LE COURRIER DE TYCHIQUE. (extracto)
¡Si se debiera
buscar la prueba que la FSSPX es una obra deseada de Dios, la encontraríamos en
todos los asaltos, provenientes del exterior y del interior, que sufrió!
¡Podemos decir, efectivamente, que tal persistencia, tal obstinación en este
encarnizamiento devastador puede explicarse sólo por el temor de la fuerza que
representa! Poco tiempo después de la fundación de Ecône (1971), Mons. Lefebvre
ya tuvo a hacer frente a eso ¡solo!... ¡Dramáticamente solo!...
Fue durante su
conferencia del 20 de mayo de 1986 que él evocó públicamente lo que se tramó,
desde la sombra, contra su obra de mantenimiento de la Fe católica. He aquí
algunos extractos.
"Esta masa
de tradicionalistas moderados, miedosos de la autoridad, mezclando la
infalibilidad del Santo Padre a todo lo que dice, todo lo que hace, no poniendo
límites, etcétera… entonces esta masa de tradicionalistas con los cuales
estamos más o menos en relación -ustedes conocen estos sacerdotes,
ustedes conocen esos fieles que están un poco sobre la franja. Es el caso de
“Una Voce”, hay que decirlo, y también un poco “La Pensée Catholique”, y
“L’Homme nouveau”, y así encontramos movimientos de este género por todas
partes en la gente; esta gente que quisiera estar en la Tradición, pero tienen
tanto miedo de separarse de las autoridades…”
Y Monseñor evoca,
imaginamos que con tristeza, las cinco hemorragias causadas en « su »
seminario: “Tenemos la
impresión de que cada tres años, hay una hemorragia”.
La primera de
ellas fue provocada por el padre Masson, primer director del seminario. Fue en
1975, cuatro años después de la fundación de Ecône. “¡Ah Monseñor, tengo la impresión que vamos a hacer
cisma, vamos a hacer cisma! No, no, yo no puedo quedarme”. Y prosigue Monseñor: “Bueno, él partió y se fue a Roma y se llevó a
todos aquellos que conocía, se los llevó con él: siete, ocho… fue una gran
hemorragia en el seminario en ese momento, pues eran menos numerosos que ahora.
Fue enorme, con el mismo director del seminario”.
Luego, la segunda
hemorragia, cuando Monseñor fue excomulgado. Fue mucho peor: “De nuevo el director del seminario, cuatro
profesores y no sé cuántos seminaristas, partieron diciéndome: “Monseñor, su
seminario se acabó. Puede cerrar su seminario… Su Fraternidad está
completamente terminada, usted puede cerrar la casa. Le tomarán dos tercios de
seminaristas, no se haga ilusiones. Nosotros vamos a fundar un seminario y
usted no tendrá más que un tercio de seminaristas ¡puede usted cerrar”. ¡Alentador! ¡Desestabilizar al más sólido de
los hombres! Pero he aquí su respuesta, tal como él la recordó en su carta. Hay
que leerla y releerla: “¡Yo
no hago el seminario para mí! Si el Buen Dios quiere que se cierre, se cerrará!
Yo no he hecho el seminario para mí en lo personal, eso me es completamente
indiferente. Pondremos la llave en el seminario, y es todo. Yo continúo en la
Tradición, continuaré con mi Misa, continuaré conservando la fe. Si no
hay nadie que quiera continuar conmigo, me es igual… Yo no hago esto
como una obra personal, para mí personalmente, para mi placer personal… Yo
hubiera estado mucho más tranquilo descansando en una pequeña casa bien
tranquila, decir la misa todos los días y continuar mi Tradición… y luego morir
tranquilamente… ¡No es por mí que lo hago!. Yo continúo. Continúo con Monseñor
Tissier que ha tomado el relevo. Y luego, a fe mía, se fueron. Pero
continuamos”.
¡Pero lo que se
redescubre en esta conferencia son los ataques solapados de
infiltrados que Monseñor Lefebvre no sospechaba! Sí… Nada ha
cambiado desde entonces, con la diferencia que ahora son pocos los que han
dado la voz de alarma, lo que nos ha valido oprobios, críticas cuando no el
rechazo. Monseñor reconoce que “Yo
no sabía nada de lo que pasaba, de lo que se tramaba en el seminario.
No creía que fuera a ser testigo una vez más de una cuarta o quinta hemorragia.
Si tuviera la memoria del padre Le Boulch, podría dar los nombres, las horas,
el número exacto de seminaristas que partieron (¿Dónde
están ahora? ¿Qué fue de ellos? Ndlr). En todo caso, me enteré de esto por el director. Me
dijo: “¿Pero es que usted no sabe lo que se trama en el
seminario otra vez?” Una vez más, bajo la presión de sacerdotes del exterior y
para no nombrarlo, el padre de Burdeos fue quien escribió al director: “¡Abandone esa galera!”. Muy gentil por
parte del director del “Opus sacerdotal” de Francia… ¡quien es uno de nuestros
amigos! Yo no sé si él envió seminaristas con este objetivo, si tuvo influencia
sobre ciertos seminaristas y siempre con una cierta relación con Roma…Siempre
hay algo, un lazo, un hilo que se relaciona con Roma… (…) Hay todo
un medio, justamente, que quisiera ser tradicional, que ven muy bien que hay
algo malo en la Iglesia y quisieran conservar la Tradición, pero no tienen el
valor de oponerse a la autoridad que destruye la Iglesia, quien es la causa,
que es el origen de la subversión en la Iglesia. ¿Qué quieren que yo haga? ¡Así
es! La situación de la Iglesia, la destrucción de la Iglesia viene
de Roma ! »
¡Agradezcamos a
Dios!
Demos gracias a
Dios por haber fundado, por medio de Monseñor Lefebvre, la FSSPX. ¡Démosle
gracias por el heroísmo y la lucidez con que lo dotó! ¡Démosle gracias por
haberlo alumbrado sobre las maniobras solapadas urdidas contra su obra por
conspiradores que “se
reunían regularmente allá, junto a la planta eléctrica" mientras que él, el fundador de la obra
"creía que el
seminario estaba durante años en la calma más perfecta"!