manera superior de conocer algo. Por el contrario, en una conferencia de un retiro, tal vez de 1989, Monseñor Lefebvre dio la razón profunda radical del porqué. Esta razón – podredumbre mental modernista -- es crucial para comprender correctamente la totalidad de la Revolución Conciliar.

Monseñor dijo que al igual que una masa de hombres modernos, los Papas Conciliares no creen en ninguna verdad siendo estable. Por ejemplo la formación de Juan Pablo II fue basada en la verdad que evoluciona, que muda con los tiempos, que progresa con el avance de la ciencia, etc. Que la Verdad nunca sea fija es la razón por la cual en 1988 Juan Pablo II condenó las Consagraciones Episcopales de la FSPX, porque ellas brotaron de una idea de la Tradición Católica fija y no viviente o mutante. Pues ciertamente los Católicos mantienen, por ejemplo, que cada palabra del Credo es inmodificable porque las palabras han sido forjadas no sin esfuerzo a lo largo de las edades para expresar tan perfectamente como sea posible las verdades inmutables de la Fe, y estas palabras han sido infaliblemente definidas por los Papas y por los Concilios.

Las verdaderas canonizaciones son otro ejemplo: (1) el Papa pronuncia como Papa, (2) que tal y tal persona es un modelo de fe y moral, (3) de una vez y para siempre (nadie solía ser descanonizado), (4) para que toda la Iglesia la acepte como tal modelo. Como tal, las canonizaciones acostumbraban llenar las cuatro condiciones de la enseñanza infalible de la Iglesia y se mantenían como infalibles. Pero esta idea Católica de una verdad inmutable es inconcebible para las fluidas mentes modernas como lo es la de los Papas Conciliares. Para ellos la verdad es vida, una vida en desarrollo, en evolución, en crecimiento hacia la perfección. ¿Cómo puede entonces un Papa Conciliar ejecutar, menos aún imponer, una canonización infalible?

Monseñor imagina como un Papa Conciliar podría reaccionar ante la idea de haber hecho tal cosa: “¡Oh, no! Si alguna vez en el futuro resulta ser que la persona que yo canonicé no tenía todas las cualidades requeridas, bueno, algún sucesor mío puede bien declarar que yo hice una declaración de la virtud de esa persona pero no una definición de una vez y para siempre de su santidad”. Mientras tanto, la “declaración” del Papa “canonizante” ha hecho felices al Presidente de la República local y a los Cristianos locales y él les ha dado a todos ellos una excusa para tener una fiesta para celebrar.

Si uno piensa en ello, esta explicación de Monseñor aplica a la Neo-Iglesia en todos sus ámbitos. Lo que tenemos en el Vaticano II es la exigente belleza de la Verdad inmutable de Dios que conduce al Cielo siendo reemplazada por la complaciente fealdad de la fluida fantasía del hombre que puede llevar al Infierno, pero que habilita al hombre, como él lo piensa, a tomar el lugar de Dios. El paso clave en este proceso es el desenganche de la mente de la realidad. Cuando el proceso es aplicado hoy en día a la Iglesia en forma de modernismo, los resultados son tan totalmente dispares a lo que ocurría antes que las nuevas realidades absolutamente requieren nuevos nombres: Neo-Iglesia, Neo-canonizaciones, Neo-santos, etc. Después de todo, ¿no están los Conciliaristas orgullosos de hacer todo de nuevo?

Kyrie eleison


APERTURA SITIO OFICIAL DE LA RESISTENCIA CATÓLICA EN FRANCIA





PLEBEYISMO



“Conviene que vayamos preparando la revolución contra el plebeyismo, el más insufrible de los tiranos”. Ortega y Gasset, Democracia morbosa, 1916.


Castellani explica a Kierkegaard. “Si un Rey se enamora de una sirvienta naturalmente va a sufrir; pero ¿si una sirvienta se enamora de un Rey? Mas volviendo la vista a la Prometida de Cristo, la Iglesia, ve que ella no sufre, lejos de eso, anda muy campante, en politiquerías y apariencias, cómoda, confortable, acomodada. Va a bendecir el Congreso de los Ferroviarios”. Eso es exactamente la iglesia conciliar, que aparenta para el mundo ser “católica”, ahora más “dicharachera” y “divertida” que nunca con el papa (¿?) tanguero y futbolero que “misericordea” con los judíos. En realidad no “misericordea” sino que “miserabiliza” la fe. Si K. dijo que “El protestantismo es el aliado del plebeyismo” entonces Bergoglio es todo un protestante. Tal vez esto es lo que le haya querido hacer saber la Vieja Hereje Isabel II del British Empire, regalándole una canasta con comestibles a Francisco, además de llegar tarde a la cita. Nada de realeza: plebeyismo politiquero y falsa aristocracia disfrazados para la ocasión. Con el consabido broche final de Francisco, dirigido a la jefa espiritual de los herejes que odian a la Iglesia Católica, que de tan repetido se ha tornado un jingle de sus encuentros diplomáticos: “Rece por mí”. Y aquí una vez más se ve el doble discurso de Bergoglio: los mafiosos deben dejar de hacer mal y convertirse porque sino “les espera el Infierno”. A la madraza de los criminales, en cambio, le pide que rece por él. ¿No es esto lo que condenaba Nuestro Señor, el hacer acepción de personas? Por supuesto, ¿quién es él para juzgar a la Reina de Inglaterra?

CAMINAR




“Nuestra vida es un camino, y cuando nos paramos la cosa no va”.

Francisco


“La herejía de la acción sin freno del voluntarismo, consiste en caminar mucho y pensar poco”.


Castellani, “Las muertes del padre Metri”.

P. SIMOULIN: FALSOS MOTIVOS PARA SOMETERSE A ROMA MODERNISTA.

NON POSSUMUS

El Padre Simoulin se ha distinguido por ser uno de los sacerdotes más acuerdistas de la FSSPX. "El Seignadou" es una publicación oficial de la FSSPX del priorato Saint Joseph des Carmes, cuyo editor es el Padre Simoulin. Nuestros comentarios en rojo.

Padre Michel Simoulin: La gran cuestión que se nos plantea.

Fuente: Tradinews





Le Seignadou - abril 2014
La gran cuestión que se nos plantea a nosotros y en primer lugar a nuestros superiores, es sin ninguna duda ésta, la cual fue bien formulada por un amigo: “¿No hay ningún peligro para la fe el aceptar ponerse bajo una autoridad, Papa u obispo que, continúan desde hace 50 años la obra de la destrucción de esta fe, y esto sin acordar con anterioridad las cuestiones doctrinales involucradas?”
La primera respuesta es evidente: Por supuesto que el peligro es grande y real, nosotros estamos conscientes de ello y nosotros siempre lo hemos dicho y explicado. Es fácil reportarse a todos los estudios que hemos hecho sobre el concilio, el nuevo catecismo, Juan XXIII y Juan Pablo II, entre otros.

Es evidente que, si ningún “acuerdo” se ha realizado todavía, como lo ha dicho claramente Monseñor Fellay, es porque no queremos someternos incondicionalmente acontrario sensu: confiesa que los acuerdistas están dispuestos a un sometimiento condicional a una autoridad de la cual no estamos seguros las eternas dudas de los liberales… que nos quiera bien y nos permita continuar sirviendo a la Tradición de la Iglesia sin obligarnos a aceptar el Vaticano II sin discusión cobarde repliegue: para estos liberales no se trata de combatir por el triunfo de la fe sobre la herejía modernista dominante, sino sólo de que no se nos imponga el Vaticano II, de tener seguridades y tranquilidad en el metro cuadrado tradicional que se nos permita tener en el zoológico ecumenista.