Francisco lavó y besó el Jueves Santo el pie de un transexual, que además comulgó
La Iglesia absolvía antes a los pecadores, hoy ha resuelto
absolver a los pecados.
Nicolás
Gómez Dávila
“El objeto del lavatorio de los pies –explica Mons.
Straubinger comentando el Evangelio- fue en primer lugar preparar a los Apóstoles
para la Eucaristía, acentuando con esto la necesidad de purificarse en la
Confesión antes de recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. En segundo
lugar se propuso Jesús darnos un ejemplo de humildad y abnegación. Imitando
este acto de humildad, el Obispo lava los pies a doce ancianos en el día de
Jueves Santo” (Nota a Jn. 13,5). Y
afirma el Padre la Palma: “…porque no solamente quería dar ejemplo de humildad
y muestras de su caridad, sino enseñar también con esta ceremonia cuán
necesaria sea la limpieza interior del alma para recibir el Sacramento de su
cuerpo y sangre, que dentro de poco les había de dar” (Historia de la Sagrada Pasión).
Es en el capítulo 13 de San Juan donde se relata este hecho.
Y cuando Pedro le dice al Señor “No,
jamás me lavarás Tú los pies. Jesús le respondió: “Si Yo no te lavo, no tendrás
nada de común conmigo”. Simón Pedro le dijo: “Entonces Señor, no solamente los
pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “Quien está bañado,
no necesita lavarse (más que los pies) porque está todo limpio. Y vosotros
estáis limpios, pero no todos”. Él sabía, en efecto, quién lo iba a entregar;
por eso dijo: “No todos estáis limpios” (13, 8-11).
Jesús dijo a quienes les lavó los pies “vosotros estáis
limpios”, pero “no todos”. Francisco lavó sus pies y se humilló ante un pecador
público como es un transexual. ¿Le habrá dicho que no estaba limpio?
“…así como suele acaecer que después de estar un hombre
limpio y lavado, cuando sale del baño se le pegue algún polvo o lodo a los
pies, por lo cual los vuelve a lavar otra vez, así también después de estar uno
limpio de las culpas graves y mortales, se le puede pegar el polvo de las veniales;
y este tal, bien es que se lave los pies, y que se purifique más y más cuanto
le fuere posible antes de recibir el divino Sacramento” (La Palma, ob. cit), y
luego de decirle a Judas aquello de que “no estáis limpios todos”, refiere que
ante la humildad y amor de Nuestro Señor, se veía “la devoción y reverencia, el
encogimiento y admiración de los Apóstoles”, pero también “el enfado y desdén y
desacato con que se dejó lavar Judas, y la mansedumbre y paciencia, humildad y
caridad con que el Salvador estaba a sus pies”.
No se ha visto esta actitud de contrariedad en el transexual
sino por el contrario el placentero orgullo que confirma la “dignidad” de su
nefanda desviación. El mensaje de Francisco no parece difícil de entender: Francisco
no se arrodilla en la consagración de la misa ante Dios, pero sí se arrodilla
ante doce presidiarios, con lo cual está indicando que el hombre es más
importante que Dios. Y para hacer más “inclusiva” (es decir, democrática) la pleitesía, esta vez ha incluido (o le han incluido) un depravado sexual. Todos están
limpios, por eso es suficiente con lavar sus pies.
"Francisco no sabía nada", puede decir alguien. Sin embargo ya la prensa lo había anticipado. Y
hay un texto borrador del Sínodo de los obispos sobre la familia del 2014 que
en su párrafo temático N° 50 decía: “Las
personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad
cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un
espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una
Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado
de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la
doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”
"Francisco no sabía nada", puede decir alguien. Sin embargo ya la prensa lo había anticipado.
Mientras tanto los sacerdotes callan y duermen o cantan y
bailan.
El Profeta Isaías declara contra los malos pastores:
“Todas
las bestias del campo, venid y comed,
y vosotras
todas las fieras del bosque.
Los
atalayas de (Israel) son ciegos todos,
no entienden
nada;
todos son
perros mudos que no pueden ladrar;
soñolientos,
dormilones que aman el sueño.
Y
estos perros son voraces,
jamás se
hartan;
los mismos
pastores no entienden,
cada uno
de ellos sigue su propio camino;
cada cual
va tras su propio interés,
hasta el
último.
Venid,
yo traeré vino
y tomaremos
bebidas embriagantes;
y mañana
será como hoy,
día grande,
muy grande”
(Is. 56, 9-12)
Resulta también interesante comprobar la timidez demostrada
por los tradicionalistas que actúan dentro de Roma al referir este hecho. Así
un sitio
web que apoya a la Fraternidad San Pedro muestra la noticia y se limita a
decir: “Nosotros simplemente constatamos
el hecho. Alguien debería aclararlo pues puede llevar a escándalo”. ¿Puede ser un escándalo o es un escándalo? ¿Y la FSSPX? Bien, gracias.