Fragmentos de una conferencia titulada “Hacia el ideal masónico”, pronunciada por Mons, Marcel Lefebvre el 21
de noviembre de 1986 en Bs. As., sobre la situación de la Iglesia tras la
reunión ecuménica de Asís.
“Ahora, finalmente, están en camino de instalar una
Superreligión; tienen ustedes conocimiento de la reunión realizada en Asís el
27 de octubre pasado, pues bien, no se trata de ésta como punto de partida de
tal instalación sino de una que la precediera realizada el 29 de septiembre. Yo
mismo no lo sabía, para enterarme tuve que viajar a Roma en octubre pasado. Es
decir, un mes antes de la reunión de Asís que presidiera Juan Pablo II, se
realizó otra reunión, también allí, presidida por el príncipe Felipe de
Edimburgo, esposo de la reina de Inglaterra, en la cual se hallaban las cinco
grandes religiones de la tierra, dentro de la misma Basílica. Salió esto en
varios diarios italianos; allí figura el discurso pronunciado por el citado
príncipe en aquella ocasión, dijo él: "Así se obtiene la gracia de tener
unidas aquí las cinco grandes religiones de la tierra, al fin ya no hay
tapujos, al fin se acaba una sola y única verdad religiosa y al fin se suprime
el escándalo cristiano de aquel hombre que vivió hace 20 siglos y pretendió
decir de sí mismo: soy el camino, la verdad y la vida". Y bien, ¿es o no
una declaración contra Nuestro Señor Jesucristo?
“Esto sucedió un mes antes en el mismo lugar en el
que se realizaría el encuentro del Papa.
“Podríamos decir que Roma no sabía de aquel
encuentro, sin embargo bien que lo sabía. Así, ante el príncipe de Edimburgo,
los jefes de las religiones y el Superior General de los Franciscanos, una
bailarina hindú danzó a favor de la naturaleza, puesto que el encuentro era
-justamente- en defensa de la naturaleza. El padre Superior dudó un momento
ante esta realización de la danza pagana dentro de la Basílica y ante el altar
de San Francisco y se remitió a Roma; y dicen los diarios que Roma un poco
después respondió que "no tiene importancia", "que se
haga".
“Esto no es
más que una etapa para llegar a la formación de esa SUPER RELIGIÓN; ya
saben que el Papa fue invitado para el año próximo a Japón para la realización
de lo que se llamará el parlamento de las religiones. Esto no es más que la
religión del liberalismo, esa religión que instala su voluntad, que instala su
programa para reemplazar el de la verdadera religión católica, eso es algo abominable.
[...].
“Es toda una
organización, un verdadero complot, meditado, pensado punto por punto para
destruir toda la cristiandad. Lo dijo bien S.S. León XIII, que el fin que interesaba a estas asociaciones era
destruir las instituciones cristianas y particularmente, una contra la cual se
encaminan: la familia. Cada vez hay menos matrimonios en todo el mundo,
inclusive en las mismas legislaciones se sostiene la unión libre; en muchos
países son menores los impuestos a los concubinos que para quienes sostienen y
tienen un verdadero matrimonio. Es el desorden completo.
“Y ahora llegamos al momento principal, es el golpe
maestro pensado por Satanás; introducir en la Iglesia esta falsa religión,
sirviéndose de sus hombres -sobre todo los episcopados- para establecer la
revolución liberal. Aquí mismo en Argentina, tienen un ejemplo: lo supe al
llegar, algunos obispos hicieron un esfuerzo en contra del divorcio declarando,
acerca de los diputados que habían votado la ley favorablemente, que no podrían
recibir la Comunión, pues bien, se los ha obligado a retractarse. ¿Qué hacían
esos obispos? No hacían más que aplicar lo que está indicado en el Derecho
Canónico.
“Podrían preguntarse cuál es el espíritu que domina
en Roma para que sea Roma quien obligue a los obispos a desdecirse. Es una
situación verdaderamente asombrosa., inverosímil. Esa infiltración en el seno
de la Iglesia se realizó sobre todo después del Concilio Vaticano II; el mismo
Cardenal Ratzinger en su libro "Teoría del principio teológico", dice
claramente que luego de los años sesenta hubo algo que cambió en el seno de la
Iglesia católica, reconociendo ahora, principios que le son ajenos, que vienen
de 1789, de la Revolución Francesa. Esto dice abiertamente; inclusive, que el
Vaticano II fue el golpe final, que a partir de él no se nombran más que obispos
favorables a la revolución liberal. Vean por ejemplo en Chile, Brasil,
Alemania, Suiza, Francia, Italia, todos esos obispos son liberales,
pro-socialistas y hasta marxistas.
“La revolución estaba instalada fuera y en contra de
la Iglesia; ahora, por medio de sus hombres, se halla adentro y asistimos a su
crucifixión. Ella sufre una verdadera pasión. Lo dijo el mismo Paulo VI, que
asistimos a la autodemolición de la Iglesia. ¿Qué quería decir? La destrucción
por los mismos hombres de la Iglesia [...].
“Ustedes
deben tener en cuenta el encuentro de Asís del Papa, para nosotros, que
tratamos de permanecer unidos a la Iglesia ya la Tradición, es indignante.
Yo mismo le escribí a ocho cardenales para que por el amor de Dios, trataran de
impedir que el Papa realizara el escándalo de Asís, ubicándose a un mismo nivel
con las falsas religiones inventadas por el diablo, eso no es más que un horror
y una abominación, y nosotros
renegaríamos de nuestra fe católica si no nos indignáramos ante este nuevo
escándalo. Ni siquiera un cardenal levantó la voz en contra; sólo uno me
respondió: "Yo no puedo hacer nada ya no me queda nada que hacer, que el
Papa haga lo que quiera". [...]
“Nosotros queremos volver a proclamar a Nuestro
Señor como Rey; no queremos otro Rey más que Él. El Reino Universal, no
solamente en nuestras familias sino también en nuestras ciudades; el Reino de
Nuestro Señor como fue predicado durante siglos. Que podamos decir: "Más vale morir que traicionarlo.
“Gracias por vuestra atención ¡Viva Cristo Rey!
Dibujos
alusivos, enviados por Mons. Lefebvre al Papa Juan Pablo II, tras no haber
obtenido respuesta de su carta a los Cardenales para que se impidiera tal
blasfema y escandalosa reunión de Asís: