miércoles, 18 de septiembre de 2013

RESPUESTA DE UNA “MAQUISARD” A MONS. FELLAY

PERO, MONSEÑOR FELLAY: ¿SABE USTED QUIENES SON LOS SUBVERSIVOS Y REVOLUCIONARIOS? ¿Y SABE USTED LO QUE HICIERON LOS MAQUIS?
Por una maquisard
Sus palabras finales en Cor Unum 105, Junio de 2013:
"En cuanto a aquéllos que se empeñan en pelear en el “maquis” del anonimato, que sepan que se exponen a penas que pueden llegar hasta la expulsión. Monseñor Lefebvre jamás toleró estas acciones subversivas utilizando medidas radicales en contra de los transgresores".  
 Por un Sacerdote de la Fraternidad”:
Los anti-acuerdistas son los contra-revolucionarios. Los acuerdistas, ellos son los subversivos y los revolucionarios porque se esfuerzan en disculpar y minimizar el Concilio, sus “super herejías, su libertad religiosa, muy, muy limitada” frente a las situaciones “mucho mas graves que aquejan la Iglesia: la Iglesia es mucho mas que el Concilio”, según las expresiones de Monseñor Fellay. Ahora bien, el Concilio es la Revolución en la Iglesia, y la Nueva Religión, como lo dijeron sus padres: Congar, los Cardenales Suenens y Ratzinger: “adoptar los valores de los dos siglos que siguieron a 1789; la Iglesia ha hecho su Revolución de Octubre de 1917”. Por las mismas razones, Monseñor Lefebvre fue tildado de subversivo, rebelde, soberbio, desobediente.

La Revolución de Octubre de 1917 en Moscú fue profetizada cuatro días antes por Nuestra Señora en Fátima. Esa fue verosimilmente la razón por la cual Juan XXIII “El Bueno” se negó a revelar el secreto de Fátima como tenía obligación de hacerlo en 1960 por mandato de Nuestra Señora de Fátima y prefirió invitar en el mismo momento a los “observadores” comunistas de Moscú prometiéndoles que el Concilio no iba a condenar el Comunismo. Promesa cumplida en contra del pedido expreso y reiterado de 400 obispos en el Concilio. Al hacerlo, Juan XXIII declaró que “debía absolutamente contradecir a estos profetas de desgracias” (a los cuales acababa de referirse, sin incluir a Monseñor Williamson) que anuncian siempre lo peor, como si se avecinara el fin del mundo” (tal como lo anunciaban León XIII, San Pío X, Pío XII y otros Papas y Santos). Al contrario, Juan XXIII profetizaba la próxima primavera que el Concilio engendraba en la Iglesia y en la historia de la humanidad. Sin hablar de los falsos profetas, no podemos dejar de constatar que se trató de una falsa profecía. Siempre el optimismo bobo de los liberales.

Entonces, ¿quiénes son los subversivos, revolucionarios, desobedientes?  ¿Los que nos quieren hacer tragar el Concilio Revolucionario por obediencia a la autoridad o los que se resisten a tragarlo resistiendo a la autoridad? 

Nota:

SOLEMNE APERTURA DEL CONCILIO VATICANO II
DISCURSO DE SU SANTIDAD MONSEÑOR FELLAY, ¡perdón!, JUAN XXIII. Jueves 11 de octubre de 1962:
“En el cotidiano ejercicio de Nuestro ministerio pastoral llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando; y se comportan como si nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y como si en tiempo de los precedentes Concilios Ecuménicos todo hubiese procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de la justa libertad de la Iglesia.
Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquélla lo dispone para mayor bien de la Iglesia”.