El deseo de paz manifestado
por el Papa, y seguido por la neo-FSSPX* con ocasión de Siria, es muy
interesante. No se trata de Justicia, sino de una simple oposición de principio
a la guerra, el irenismo. La unión del género humano, ¿no se manifiesta
principalmente por la ausencia de guerra? (...) la oración del Papa, retomada
por el Distrito de Estados Unidos es clara: “Ayúdanos,
María, a superar este difícil momento y a comprometernos todos los días y en
todos los ambientes, en la construcción de una auténtica cultura del
encuentro y de la paz”. La FSSPX pide aquí a la Virgen, ayudar a
construir la unidad del género humano.
* No solamente el distrito de
los Estados Unidos, sino varios sacerdotes en el púlpito se unieron a las
intenciones del Papa el domingo 8 de septiembre de 2012. La FSSPX llama así a
los no-católicos a unirse al Papa y a ella: “nosotros esperamos que no
solamente los católicos, sino todo el mundo responderá al llamado del papa
rezando a Nuestro Señor Jesucristo y su Santa Madre”. La mención de NSJC y
de la Virgen no debe despistarnos sobre el pensamiento ecuménico de la FSSPX:
los ortodoxos, ciertos musulmanes e incluso ciertos judeo-cristianos honran
solo con los labios a Jesús y su Madre.
Texto Del Distrito de USA (con la fotografía):
7 DE SEPTIEMBRE: DÍA DE SÚPLICA Y PENITENCIA
El Santo Padre convoca a un día
de súplica y penitencia por la paz en el Medio Oriente
El llamado por la paz ciertamente es bueno.
Hubiéramos deseado que el Santo Padre hubiera hecho la conexión entre la paz en
la tierra y la fidelidad a la divina voluntad e invitara a la gente a buscar
más directamente la paz del Único que puede darla: Nuestro Señor
Jesucristo, Rex Pacificus. La distinción entre violencia
legítima e ilegítima es necesaria así como la distinción entre la verdadera y
falsa paz.
No obstante, agradecemos la invitación a rezar y
ayunar y esperamos que no solamente los Católicos sino todo el mundo responderá
al llamado del Papa orando a Nuestro Señor Jesucristo y Su Madre Virgen. De
hecho fue en Fátima donde ella se declaró como Reina de la Paz y la única a
través de la cual Dios confía todas las gracias.
Que el Papa haga de esta nueva escalada del
conflicto la ocasión para responder a su petición, dando a todo el mundo, por
el efecto de Su intervención una prueba renovada de que la Iglesia Católica es
la única religión que posee el poder de intercesión ante Dios y los medios de
salvación para la humanidad.
El Papa Franciso ha lanzado un llamado apremiante
por la paz en Siria, expresando su dolor y preocupación por el conflicto y
pidiendo a las partes interesadas y la comunidad internacional para emprender
el camino de la negociación, dejando de lado los intereses partidistas. Su
petición se hizo durante el rezo del Ángelus a mediodía en la Plaza de San
Pedro, en presencia de miles de fieles. Ofrecemos a continuación un extracto de
la homilía del Santo Padre:
“Que el grito de la paz se alce con fuerza para que
llegue al corazón de todos y todos depongan las armas y se dejen guiar por el
deseo de paz.
Por esto, hermanos y hermanas, he decidido convocar
en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de
María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria,
en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa,
de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no
católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena
voluntad.
El 7 de septiembre en la Plaza de San Pedro, aquí,
desde las 19.00 a las 24.00 horas, nos reuniremos en oración y en espíritu de
penitencia para implorar de Dios este gran don para la amada nación siria y
para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo. La
humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír palabras de esperanza y
de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir esta
jornada de ayuno, organicen algún acto litúrgico por esta intención.
Pidamos a María que nos ayude a responder a la
violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la
reconciliación y del amor. Ella es Madre. Que Ella nos ayude a encontrar la
paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar este difícil
momento y a comprometernos, todos los días y en todos los ambientes, en la
construcción de una auténtica cultura del encuentro y de la paz. María, Reina
de la Paz, ruega por nosotros”