viernes, 25 de octubre de 2013

SIEMPRE HABRÁ ALGUIEN PARA DECIR LA VERDAD

Ante las cámaras, la taquígrafa «okupa» el estrado del Congreso y predica: «No os burlaréis de Dios»

Lo que no se atreven a decir los católicos, lo hace una mujer protestante. Dios se vale de quien quiere, cuando quiere y como quiere.


Actualizado 25 octubre 2013   

Pablo J. Ginés/ReL           

Sucedió en el epicentro del poder político -y del caos político- en el país más poderoso de la Tierra, y sucedió la semana pasada, ante un ejército de periodistas, pero la prensa española pasó de puntillas por el tema.

Una humilde taquígrafa de la Cámara de Representantes, mientras se efectuaba la trascendental votación del 16 de octubre para intentar desbloquear el cierre del gobierno federal que tenía paralizado al funcionariado de la primera potencial mundial, tomó el micrófono y empezó a predicar a los políticos, que se pararon y quedaron atónitos.

El vídeo es muy claro: Dianne Reidy, una de las taquígrafas de plantilla de la casa, que lleva años trabajando allí, se sube al estrado, saluda a la presidenta y a otro oficial y toma el micrófono. "El guardia no intentó pararla porque ella ella trabaja allí, y fue al podio donde habla el presidente; pensaron que iba a hacer pruebas con el micro", explica el congresista Peter King, que lo vio. Los golpes de mazo de la sorprendida presidenta no la detuvieron.

Aunque en la prensa se habló de una "taquígrafa histérica" que "chilla", lo que vemos en el vídeo es otra cosa: una oradora que habla firme, alto pero no histéricamente, en público, desde un podio, haciendo una proclamación.

¿Y qué dijo?

"He will not be mocked", empezó. Y lo repitió tres veces. Se puede traducir por "No os burlaréis de Él" o "No le engañaréis" o "Él no será burlado".

"No os burlaréis de Él. No os burlaréis de Él" (y dirigiéndose a un ujier: "No me toque"). "No os burlaréis de Él. El mayor engaño aquí es que esta no es una nación bajo Dios. Nunca lo fue. La Constitución no habría sido escrita por francmasones [freemasons]. Ellos van contra Dios".

A estas alturas, los ujieres ya la llevaban al ascensor pero Dianne aún tenía que acabar su mensaje: "No podéis servir a dos amos". Y a modo de cierre: "¡Alabado sea Dios! El Señor Jesucristo reina por siempre".

La prensa política no lo entendió

La prensa en español no dio apenas cobertura al episodio, y se limitó a copiar algún eslógan apresurado de las agencias. Por ejemplo, Gaceta, el diario de Intereconomía, en principio un medio no hostil al cristianismo, sacó una nota breve con estos títulos:

"La taquígrafa enloquecida que interrumpió la votación más trascendental de EEUU. Dianne Reidy ocupó la silla de orador del congreso dando un discurso incoherente sobre Dios y el Diablo justo cuando los legisladores aprobaban elevar el techo de deuda".

Pero como vemos en el vídeo y en el texto no es así:

1) No es "enloquecida": es discurso se proclama con vehemencia pero serenidad
2) No menciona al Diablo
3) Y no está claro que el discurso fuese tan incoherente.

Hipótesis: ¿y si Dios quisiera decir...?

Si Dios quisiera recordar a los hombres, una vez más, que es Él, y no los políticos, quien de verdad reina, parece difícil concebir un escenario mejor, más claro, más simbólico y directo, sin recurrir a aspectos sobrenaturales. Si un Congresista en su turno, u Obama en un desayuno de Oración, declarasen que "sabemos que en el fondo Dios es el Señor", o algo similar, quedaría inofensivamente integrado como "una maniobra de un político" o "una piadosa alocución para cierto electorado". Para Él sería necesaria o conveniente una figura que no sea "del sistema": un profeta.

Si Dios quisiera efectuar un mensaje profético al estilo desconcertante que a veces se encuentra en la Biblia (esos profetas que aparecen ante los reyes y le proclaman verdades políticamente incorrectas), ¿no lo haría así? Sin violencia alguna, una mujer que ya está allí, sube al micrófono ante políticos y cámaras y proclama:

1) Que Dios no será burlado (por los políticos, se entiende, que son los que están allí, votando cosas políticas)
2) Que la nación no está sirviendo a Dios.
3) Que los masones van contra Dios (por el contexto, al hablar de la constitución, se entiende que usan la política para ello)
4) Que no es posible servir a dos amos (a Dios y a "otro amo"; Jesús se refería al dinero cuando usó la expresión)
5) Que hay que alabar a Dios (cosa que hace ella desde ese espacio político)
6) Que el que reina -el que de verdad tiene poder- es Jesucristo...

No es un "discurso incoherente". Para ser de apenas 20 segundos, es bastante concreto, interpela, llama la atención, hace pensar, ha llegado lejos, incide en la relación entre poder humano-político y derechos de Dios...

Lo que es profecía, según San Pablo

Parece cumplir con la definición que da San Pablo de lo que es una profecía (en 1 Corintios 14): "hablar a los hombres para edificación y exhortación", "el que profetiza edifica a la iglesia", "anhelad el profetizar".

Es verdad que San Pablo añade "que todo se haga decentemente y con orden", y que Dianne Reidy comete un acto algo "desordenado" al tomar el micro sin permiso. Pero también es cierto que no era una infiltrada en el lugar, que saludó a la presidenta, etc...

Los ujieres la llevaron a que le examinara un médico, que avisó a su marido, un pastor protestante no denominacional, asombrado y perplejo, que a esas horas ya se había acostado. La soltaron en menos de una hora y está en "baja administrativa".

Una mujer equilibrada y profesional

Una forma de examinar un mensaje es examinar al mensajero. Dianne envió un breve comunicado por escrito a Fox News dando algunos datos de lo que le había pasado: "durante dos semanas y media el Espíritu Santo me ha estado despertando en medio de la noche y preparándome, a través de mis dudas y reticencia, para entregar un mensaje en la Cámara del Congreso. Y eso es lo que hice".

Su marido ha hablado bastante en diversos medios. Sí, ella llevaba dos semanas levantándose a media noche para leer la Biblia, caminar, sin dormir. Sí, su familia es cristiana, leen la Biblia, pero levantarse a medianoche a leer la Biblia no es normal en su casa.

Sí, él veía que algo tenía muy inquieta a su mujer, pero ella no quería compartirlo, probablemente para que no le hicieran desistir. Y sí, él como pastor y marido le habría dicho que ni hablar de soltar un mensaje de Dios en medio del Congreso, pero que ahora que ya está hecho está muy orgulloso de ella. Insiste en que es una mujer "dulce" y "de cabeza muy equilibrada", que no va por ahí entregando mensajes divinos.

20 años como taquígrafa, 8 en el Congreso


Recuerda que tiene 48 años, hace 20 años que trabaja como taquígrafa profesional, seria y reputada, y lleva 8 en el Congreso sin causar problema alguno. Incluso fue a trabajar en su momento con muchas náuseas y embarazada de gemelos, "con una bolsa por si acaso". Señala también que ella ni bebe, ni toma drogas, ni toma medicación, y que el médico no le ha encontrado nada raro.

Ella no sabía lo que iba a decir

El mensaje no estaba preparado, explica él. Según le confesó su mujer después de los hechos, ella no sabía lo que tenía que decir. Ella sólo sabía que tenía que empezar a hablar. Dijo las palabras que sentía que el Espíritu Santo ponía en su boca.

Y cuando acabó, y todo pasó, sintió alivio. Ella lo comparó, dijo su marido, con su parto de gemelas: el alivio del final del parto, haber dado a luz a un mensaje que se había gestado con molestias durante semanas, y del que de hecho no sabes el aspecto que va a tener la criatura.

Dianne y su marido no han querido hacer exégesis o análisis del mensaje, la mención a los masones, etc... Por su parte, la prensa americana enseguida apuntó, ya desde las primeras informaciones, que "de los 39 hombres que firmaron la Constitución de EEUU se cree que 13 eran freemasons [francmasones], miembros de una organización fraternal que se remonta a la Edad Media" (esta frase usan la mayor parte de noticias que cubren el evento).

"Aquí pasó algo"

El congresista Gerry Connolly dijo que él conocía a la taquígrafa, que es apreciada en la casa: "hay mucha simpatía por ella; es claro que aquí pasó algo", dijo al Washington Post.

Un ayudante del partido republicano dijo a CNN: "Ella es conocida, una persona perfectamente agradable, una buena colega, alguien respetable, en quien puedes confiar, y esto ha sorprendido mucho a todos los que trabajan con ella. No sé, simplemente, se ´disparó´".

Pese a las simpatías, romper el decoro y protocolo es grave y no está claro el futuro laboral de Dianne, que tiene un sueldo anual de 126.000 dólares.

"Estoy encantada de haber cumplido la misión que Dios me encargó; me he librado de un gran peso. Era una carga muy dura de llevar, como puede usted imaginar", dijo ella al The New York Post.





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