Domingo 29 de
septiembre de 2013 | Publicado en edición impresa
Inédita
celebración entre Francisco y un rabino
El
Papa festejó el shabat con su amigo Abraham Skorka; planean viajar juntos a
Tierra Santa el año próximo
¿Vicario de Cristo o del Anticristo? Francisco es el Jefe de la Iglesia (conciliar) soñado por la Masonería. |
Por Elisabetta Piqué | LA
NACION
ROMA.- Nunca antes en
la historia de las relaciones judeocristianas un papa había tenido charlas, desayunos, almuerzos y cenas con
un rabino, incluso en días festivos para el judaísmo como el shabat ,
en los que el Pontífice comparte el rito de la bendición de los alimentos y
supervisa si la comida de su invitado es kosher . Ahora, todo
eso ocurre con Francisco.
"Y esto hay que
contarlo porque nuestra amistad es una señal de que se puede avanzar
en el diálogo interreligioso", dice el rabino Abraham Skorka, amigo del ex
arzobispo de Buenos Aires y protagonista en estos días de una situación sin
precedente entre un papa y un rabino en el Vaticano.
Porteño de 63 años,
rector del Seminario Rabínico Latinoamericano y autor junto con el ex cardenal
primado de Buenos Aires de Sobre el cielo y la tierra , Skorka viajó a Roma invitado por la
Comunidad de San Egidio para participar de un encuentro internacional por la
paz.
Pero se hospeda en la residencia de Santa Marta,
el nuevo hogar de su amigo, el Papa, junto a quien quiere seguir avanzando
en el camino, dando un ejemplo.
"Amén de la
amistad, ahora tenemos un desafío espiritual: en qué medida podemos dar un
mensaje de paz, en qué medida lo nuestro puede hacer esa marca en la historia
que queremos hacer", dice Skorka a LA NACION en un salón de la planta baja
de la residencia de Santa Marta.
En concreto, el Papa y su amigo rabino planean ir juntos
a Tierra Santa el año próximo. Francisco fue invitado a esa zona caliente
del mundo tanto por Israel como por la Autoridad Nacional Palestina. Además, el
patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I, líder de la Iglesia
ortodoxa, quiere conmemorar los 50 años del encuentro entre Atenágoras y Pablo
VI en Jerusalén.
Rabino Skorka: sigue rechazando pertinazmente al Hijo de Dios, Jesucristo. No obstante lo cual Francisco lo agasaja y celebra su falsa religión. |
"Estamos soñando
con el Papa ir juntos a Israel pronto, se está trabajando en el tema y yo lo
acompañaría también a Belén, en los territorios palestinos. Su presencia
ayudaría mucho, ya que en este momento se están retomando las conversaciones de
paz", revela el rabino argentino.
"Sueño
con un abrazo con él delante del kotel, el Muro de los Lamentos, y con ir
juntos a Belén, donde nació Jesús. Yo no dejo de ser judío por ello y él va a
seguir manteniendo su fe. Las dos espiritualidades tienen que tener un punto de
encuentro. ¡No podemos vivir en un mundo donde uno aborrezca el otro, hay que
tender puentes!"
Aunque pueda parecer
una utopía pensar en un escenario de paz en el conflicto palestino-israelí,
Skorka destaca que Francisco se transformó en un referente espiritual no sólo
para su propia iglesia, sino para el mundo. Su llamado a la paz en Siria, su
convocatoria a una jornada de ayuno y oración para detener una ofensiva militar
estadounidense sobre ese país fueron hechos de gran impacto. "Los actos
calan más hondo que los juegos políticos y militares", precisa el rabino.
"Tenemos
tradiciones distintas, pero estamos creando un diálogo que no existió por siglos
entre católicos y judíos. Los dos creemos que Dios de alguna forma tiene que
ver con nuestra amistad y con lo que hacemos. Hay demasiadas coincidencias para
creer que todo fue casual", reflexiona Skorka.
"Nosotros no
estamos para la foto, sino que lo nuestro tiene que ser un disparador para
repensar las cosas. Hay que avanzar para construir puentes de diálogo, pero un
diálogo viviente, no de palabras, sino un diálogo de actos, que refleje nuestro
compromiso", insiste.
Skorka sabe que no es
una misión fácil. De hecho, destaca: "En Europa muchos cristianos y muchos
judíos no pueden entender nuestra amistad, es un shock". Pero está
convencido de que "la historia, más que por planteos políticos, se hace a
través de los actos".
Aunque ya había estado
con Francisco en junio pasado, Skorka no oculta su asombro al ver que su amigo
no cambió. "Pese a que él es el Papa y alcanzó el mayor nivel, su relación
conmigo es la misma y más profunda. Mi conclusión es que su humildad creció más
aún", dice.
Lo que más lo conmueve
es cómo lo cuida, cómo lo respeta. "Para
mí son días festivos, tengo que hacer ciertas bendiciones a la hora de las
comidas y él me acompaña. Además, me supervisa la comida, controlando que sea kosher ",
cuenta.
-¿Cómo lo vio a
Francisco?
-Es el mismo, pero a la
vez es otro. Parece más joven, con más ímpetu. Él era una persona de sonrisa
difícil y comprendió que tenía que ser una persona de sonrisa amplia. Pero en
el plan de trabajo no hay cambios. Lo veo con mucha energía y si en junio
estaba en la "fase de luna de miel", ahora lo veo concentrado, en la
fase del trabajo y el trabajo es arduo.