Nuestros comentarios en rojo:
“A partir de marzo de 1962 Suenens se quejó ante
Juan XXIII de la cantidad “abusiva” de esquemas: no menos de 70. Juan XXIII,
que no había dado ninguna línea directriz a la obra preparatoria, y que no
quería enfrentarse a Ottaviani, le encargó a Suenens que despejara secretamente
el terreno. El plan de Suenens consistió en volver a utilizar todos los
esquemas preparatorios y reelaborarlos dentro de un marco bipartito: lo que la
Iglesia tenía que decir a sus hijos ad
intra, y lo que le tenía que decir al mundo ad extra. La segunda parte era, evidentemente, una novedad
revolucionaria”.
Mons. B. Tissier de Mallerais, Marcel Lefebvre. Une
vie, Clovis 2002, p. 298-299.
“Se puede tomar una frase y forzar y decir: acá ha
dicho eso. Siempre nos adaptamos al cual hablamos, es normal, es muy normal. Y
pretender que se debe usar de un lenguaje unívoco con todos es imposible. Y no
significa lenguaje doble. El peligro es cuando los tradicionalistas piensan que
lo que he dicho es para ellos. Es totalmente normal. Hay variaciones en el modo
de hablar lo que no significa que la cosa es diferente. El catecismo se adapta
a los niños y para los grandes es diferente. (Se dice
la misma cosa de forma diferente, pero Mons. Fellay ha dicho cosas
diferentes a distintos auditorios, como las entrevistas escritas o en video
ya conocidas se encargan de demostrar: ad
intra condenando el Vaticano II y ad
extra diciendo que rescataba el 95% de este; ad intra condenando la libertad religiosa, pero ad extra diciendo que la libertad
religiosa del concilio era muy muy limitada; ad intra diciendo que estaba mal la hermenéutica de la continuidad
de Benedicto y ad extra diciendo que
los problemas del concilio se debían a su mala interpretación. O como, por
ejemplo, cuando pedía a Roma la anulación del decreto de excomunión y luego,
cuando Roma en vez de anular el decreto, juzgándolo válido levantó las
excomuniones, Mons. Fellay agradeció y dijo que se había otorgado lo que le
había pedido a la Virgen.) Es normal. Es verdad que cuando se habla con
los periódicos es difícil. Es verdad que yo no sé cómo evitar, pruebo, pero es
difícil. (Estimado Monseñor: Pruebe a decir la verdad
claramente, la simple verdad católica, y no se contradecirá. Si no pruebe el
silencio, que es más fácil) Una vez he dado entrevista a Messori con la
condición que yo apruebo la redacción final: había una redacción contraria a lo
que dije y las correcciones las rechazó dos veces. (¿O
sea que la culpa de sus contradicciones e incongruencias las tienen los
periodistas? ¿Sólo por eso ha perdido la confianza de muchísimos sacerdotes y
fieles en todo el mundo, o también fue por los hechos y declaraciones
oficiales, como la declaración doctrinal entregada a Roma en abril del 2012, o la
expulsión de Monseñor Williamson sin explicaciones convincentes ni refutación o
aclaración de los Comentarios Eleison que a usted le molestaban, o su carta a
los tres obispos, donde Usted se descubre con toda sinceridad pues no estaba
destinada al gran público?) Yo pienso que estaremos obligados a tomar un
profesional para las relaciones con los medios. Son problemas nuevos que hay
que afrontar.”
Mons. Fellay, Conferencia dada en el Seminario de
La Reja, Octubre de 2012.