viernes, 31 de octubre de 2014

MONSEÑOR LEFEBVRE, ¿“APARICIONISTA”?






Sí, seguramente el mismo Monseñor Lefebvre sería hoy acusado de tal “aparicionismo” por los enemigos de su obra y su legado, por los imprudentes y los fanáticos sin discernimiento que juzgan temerariamente a los demás.

Monseñor Lefebvre solía ir a San Damiano, aparición que no estaba aprobada por la Iglesia... allí él recibió muchas gracias de Nuestra Señora... la aparición está ahora condenada por el obispo del lugar... Esto lo dice el sitio La Porte Latine (http://laportelatine.org/international/communic/presse/europe/suisse/2011/rocher72/chroniquemaijuinl2011.php)

 Y afirmó en abril de 1974 Mons. Lefebvre:

“Y si por su gracia, por su bondad, Nuestro Señor quiere decirnos por medio de su Santa Madre, mensajes que Él desea sean comunicados al mundo, recibámosles si tenemos la convicción que son verdaderos, recibámosles con agradecimiento, con acción de gracias. Pero esto no debe disminuir la devoción en los medios normales que Dios nos ha dado”.

Finalmente nos parece conveniente retener estas palabras del P. Juan Bautista Scaramelli, en su obra "Discernimiento de los Espíritus":

“... es necesario tener siempre delante de los ojos aquel célebre dicho: Nequid nimis; que todo exceso es vicioso. El ser demasiado fácil dado a creer en gracias extraordinarias es vicio; pero también es vicio el ser demasiado difícil. Muchas almas se hallan que están ilusionadas por el demonio o por su fantasía; pero se encuentran también otras que son regaladas de Dios. En nuestros días non est abbreviata manus Domini. Y por eso es menester ir por el camino del medio: no ser ni crédulo ni incrédulo, de otra suerte caeremos nosotros en las ilusiones que tememos en los demás (Ndb: porque en esta materia iluso es no sólo el que cree lo falso, sino también el que no cree lo verdadero, como cuando los Apóstoles tuvieron por ilusas a las mujeres que vieron a Cristo resucitado, siendo ellos los ilusos). El camino del medio es, a mi ver, examinar bien las cosas, y decidir sobre el fundamento de razones buenas y sólidas. Si bien convengo también yo que en tales cosas extraordinarias es menester andar siempre un paso más atrás, pero que sea un paso, y no mil.”


jueves, 30 de octubre de 2014

LOS ESCÁNDALOS DEL MUNDO – SAN AGUSTÍN





San Agustín. Sermón 81.


Sobre las palabras del Evangelio de San
Ma­teo (18,7): ¡Ay del mundo por los escándalos!


1.LA PROTECCIÓN CONTRA LOS ESCÁNDALOS.

Acabamos de oír unas lecciones divinas donde se nos da el aviso de arreciarnos con la virtud y ceñirnos la armadura sobre el cristiano pecho a prevención de los escándalos, que anunció para lo futuro la mi­sericordia de Dios. En efecto: ¿Quién es el hombre, dice un salmo, para que te acuerdes de él? ¡Ay del mundo por los escándalos! Dícelo el Señor, dícelo la misma Verdad. Y nos ame­drenta y nos avisa para que nos hallemos apercibidos; en modo alguno para quitarnos el ánimo. Por consuelo de este ¡Ay!, o digamos de un mal como éste, tan de temer y precaver, y a fin de alentarnos y aleccionarnos, hay un lugar en la Escritura que dice: Mucha paz tienen los amadores de tu ley, y para ellos no hay escándalo, donde nos señala el vitando enemigo y no se ol­vida de mostrarnos el pertrechado muro. Estas palabras: ¡Ay del mundo por los escándalos!, tráente al pensamiento adonde fuera del mundo has de huir para guardarte de los escándalos; mas para no dar en ellos, ¿adónde irás, fuera del mundo, sino a quien hizo el mundo? Y refugiarnos en el Hacedor del mundo, ¿no es oír su ley, anunciada en todo el mundo? Y aun oírla es poco; requiérese amarla, pues no está en oír la seguridad contra los escándalos. No dice la Escritura divina: Mucha paz tienen los que “oyen tu ley”. Porque no los oidores son justos delante de Dios, sino los obradores de la ley serán justificados. Por eso y porque la fe se actúa por la caridad, dice el salmista: Mucha paz tienen los amadores de tu ley, y para ellos no hay escándalo. Rima con este pensamiento lo que también hemos salmodiado a coro: Los mansos poseerán la tierra y gozarán en abundancia de la paz, porque mucha paz tienen los amadores de tu ley. Luego los mansos y los amadores de la ley divina son idénticos. Bienaventurado, en efecto, el hombre a quien tú, ¡oh Señor educares y al que das sabiduría con tu ley para que esté tranquilo en los días de la aflicción, en tanto al impío se le cava la fosa. ¡Cuán diferentes, al primer viso, parecen las expresiones de la Escritura! Todas, sin embargo, van afluyendo a una misma idea; por manera que, oigas lo que oigas, si ello ha brotado de esta ubérrima fuente, debes asentir a ello y mostrarte conforme por amor a la verdad, con absoluta paz, con ardiente caridad y apercibido contra todos los escándalos.

2. SEGURIDAD DE LOS MANSOS EN LA TRIBULACIÓN.

Ibase pues, a ver, indagar o aprender cómo habernos de ser mansos, y esto de las Escrituras que ahora poco traje a la memoria, nos brinda la solución. Estése vuestra caridad una migaja de atenta porque se trata de algo muy importante: cómo habernos de ser mansos; de necesidad en la adversidades. Las adversidades temporales, a la verdad, no se llaman escándalos. ¿Qué son los escándalos? ¡Atención! Un hombre, por ejemplo, en trance de alguna necesidad experimenta compresión; esta compresión no es escándalo. Los mártires fueron comprimidos, mas no fueron oprimidos. Guárdate, pues, del escándalo; de la compresión no excesivamente. La compresión comprime, el escándalo oprime. ¿Qué diferencia, por ende, hay entre compresión y escándalo? En la compresión te armas de paciencia, perseveras firme, no das de mano a la fe, no te avienes al pecado. Si esta resolución tomas o tomares, la compresión no será para ti motivo de ruina; te servirá más bien para lo que sirve en el lagar; no para echar a perder las aceitunas, sino para licuar el aceite. Si bajo esta compresión, en fin, prorrumpes en alabanzas de Dios, ¡cuán útil prensa no es para ti, pues tal licor mana de ahí! Estaban presos los apóstoles, encadenados, y bajo aquella presión cantaban himnos a Dios. ¿Qué era lo prensado? ¿Qué era lo licuado? Estábase Job en el estiércol, sometido a presión enorme, desposeído de todo, sin arrimo, sin hacienda, sin hijos; lleno..., pero de gusanos. Esto por fuera, mas como adentro estaba lleno de Dios, alababa a Dios, y aquella presión no era para él escándalo, ¿Dónde halló el escándalo? En su mujer, la cual se le llegó y le dijo: ¡Di algo contra Dios y muérete! Desposeído de todo por el diablo, se le dejó la Eva para someterle a prueba: no para consolación, sino para tentación. He ahí el escándalo. Exageró las miserias de él, miserias a la vez de ella, y dio a persuadirle que blasfemara. Empero, como él era manso, pues habíale Dios instruido acerca de su ley y le había templado en el rigor de los días malos, había mucha paz en el corazón de aquel amador de la ley divina, y para él no hubo escándalo. El escándalo era ella, mas no para él. En fin: ahí tienes al manso; ahí tienes al educado en la ley de Dios; quiero decir, en la divina ley eterna, pues la ley dada en tablas a los judíos no existía en los años de Job; conservábase aún, sin embargo, en los corazones de los hombres religiosos aquella ley eterna, de la que fue copia la que se dio a Israel. Y porque había sido templado con la ley contra el rigor de los días malos, y, por amador de la ley divina, tenía mucha paz, deduce por su respuesta la sublimidad de su mansedumbre. Y comprende ahora lo que propuse: Quiénes sean los mansos. Has hablado, le dijo Job a su mujer, como una de las mujeres necias. Si los bienes los recibimos de la mano del Señor ¿no hemos de sobrellevar los males?

3. LOS MANSOS. EL MUNDO BUENO Y EL MUNDO MALO.

SAN IGNACIO DE LOYOLA – POR GIOVANNI PAPINI





1

Es inútil ocultar la verdad: San Ignacio no es po­pular. Entre los mismos católicos muchos lo admiran como a un gran santo pero pocos lo aman.
El pagano Goethe pudo contemplar con agrado la imagen de San Felipe Neri; el protestante Sabatier pudo consagrarse a San Francisco; el ateo Shaw pudo entu­siasmarse por Santa Juana de Arco; pero al creador de la Compañía de Jesús nadie lo acaricia. Aquellos mismos que lo veneran no saben acercarlo con el corazón e ilu­minarlo con la imaginación; algunos lo estiman como político y místico cuando saben, o lo desprecian como el' corifeo de los hipócritas cuando no saben nada de él y de los suyos.
Esta aversión proviene de diversas causas: en pri­mer lugar, como se ha dicho, de la ignorancia; la se­gunda, del odio hacia la Orden que repercute en su fun­dador y también, creo, por el hecho de que ningún ver­dadero escritor, después de Daniel Bartoli, ha empleado su arte para representar la belleza de la vida y del alma de Loyola (1). Pero existe una razón más profunda y menos conocida; esto es, que San Ignacio, por su naturaleza y por la empresa que eligió es, en cierto sentido, el más absolutamente católico de los santos. Los enemigos del Catolicismo, los ausentes de Roma y los católicos tibios (que son los más) se hallan demasiado distantes para comprenderlo plenamente, id est para amarlo.
Entendámonos: entre los santos no existen grados de catolicidad y todos los santos reconocieron y aceptaron la disciplina de la Iglesia y la autoridad del papa. Pero los más, aun conservando siempre una adicta reverencia al jefe visible, consagráronse más bien a la oración, a la predicación de la palabra de Dios, y al consuelo de las miserias del cuerpo y del espíritu. San Ignacio unió más estrechamente estos ejercicios de la santidad con la defensa directa del cuerpo terrestre de Cristo que es la Iglesia. Esta originalidad, que constituyó la fuerza y el éxito de la Compañía, y respondía a la urgente necesidad de la época, es también la razón por la cual aparece tan hosca su alma a los no católicos, atraídos generalmente por los aspectos humanitarios o pintorescos de la santidad, y también a los católicos, los cuales, prefieren y aprecian más a aquel que se desvela en curar las heridas y alimentar al hambriento y no comprenden a aquel que se sacrifica en pro de la conexión necesaria para la salvación de las almas. Ved, para comprender mejor la novedad y el alcance, la sucesión de las grandes Órdenes que de tiempo en tiempo surgieron para salvar, ante la inminencia del peligro, la Fe y la Iglesia.
Los hijos de San Benito eran campesinos contemplativos, mas luego, con el tiempo, convirtiéronse en señores demasiado ricos y poderosos. Surgieron entonces los hijos de San Francisco y de Santo Domingo que fueron los apóstoles mendicantes: pobres entre los pobres. Mas a principio del siglo xv la gran revuelta luterana amenazó, por otra parte, toda forma de monaquismo y de ahí que surgieron los hijos de San Ignacio que fueron maestros y guerreros de acuerdo a las exigencias de los tiempos. Todas estas órdenes se distinguen entre sí por las diversas empresas exigidas por la época, y por los diversos genios de los fundadores. De esta manera, para los Benedictinos la virtud característica era la contemplación; para los Franciscanos la pobreza; para los Jesuitas fue la obediencia. Debían defender y reconquistar; por consiguiente debían convertirse en soldados y no existe ningún regimiento o ejército que pueda mantenerse sin la obediencia. Pero entre todas las virtudes cristianas, la que atañe a la obediencia es, en los tiempos modernos, la más repudiada: y a ello se debe también que la Compañía Ignaciana aparezca tan opuesta al encarnizado espíritu de rebelión de los últimos siglos y sea, por esta razón, tan impopular.
Sin embargo la obediencia, para un cristiano consciente, tiene tantos derechos a la absoluta admiración como la castidad y la oración: el pecado original, aun siendo soberbia en la sustancia, manifestóse como desobediencia. Quien quiera volver a la perfección de Adán en su inocencia, ha de hacer desaparecer de sí toda resistencia a la divina voluntad y a los que hacen sus veces.
“Renunciar a la propia voluntad — escribió San Ignacio—, tiene más mérito que resucitar a los muertos...” Palabras que parecen blasfemias a la gazmoñería luterana que también hoy oscurece el entendimiento de las semibestias modernas, pero palabras muy profundas, puesto que la voluntad propia significa casi siempre, egoísmo, orgullo, es decir, la quintaesencia de todo delito de lesa divinidad. El famoso perinde ac cadaver no es más que una imagen violenta, de las que acostumbran los genios, para significar que hemos de extirpar de nosotros el Adán carnal y soberbio, para que nuestro espíritu logre una mayor vitalidad y una mayor disposición al trabajo necesario. Pero es así: cuando Epicteto habla del hombre como de un alma apocada que se arrastra tras un cadáver, todos los espíritus fuertes, los filósofos desamorados y falsificados exultan y aplauden; si un santo habla de “cadáver” estos mismos jumentos antropocéfalos se horrorizan y protestan.
Pero esta absoluta obediencia que quiso e impuso San Ignacio era muy necesaria, entonces, por graves razones, si bien contingentes. La Iglesia, a principios del siglo xv, fue asaltada, asediada y desmembrada como nunca: había necesidad, más que de orates y de mendicantes, de soldados. El heroico oficial de Pamplona fue la respuesta victoriosa de la España romana a la Alemania herética y separatista: el Antilutero.


2

En el mismo año de la Dieta de Worms (1521), cuando perdióse la esperanza de una posible retractación del frenético agustino cuyos librejos venenosos fueron quemados por orden de Carlos V, un audaz caballero vasco, herido en una pierna por un cañón de Francisco I de Francia, era conducido al castillo paterno de Loyola y durante su convalecencia resolvía abandonar el servicio del Mundo y de los príncipes, para consagrarse a la divina Majestad y al servicio de la Iglesia. También Lutero, en aquellos mismos meses, era recluido, aunque no herido en el cuerpo, en un castillo, en Wartburg, pero para mejor aprestar, libre de todo peligro, sus nuevas agresiones contra Roma.

APUNTES DESDE LA TRINCHERA






La pasión de la verdad      

"Sólo en la verdad se puede fundamentar una verdadera grandeza; sólo diciéndola se puede caminar a ella. Hoy día estamos tan sumergidos en mentiras que el amor a la verdad representa una especie de martirio, y conduce al martirio real cuando se vuelve verdadera pasión; y la verdad se vuelve pasión en todos aquellos que se abren al espíritu de Dios". Esto dijo el Padre Castellani.
Pero en los que no se vuelve una pasión, la verdad se vuelve tal vez –y como mucho- una afición, algo con lo que se puede juguetear un rato cada día, sin que comprometa demasiado en el resto de la vida. Esta es una forma muy fácil de engañarse. Publicamos en la Internet algunas frases o citas combativas, filosas, inteligentes, católicas apostólicas y romanas, o hacemos o concurrimos a conferencias y charlas, a jornadas de formación o presentación de libros, o armamos videítos o archivos que reenviamos, y con eso nos creemos cumplidos y a otra cosa. Eso es algo que cunde mucho en la línea media y que la FSSPX le ha copiado a ésta. Se hacen conferencias y ciclos “esplendorosos” sobre la Cristiandad, sobre el Liberalismo, se lo condena con los Papas de la Iglesia pre-conciliar…muy bien, pero…pero después se actúa como liberal, se piensa como liberal y… se “duerme” como liberal. Hay por allí muchos grupos y sub-grupos que a su vez se dividen en otros grupos más pequeños, nacionalistas, líneas-media, congregaciones pseudotradicionales, “castellaneanas”, etc. que no van más allá de esto. Furibundas críticas al liberalismo, pregones tradicionalistas, iniciativas muy lindas pero que no comprometen la vida entera de nadie, y después por una verdad que incomoda o despatarra toda esa estructura ideológica…el silencio, el desdén, el encierro en la propia morada confortable de la congregación, la capillita, el grupo de estudios o el sitio web. La confusión lo invade todo y el espíritu liberal –a veces disfrazado de “Tradición”- se inmiscuye en los ambientes que parecían o se creían blindados. “Somos adultos y no necesitamos censuras ni reconvenciones”, dirán algunos. “Estamos sinceramente comprometidos en esta lucha”, se ufanarán otros. “No puedo hacer más” dirán otros más bien distraídos, y unos cuantos se contentarán con obedecer ciegamente, sin animarse a pensar. Pensamiento tradicional y conducta liberal. Fustigar a la Masonería y aceptar el secretismo y la obediencia ciega de los superiores. Mentar el martirio y sonreírle al Jefe de la secta modernista. Facilidades por todos lados, orgullos que no esperan ni desean esa “especie de martirio” que representa el amor a la verdad. Mediocridad. Hasta ahí llegamos. Conferencias, cursitos, charlas de café y tertulias: eso “demuestra” nuestro combate. Sí, muy bien, muy meritorio, pero muéstrame tus heridas. Muéstrame lo que has perdido en el camino. Muéstrame lo que has resignado, muéstrame los que te han abandonado o negado la palabra. Muéstrame los que te han rechazado, los que debiendo ayudarte te han olvidado o te han perseguido, y entonces sabré que tu compromiso no se ha quedado en las palabras, sino que ha tomado tu vida entera y quieres ser otro Cristo. Amor a la verdad, qué fácil se proclama, qué difícil se vive. Cristo, misericordia de nosotros.



El odio a la mentira

Se dice que se ama la verdad, pero no se odia lo suficiente la mentira. Porque esto último es lo que al mundo de verdad le repugna. El mundo está dispuesto a aceptar una verdad, mientras ésta no sea exclusiva y no comprometa su mentira. Ahora bien, cuando esa verdad se torna intransigente con la mentira, esté esta donde estuviere y se disfrace como se disfrazare, allí surge el rechazo por quien no quiere someterse ni a la sombra de la mentira. Quien ama el vino puro de la verdad se torna un fanático para quien en alguna u otra medida hace compromisos. Se vive fácil del martirio ajeno. Claro que nadie tiene derecho a exigirle a nadie sino sólo a sí mismo por amor a Dios, todo el sacrificio que Dios quiere le demos como correspondencia a su entero amor por nosotros.
El problema está en que la mayoría (habría que recordar lo que dijo el P. de la Cloriviere, no?) para no tener problemas con la autoridad, prefieren tener problemas con la verdad. Por eso se quedan en el molde. Y al que dice demasiado la verdad lo prefieren lejos, donde no interfiera con su piadosa tranquilidad de vida (esto también ya lo dijo Ernest Hello), que ya bastante problemas tiene. Con esto se olvidan que Cristo N.S., que los Apóstoles, que los Mártires y los Santos todos tuvieron en algún momento de sus vidas problemas con las autoridades, ya sean políticas, de la Iglesia o de su misma congregación, o incluso de su propia familia. Y debieron elegir entre afirmarse en la verdad a costa de perder la tranquilidad de sus vidas, o permanecer en cierta tranquilidad de sus vidas volviéndose tibios y cobardes. Que Dios nos conceda el saber valorar el don de la verdad para hacer que nuestra vida sea verdaderamente a imitación de la Suya. 


A los nacionalistas

“NO HAY REMEDIO, hay que decir a los ''nacionalistas" grandilocuentes y efusivos. No hay recetas, no hay soluciones rápidas, no hay política que valga. "No hay remedio, no se aflija: Vd. fórmese, cíñase tranquilamente a su trabajo y sus estudios; gánese la vida, empezando por la vida eterna. —¿Y la política?— Déjela: los jóvenes no son aptos para la política, por carecer de experiencia. —Pero yo trabajo además de periodista, tengo una audición radial, y estudio historia revisionista. —Puede tomar eso como violín de Ingres al margen de sus estudios de medicina, o de lo que sean,  —-Pero tenemos que tener ideas, tenemos que luchar por el porvenir, por el bien común, por la patria. —Lo único que puede Ud. hacer por la patria ahora es hacerse un hombre — para dentro de 10 años. Déjense de fundar diaritos, de "homenajear" la Vuelta de Obligado y de asistir a conferencias esplendorosas. . . Todo eso está resabido. —Pero ¿no puedo leer libros de política? —Como distracción: aquí tiene, le regalo estos dos: Satán en la Ciudad de Bigne de Villeneuve y Política de Santo Tomás de Bouillon.
El consejo de Santo Tomás en nuestra situación actual es tener paciencia y hacerse mejor cristiano. "A Dios rogando y con el mazo dando". —Justo: pero primero alcanzar a Dios que te dé el mazo; ahora no tienes ningún mazo.” (P. Castellani, Revista Jauja N° 12).



Apóstoles y obispos

miércoles, 29 de octubre de 2014

MONS. FELLAY: TRAS LAS HUELLAS DE LOS PAPAS CONCILIARES







En su sermón de clausura en Lourdes, Mons. Fellay, siguiendo aquel “leit-motiv” tan caro a Juan Pablo II, ha dicho: “No tengan miedo”.

Como puede verse en las imágenes debajo de esta nota, algunos sitios afines a la FSSPX han destacado en sus títulos principales esa frase.

Habiendo dejado de lado el combate de la fe, Mons. Fellay adopta cada vez más un lenguaje vacuo donde con bonitas palabras termina por no decir nada concreto en relación al combate contra los enemigos de la Iglesia católica, centrándose más bien en colocar de enemigos a sedevacantistas y resistentes.  Adopta en este sermón un lenguaje centrado en la “esperanza”, y con modismos afectados, disertando en cinco lenguas diferentes (¿habrá bajado a él el Espíritu Santo, como en Pentecostés?) y en todas con dicción y declamación actoral, poniendo énfasis allí donde debe demostrar que más sentimiento tiene, el Superior General de la Neo-FSSPX dio un discurso donde afirmó que no podemos resolver la crisis por nuestras propias fuerzas, y que por eso el Vaticano II le abrió la puerta al mundo, para evitar perderlo. Pero no solo el Vaticano tiene ese problema, dice, también está entre nosotros, como los sedevacantistas, o los supuestos resistentes, quieren resolver la crisis de la Iglesia por sus propios medios, un problema que nos sobrepasa (A esto debemos decir que, 1. La acusación a la Resistencia antiliberal -"por sus propios medios"- no tiene ningún fundamento, es absolutamente falsa y calumniosa, 2. Juzga buena la intención de los revolucionarios conciliares, al decir que quieren resolver la crisis de la Iglesia; al menos debería omitir el juicio de intenciones, y no absolver livianamente en cuanto al fin o intención.). Dios nos ha prometido su asistencia, continuó, miren el tesoro que Dios ha dado a nosotros sin mérito de nuestra parte, el tesoro de la Tradición. ¿Cómo pretendemos conservarlo por nuestras propias fuerzas? ¿Por medios humanos? El único medio de vencer está en el nombre del Señor. (Preguntamos: ¿entonces para que sigue teniendo cordiales relaciones con los herejes que ocupan el Vaticano, como el Cardenal Muller?)

Continúa diciendo: "La alegría del Señor es nuestra fuerza". Sin Dios no podemos hacer nada. Esto cambia toda la perspectiva.  Nosotros ya no vemos nuestras propias fuerzas. Miramos a NS. El miedo paraliza, impide avanzar, pero es natural, hace que corramos el riesgo, nos amenaza a replegarnos en nosotros mismos, NS dice que la luz no la ponemos bajo el celemín. Así fue la victoria de Gedeón.... Para vencer al mundo basta nuestra fe, no nuestros propios medios, no la metralleta, no las bellas palabras. La fe es suficiente para vencer al mundo.

Como ha señalado un forista, es destacable que las palabras "no tengan miedo" fueron las primeras palabras de Juan Pablo II y uno de sus “hits” más preciados en sus discursos. Del mismo modo, no "replegarnos en nosotros mismos" son palabras de Juan XXIII en la apertura del concilio, y eran habituales en sus discursos y en general en el discurso emanado del Vaticano II. Y son hoy aggiornadas a su modo por Francisco, cuando dice que prefiere una Iglesia que camine y se accidente a una Iglesia encerrada en sí misma y enferma.

Cabría preguntarse: ¿Dice Mons. Fellay a los sacerdotes y fieles que “no tengan miedo” de llegar a una plena reconciliación con Roma?







LA IGLESIA FRANCISQUISTA CLARAMENTE AL SERVICIO DE LA IDEOLOGÍA DE IZQUIERDA



El arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) José María Arancedo, ha realizado un spot publicitario en conjunto con la agrupación de izquierda Madres de Plaza de Mayo. Nos preguntamos, si este obispo se acordará de reconocer y consolar a las madres de los 2000 hijos que asesinó el terrorismo marxista, del cual formaban parte, los hijos de Estela Carlotto y Hebe Bonafini, principales cabezas de la agrupación marxista a la que este obispo está ayudando con su presencia en esta propaganda. Estos no son hombres religiosos fieles a la Iglesia católica, son primeramente políticos advenedizos que se acomodan al poder de turno, siguiendo la postura y ejemplo del ex arzobispo de Buenos Aires ahora devenido pontífice máximo.


Publicado por la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo, 24-Oct-2014.


ANEXO SYLLABUS


Compañeros de ruta.




Mons. Arancedo también tiene la consigna juanpablista que ahora repite Mons. Fellay: "No tengan miedo..."
Miedo no, pero asco sí.





martes, 28 de octubre de 2014

PRIMER DIÁCONO PARA LA RESISTENCIA: HERMANO ANDRÉS OSB.





El Hno. Andrés es guatemalteco y pertenece al Monasterio de la Santa Cruz, Brasil.

Algunas fotos de la ordenación diaconal, realizada el pasado 26 de Octubre, en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, convento de las hermanas Rosarianas.




lunes, 27 de octubre de 2014

¡EL R.P. GERARDO ZENDEJAS DEJA LA NEO-FSSPX Y SE PASA A LA RESISTENCIA!







Este excelente Sacerdote ha dejado la Neo-FSSPX y se ha integrado a la Resistencia ayer domingo, Fiesta de Cristo Rey.

ACTUALIZACIÓN: El Padre Zendejas celebró su primera Misa ayer en Danbury CT, para los fieles de la resistencia de esa ciudad. Luego celebró otra Misa en Sparta, NJ.

El Padre Zendejas no fue expulsado, él pidió su baja de la Fraternidad y la dejó. Su deseo es asentarse y poner a disposición de los fieles una capilla estable en el Noreste de Estados Unidos, para que gocen de una vida parroquial estable. También está trabajando para establecer una casa de ejercicios de San Ignacio.

¡VIVA CRISTO REY!

ORACIÓN POR NOSOTROS LOS VENCIDOS – POR EL PADRE CASTELLANI


“¿Qué he hecho yo por Cristo?”
(San Ignacio)


Dios, que recibes hasta la derrota, 
cuando ha luchado tanto el derrotado 
que de su sangre la postrera gota 
quedó sobre el costado traspasado. 


Dios, que no despreciaste ni el desastre 
cuando ha luchado un poco el desastrado 
pero la ola, el viento, el rumbo, el lastre 
y los astros no estaban de su lado. 



Dios, a quien no lo aterra ni el derrumbe 
cuando el escombro de lo derrumbado 
dejó un pabilo, un hálito, una lumbre 
con que encender el incendio iluminado. 



Dios, que eres capaz de alzar la ruina 
cuando no amó su ruina el arruinado, 
cuando gime sobre ella y adivina 
la huella en ella del primer pecado. 



Que con dejar lo caedizo 
no quedarías bien acreditado, 
harías como todos, como hizo 
siempre el vulgo desaconsejado. 



Señor, que siempre sanaste lo vencido 
más que al triunfante desapoderado 
porque incluso de lo ya fenecido 
surge, si quieres, lo resucitado. 



Rey, cuyo corazón se va al herido 
más bien que al corazón acorazado, 
que más por el enfermo habrás venido 
a nuestra tierra que por el sanado. 



Rey a quien no interesa la victoria 
sino que sea el juego bien jugado 
y más que los laureles de la historia 
que salga alguno, y sea buen soldado. 



Que sobre la política contienda 
no estás ni con uno ni con otro lado 
y estás encima dando siempre rienda 
al que se mata por un sueño honrado. 



Mírame, oh Rey, mi vida dimediada 
la flor de mi vivir ya dimediado, 
con este gran dolor en el costado 
de no haber hecho nada, nada, nada. 



De no haber hecho nada consecuente 
a todo lo soñado y deseado, 
de no haber hecho nada equivalente 
al gran honor del estandarte alzado. 



Mírame, oh Rey, el hontanar vacío 
el gran terreno yermo abandonado 
y ven Tú mismo un día como un río 
en mi vacío nunca resignado. 



Ven Tú mismo, Señor, a mi hondo abismo 
y no lo cures por apoderado, 
pues creaste el mundo por Tí mismo 
y portmismamente lo has salvado. 



Porque si llego al ataúd sombrío 
sin una flor en el peñón pelado 
no eres injusto porque nada es mío, 
pero no fueras tan santificado. 



Pues fuera todo desaprovechado 
y un lance y un albur tan mal perdido 
de hacer un gran milagro insospechado 
diferente de todos los que han sido. 



El más milagro y milagrez más pura, 
el más sencillo y simplemente dado 
inmerecidamente regalado 
a su creatura de la nuca dura 


por el Creador de todo lo creado. 





P. Leonardo Castellani  

DESENMASCARANDO A BERGOGLIO



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¿CONFIRMACIONES EN LA FE MASÓNICA?
 Disolución de la cruz y beso en vez de cachetada


domingo, 26 de octubre de 2014

MONSEÑOR LEFEBVRE: CRISTO REY





Vosotros habéis escuchado esta mañana, en las antífonas que hemos cantado en Laudes y en todos los textos que leemos en la liturgia de hoy:

Nada es tan bello, nada es tan grande, nada es tan sublime como Nuestro Señor Jesucristo que es nuestro Rey.

¡Ah, si el mundo pudiera comprender que Nuestro Señor Jesucristo, hoy, puede y debe ser nuestro Rey!

Pero cuando se lo decimos al mundo moderno, se subleva. Por las palabras que dije en ese discurso que pronuncié en Lille, ¡qué de protestas por parte del mundo! Por haber hablado de los adversarios de Nuestro Señor Jesucristo; por haber dicho que Nuestro Señor Jesucristo era todavía nuestro Rey y que Él debía ser nuestro Rey y que no había más que un solo Rey en este mundo: Nuestro Señor Jesucristo.

El mundo ya no puede aceptar este pensamiento de tener por Rey a Nuestro Señor Jesucristo.

Pero si hacemos referencia a este hecho, que durante mil años Nuestro Señor Jesucristo reinó verdaderamente sobre los pueblos y las naciones durante mil años de cristiandad, entonces estamos diciendo cosas abominables, somos retrasados, escleróticos, gentes que no piensan más que en lo sucedido en los tiempos de la Edad Media. Estamos en el oscurantismo.

¡Pues no! Hasta nuestro último suspiro, nosotros proclamaremos que Nuestro Señor Jesucristo es nuestro único Rey; que no hay otro y que no habrá otro en el Cielo, solamente Nuestro Señor Jesucristo.

Y no es solamente cuando Él vendrá sobre las nubes del Cielo que Él será nuestro Rey.

Y tal vez sea por eso que cambiaron la fiesta de Cristo Rey a finales del mes de noviembre, para hacer comprender que Jesucristo será nuestro Rey al final de los tiempos, cuando descienda sobre las nubes del Cielo; pero no en esta tierra.

Pero nosotros decimos: Sí, en esta tierra Nuestro Señor Jesucristo es nuestro Rey. No solamente cuando Él venga a juzgar a todo el mundo; no solamente cuando venga sobre las nubes del Cielo. Él es nuestro Rey hoy. Él debe ser nuestro Rey mañana. Él debe ser nuestro Señor siempre. Y ésta es la única solución para que los pueblos lleguen a la paz, a la fraternidad, a la justicia, a la santidad, para que lleguen al Cielo. No hay otra solución.

Nosotros debemos entonces hacer todo lo que esté en nuestro poder, para que Nuestro Señor reine en las Sociedades; reine en las familias, reine en los individuos. Este es el papel del sacerdote, de las familias cristianas, de todos los que creen en Nuestro Señor Jesucristo, en su divinidad.

Entonces tengamos esta fe muy firme en nuestros corazones. Y si el mundo se sometiera completamente a las fuerzas de Satanás y a las fuerzas de los adversarios y a las fuerzas que se oponen a la Iglesia, nosotros aún proclamaremos la realeza de Nuestro Señor Jesucristo. No es porque los hechos estén contra nosotros, que Satanás haya podido, de alguna manera,  dominar al mundo; que nosotros debamos aceptar el reino de Satanás y hacer un compromiso con su reinado diciendo: “Bien, nosotros aceptamos que Satanás reine en ciertas sociedades y en cierta medida sobre el mundo”. Nosotros no podemos aceptar eso. Nosotros aguantamos, si no podemos hacer nada más; pero en nuestros corazones, tenemos siempre el deseo ardiente de decir: El día que podamos derrocar a Satanás, lo haremos. Aunque sea al precio de nuestra sangre, para que Nuestro Señor Jesucristo reine.

He aquí lo que es un verdadero cristiano, lo que un verdadero católico debe tener en su corazón, y no hacer compromisos con las fuerzas satánicas y las fuerzas subversivas del mundo.

(Sermón del 31 de Octubre de 1976).




sábado, 25 de octubre de 2014

COMENTARIOS ELEISON - HISTORIA INTERNA II




Número CCCLXXX (380)
25 de octubre de 2014

Historia Interna – II

Mons. Williamson



Cuando la idea de una Cruzada de Rosarios para la Consagración de Rusia fue primeramente expuesta a Monseñor Fellay en Junio del 2006, él aún no sabía que la idea era de hecho una directiva de Nuestra Señora – la mensajera había tenido timidez en decirle. Así que él no fue en contra de la voluntad del Cielo con conocimiento de causa cuando retornando a Suiza luego de su encuentro con la mensajera, él decidió atender a la idea de una Cruzada pero para aplicarla primariamente a la liberación de la Misa Tridentina, dejando la Consagración de Rusia entre las intenciones secundarias. Así que, como Nuestra Señora le dijo a Su mensajera, si bien Ella bendeciría la primer Cruzada como un signo que los mensajes provenían realmente de Ella, no lo sería para confirmar que la liberación de la Misa era lo que realmente Ella quería. La verdadera respuesta a la crisis de la Iglesia y del mundo yacía en la Consagración de Rusia, como pronto le quedaría bien claro al Monseñor.

Así, dado el respaldo de Nuestra Señora, la primer Cruzada fue un éxito inesperado tanto en el número de rosarios rezados por los fieles como en el cumplimiento por parte del Papa Benedicto XVI del deseo largamente esperado por Monseñor Fellay mediante la declaración en su Motu Proprio de Julio de 2007 que la Misa Tridentina nunca había sido abrogada.

Sin embargo, ya en Agosto del 2006, Nuestra Señora había dirigido a Su mensajera para que enviara a Monseñor Fellay una carta en la cual él esta vez era totalmente informado de todos los detalles de la súplica original de Ella, incluyendo que venía del Cielo. A esta carta el Monseñor había respondido positivamente diciendo que él usaría el impulso brindado por la primer Cruzada para lanzar la segunda, y que lo mejor era si él mismo tomaba cartas en el asunto. Pero, un año más tarde, enseguida después del Motu Proprio y hasta el final del 2007, Nuestra Señora dirigió a la mensajera para escribirle a él una y otra vez para recordarle a él el deseo de Ella de que una segunda Cruzada fuera apropiadamente dedicada a la Consagración de Rusia.

Todavía Monseñor Fellay dudaba en comprometerse a sí mismo, así que al comienzo del 2008 Nuestra Señora retornó aún más insistentemente con la misma súplica de que la Cruzada fuera dedicada a la Consagración. El problema era que Monseñor Fellay había estado por largo tiempo trabajando en su propio plan para resolver la crisis de la Iglesia mediante una reconciliación entre la Fraternidad San Pío X y Roma, y la súplica de Nuestra Señora no encajaba en ese plan. Por lo tanto, cuanto más progreso él parecía estar haciendo con los romanos hacia la reconciliación, más difícil devenía para él mantener su promesa de hacer lo que Ella pedía porque él sabía que lo que Ella pedía enojaría a los romanos. En efecto . . .

Fue alrededor de este tiempo que la mensajera, no teniendo conocimiento del porqué el Monseñor estaba continuando a atascar la súplica de Nuestra Señora, le preguntó a Ella si la razón era que el Monseñor no estaba seguro que la súplica viniera en efecto de Nuestra Señora. “No”, fue la simple respuesta, mientras Nuestra Señora bajaba su cabeza y la movía suavemente de un lado al otro, “ese no es el porqué”. Nuestra Señora no dijo cuál era la razón real, Ella solamente dijo que no era porque el Monseñor no creyera que era Ella misma la que estaba haciendo la súplica.

Nos aproximamos al clímax del drama. Y drama fue. A principios del 2008 el mensaje de la Santísima Virgen María concerniente a la Consagración de Rusia estaba deviniendo urgente, dado que Ella sabía que el Monseñor estaba seriamente pensando en hacer uso de la segunda Cruzada para sus propios propósitos. Esta vez el quería usarla para conseguir la segunda de las pre-condiciones para las discusiones con Roma – el levantamiento de las así llamadas excomuniones de los cuatro obispos de la FSPX en 1988.

Kyrie eleison.