Como ya se ha visto, en su política de aplicar el branding de mercadotecnia en sus medios
de comunicación, la Neo-FSSPX ha forjado un molde de sitio web que ha aplicado
universalmente. Esta vez le ha tocado el turno a Sudamérica, pero en vez de
cambiarle la cara al sitio web oficial, han preferido crear un sitio web para el Seminario de La
Reja. Así se hace una sola identidad, digitada desde Menzingen. En este sitio
web podemos encontrar un texto que pretende ser un resumen de la historia de la
FSSPX, texto que repiten los otros sitios en sus respectivos idiomas.
Transcribimos debajo el mismo, intercalando algunos comentarios en rojo.
Un hermoso misterio
La historia de la FSSPX, al igual que la historia
de la Iglesia católica, es un hermoso misterio. Ambas siguen floreciendo a
pesar de muchos contratiempos e incertidumbres. Desde sus humildes orígenes, la
FSSPX ha crecido exponencialmente y hoy proclama la fe por todo el mundo.
Fundación
Monseñor Marcel Lefebvre, en respuesta a las
reiteradas peticiones de jóvenes interesados en una formación sacerdotal
tradicional (¿Y por qué estas
peticiones a Mons. Lefebvre? ¿Qué pasaba mientras tanto en la Iglesia? ¿Cuál
era el contexto? ¿Qué había pasado en los años ’60? Nada se dice), fundó la Fraternidad Sacerdotal San Pío X el 1º
de noviembre de 1970.
En aquel entonces tenía 65 años de edad y
anteriormente había servido a la Iglesia católica como Delegado Apostólico en
el África Francesa, como Arzobispo de Dakar y como Superior General de los
Padres del Espíritu Santo, una congragación [sic] de sacerdotes misioneros.
Once jóvenes comenzaron sus estudios bajo la
dirección de Monseñor en un seminario nuevo en Ecône, Suiza. El obispo local de
Friburgo estaba convencido de que aquel nuevo seminario traería grandes
beneficios a la Iglesia católica y pronto concedió su aprobación oficial.
Sin embargo, el propósito de esta nueva
congregación sacerdotal fue mal interpretado, inclusive por los dirigentes de
la Iglesia en Roma. Muchos pensaron que el antiguo arzobispo se había rebelado
en contra del papa porque sólo permitía el antiguo rito latino de la Misa en su
seminario (¿Sólo era mala
interpretación, o sabían que Mons. Lefebvre ponía en evidencia y riesgo su
modernismo? ¿Y esto se limitaba sólo a la Misa o a toda la doctrina?). Pero al contrario, Monseñor Lefebvre insistía en
que respetaba y honraba al Santo Padre, y que sólo estaba continuando una
tradición católica ininterrumpida (¿Ininterrumpida
o precisamente que los modernistas a partir del Vaticano II habían
interrumpido? ¿O quieren decir que la tradición era ininterrumpida a pesar del
V. II?): amaba el rito Tridentino
de la Misa y sabía por experiencia propia lo beneficioso, incluso crucial, que
era para formar sacerdotes santos (¿Sólo
por eso defendía la misa católica? ¿Y sólo la misa bastaba para formar
sacerdotes santos?). El rito
Tridentino, después de todo, nunca había sido suprimido, a pesar de que ya se
permitía un rito vernáculo nuevo.
(¿Se permitía o se había impuesto?)
Oposición
Otras tendencias modernas a las que se oponía
Monseñor eran el ecumenismo –un punto de vista que consideraba (¿Consideraba o considera? ¿Es que el ecumenismo es
algo del pasado, desapareció?) todas las
religiones como benéficas y válidas– y la colegialidad –que insistía en que la
Iglesia fuera dirigida principalmente por el proceso democrático y las
conferencias de los obispos, limitando el poder del papa como cabeza única de
la Iglesia universal, así como la autonomía de cada obispo en particular dentro
de su propia diócesis. (¿Y la libertad
religiosa?)
La postura firme de Monseñor Lefebvre con respecto
a estos temas no agradó a algunas de las autoridades romanas (¿Sólo a algunas o a muchas, a la mayoría,
incluyendo al papa?) que querían
que sólo el nuevo rito de la Misa, en lengua vernácula, prosperara dentro de
una Iglesia más liberal y más moderna (Nuevamente,
¿se trata sólo de lo que Mons. Lefebvre llamó el rito bastardo, o de toda una
nueva religión que se impuso en Roma? ¿Y por qué ahora la Iglesia era más
liberal y más moderna?).
Por consiguiente, dos visitadores apostólicos
hicieron una visita e inspección oficial del seminario en Ecône en 1974.
Quedaron impresionados por sus altos niveles académicos y la evidente piedad de
los seminaristas; su única queja fue que no vieron que se celebrara el nuevo
rito de la Misa. Volvieron a Roma con un informe positivo para el papa.
Supresión
A pesar de este informe favorable, Monseñor
Lefebvre pronto fue llamado a Roma y fue entrevistado por tres cardenales. Unas
semanas más tarde, el nuevo obispo de Friburgo suprimió repentinamente la
FSSPX, el 6 mayo de 1975.
Atónito, Monseñor Lefebvre hizo una apelación
oficial y preguntó las razones que se escondían detrás de este acto drástico (¿Sólo se trató de un acto drástico, o también fue
un acto injusto, abusivo, despótico?).
Ni Friburgo ni Roma dieron respuesta alguna. Aún más, en 1976 Monseñor fue suspendido ab
ordinum collatione – de ordenar diáconos y sacerdotes – y más
tarde a divinis – de todas las funciones sagradas, incluyendo
la de celebrar la Misa. (Notable: van 542
palabras y aún no se ha hecho mención del Concilio Vaticano II).
Confundido (¿Confundido,
o sabiendo bien que en Roma había enemigos poderosos de la Tradición católica?)
por aquella supresión abrupta y el silencio
inexplicable (¿Inexplicable? ¿Otro
misterio? ¿O perfectamente explicable por la cobardía de los liberales y
modernistas que sabían estaban haciendo algo ilegítimo?), Monseñor decidió que debía seguir cumpliendo con
sus deberes como rector del seminario en Ecône. Después de todo, estaba
convencido de que el derecho canónico estipulaba que tal supresión o suspensión
no podía entrar en vigor mientras quedara sin resolver la apelación oficial, y
con mayor razón mientras quedara sin respuesta.
Aquel verano ordenó sacerdotes de forma normal.
También llevó a sus seminaristas en peregrinación a Roma como gesto de buena
voluntad.
Consagración de obispos
La FSSPX, a pesar de su aparente supresión, creció
rápidamente (No se dicen las causas:
porque Roma despreciaba la fe católica y en la FSSPX se la continuaba. Ah, pero
no hay que andar criticando a Roma…).
Se abrieron nuevos seminarios en Alemania, Estados Unidos, Argentina y
Australia. Hermanas y hermanos religiosos, y laicos miembros de la tercera
orden se unieron a sus filas cada vez más numerosas.
En 1987, la FSSPX había extendido su apostolado a
todos los continentes del mundo.
Monseñor Lefebvre, después de repetidas pero
finalmente infructuosas negociaciones con Roma, decidió en 1988 consagrar
cuatro nuevos obispos al servicio de la FSSPX y de sus fieles.
Como respuesta, el papa (¿Qué papa? ¿No tiene nombre? ¿O se trata de no
“ofender” a un neo-santo?) emitió un
documento oficial excomulgando (¿No va
entre comillas?) a Monseñor
junto con los cuatro nuevos obispos. Fue algo que entristeció profundamente a
Monseñor, pero creía firmemente que no podía, en conciencia, haber actuado de
otro modo y que estaba obligado a tomar las cautelas necesarias para preservar
la FSSPX y su apostolado en todo el mundo (“Si
somos excomulgados por masones, Deo gratias!”, Mons. Lefebvre dixit). Monseñor Lefebvre murió sólo tres años después, el
25 de marzo de 1991. (Llevamos leídas 778
palabras y aún no se menciona el Concilio Vaticano II).
Actualmente
La FSSPX prosiguió su apostolado, no obstante la
muerte de su fundador. En 1994 el obispo Monseñor Bernard Fellay fue elegido
como Superior General, cargo que aún ocupa actualmente.
Cabe destacar que en el Jubileo del año 2000 llevó
a todos sus sacerdotes, religiosos y seminaristas en peregrinación a Roma,
esperando así expresar amor y respeto hacia el Santo Padre.
El papa Benedicto XVI (Ahora sí nombran al Papa; es decir, sólo mencionan
el nombre de un Papa para mencionar algo supuestamente positivo que ha hecho) posteriormente decidió liberar la Misa Tradicional
en latín en un motu proprio de 2007 titulado Summorum
Pontificum, y, en 2009, levantar las “excomuniones” (Ahora sí escriben esta palabra entre comillas) lanzadas contra los cuatro obispos de la FSSPX. (Si se pone entre comillas “excomuniones”, entonces
también debería ponerse entre comillas “levantar”, de otro modo, ¿Benedicto levantó
algo que no era? Por otra parte, no hay ninguna mención a los pedidos hechos
por Mons. Fellay a Roma. ¿Mons. Lefebvre tuvo “negociaciones con Roma” pero
Mons. Fellay no?)
Actualmente, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
cuenta con más de 600 sacerdotes y cerca de medio millón de fieles, diseminados
por todo el mundo y valerosamente (Ensálzate
a ti misma) continúa su trabajo
apostólico. (Por supuesto, no hubo
ninguna grave crisis, ningún obispo ni sacerdotes expulsados, ninguna búsqueda
de acuerdos con Roma, todo fue de maravillas).
(Final del artículo: ¡¡¡ No se ha mencionado una sola vez el fatídico Concilio Vaticano II !!!
Y pensar que Mons. Lefebvre hasta escribió un libro entero sobre el mismo. Él
mismo dijo: “Los hombres de Iglesia que ocupan los
puestos claves han tomado una orientación claramente opuesta a la Tradición, o
al Magisterio oficial de la Iglesia. […] Ellos han dado la
espalda a la verdadera Iglesia de siempre, le han dado nuevas instituciones, un
nuevo sacerdocio, un nuevo culto, una nueva enseñanza siempre en búsqueda, y
esto siempre a nombre del Concilio. […] Por lo tanto es
indispensable desmitificar este concilio que lo quisieron
pastoral en razón de su horror instintivo por el dogma, y para facilitar la
introducción oficial en un texto de la Iglesia de las ideas liberales” (Paris,
el 27 agosto 1976, Prefacio del libro Yo acuso al concilio). Pero
además, en este texto ¡¡¡no se menciona
una sola vez la palabra Dios, o Cristo o Virgen María, y sí en cambio se
menciona siete veces la palabra “papa” o “Santo Padre”, y también siete veces “Roma”!!!
Es decir, que todo el texto está enfocado en dejar clara la posición de la
FSSPX en relación al Papa y a Roma, pues eso parece ser lo más importante de su
historia, ¡su relación con las autoridades conciliares!).
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Como puede verse, no sólo
le han lavado la cara a los sitios web, haciéndolos grises, tenues y
“discretos”, sino que los mismos textos que se difunden son de una tibieza e
inanidad increíbles. No hay que resultar chocantes, hay que decir las cosas
suavemente, sin criticar demasiado ni con fuerza al modernismo. No hay que usar
la palabra “herejía”. No hay que acusar a nadie. Hay que conservar las
apariencias de que la FSSPX sigue siendo la misma de siempre, pero a la vez
mostrarse “civilizada”, es decir, diplomática, comprensiva, simpática y abierta
hacia Roma. No es cuestión de que los llamen fundamentalistas, fanáticos o
ultracatólicos.
Todavía más claramente
puede entenderse este cambio en la Neo-FSSPX, cuando se advierte que, salvo el
texto por nosotros comentado, que ha sido incluido en todos los sitios web,
empezando por el de la Casa General, el resto de textos que aparecen en el
sitio web están tomados de un “Breviario sobre la FSSPX”, elaborado en 1998, durante
el pontificado de Juan Pablo II, donde se contestaba muy claramente a los más
necesarios y candentes interrogantes no sólo sobre la Fraternidad, sino sobre
la doctrina acerca de la misa, el papa, el concilio y la actualidad del
pontificado vigente, como para que al lector esclarecido no le quedaran dudas
acerca de qué posición debía tomar en el combate de la fe. Pues bien, ese
“Breviario” aún ha quedado inserto en uno de los sitios de la FSSPX, el de España –al parecer abandonado y no aggiornado, por ese motivo se han descuidado
y no lo retiraron-, y también se encuentra pero resumido e incompleto en el sitio de México (¡se les chispoteó!).
Así el tal “Breviario”
tiene un capítulo entero titulado “¿Debemos seguir al Papa Juan Pablo II?”, donde se analiza
claramente la postura modernista del entonces Papa y dice con toda claridad
cosas como las que siguen:
“Sin
embargo, la prolongación de su reinado y la proliferación de sus escritos y
discursos, evidencia cada vez más que Juan Pablo II está predicando una nueva
religión, un humanismo, un evangelio de la bondad intrínseca del hombre debida
a que Dios se ha encarnado, con la consecuencia implícita de la salvación de
todos los hombres. Su punto de partida es el Vaticano II: «la
naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada también en nosotros a
dignidad sin igual. El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto
modo con todo hombre» (Gaudium et Spes, 22). El Papa basa
constantemente sus enseñanzas en estas líneas del Vaticano II,
utilizándolas para ilustrar su novedosa doctrina de salvación universal.
Los hechos hablan más alto que las palabras: el Papa Juan Pablo II
predica en una iglesia luterana (11.12.83), salmodia con los judíos mientras
visita la sinagoga de Roma (13.4.86), y luego invita a católicos y judíos a
preparar juntos la venida del Mesías (24.6.86), dialoga con los sumos
sacerdotes y brujos del vudú (4.2.93), toma parte en ritos animistas en el
bosque “sagrado” de Togo (8.8.85), se deja bendecir con el Tilac por
sacerdotisas de Shiva en Bombay (2.2.86), etc., a la vez que invita a
representantes de las “principales religiones” (asistieron unos 130) a Asís
para rezar por la paz (27.10.86). Y alaba sus “valores” en todas partes y ante
todos, pero no les dice que ellos y sus pueblos deben convertirse si quieren
salvarse.
Así pues, tanto
con sus palabras como con sus actos, está predicando que todos los hombres de
cualquier credo son aceptables para Dios, lo cual es contrario al dogma
católico (P2). Y por tanto no podemos seguir esta doctrina del Papa, sino
mantenernos firmemente unidos a la doctrina enseñada constantemente y siempre
por la Iglesia.”
Ahora, en cambio, la Neo-FSSPX calla
completamente respecto del desastrosísimo y nefasto accionar de Francisco, que ha
canonizado a su predecesor (por lo tanto, su obra de pontífice), al que la
FSSPX criticaba. Ahora simplemente, amén de consignar como corresponde la
doctrina general acerca del Papa, colocan una foto amistosa de Francisco con su
mejor sonrisa, saludando con su mano a los lectores, sin mencionar la doctrina
falaz que enseña y de la que los católicos deben mantenerse lejos si quieren
conservar la fe.
Otro capítulo “secuestrado”
del anterior Breviario es el titulado “¿Debemos aceptar el nuevo Código de Derecho
Canónico?”, que en la versión aggiornada
de la FSSPX ha desaparecido. Capítulo que en el antiguo “Breviario” concluye
así:
“Todo lo cual nos
lleva a concluir: «la Hermandad de San Pío X manifiesta su profundo
desacuerdo con la letra y el espíritu de este nuevo Código, que engloba las
opiniones conciliares sobre la Iglesia y el mundo».
El “Breviario” del
actual sitio de México incluye este apartado, pero sólo dice lo siguiente:
“Debemos aceptar el nuevo Código de Derecho?
Un código es una colección de leyes, siendo cada una de ellas una orden
de la autoridad competente: cada canon del Código de 1917 era una ley de
Benedicto XV, y cada canon el Código de 1983 (comúnmente llamado ahora “nuevo
código”) es una ley de Juan Pablo II.
Leer más”
Al hacer click en “Leer más” nada aparece.
Eso es todo y creemos que nada más habrá.
A simple vista, sin
escrutar demasiado, al fiel no enterado puede parecerle que la FSSPX en nada ha
cambiado, que sigue siendo enteramente tradicional, sin un ápice de
liberalismo. Pero ocurre que la FSSPX debe seguir siendo la misma de siempre
superficialmente, conservar en parte su identidad, pues esto es esencial para
poder formar parte de la síntesis hegeliana a la que se ve sometida, como ya lo
demostráramos en otro artículo. La tesis y la antítesis deben necesariamente
ser diferentes, pero sin embargo no al punto de repelerse mutuamente. Ninguna
debe ser exclusiva. De allí la convivencia aceptable que se plantea en la
perspectiva de un reconocimiento unilateral y “sin condiciones” por parte de
Roma. Pero he aquí la condición que une a ambas partes, que forma su
coincidencia, resumida por Mons. Lefebvre:
“Y he aquí lo que escribía Lamennais, en un volante
destinado a hacer conocer su diario L’Avenir: Todos los amigos de la religión
deben comprender que ella no necesita más que una sola cosa: la libertad.
Entonces lo veis: tanto en Lamennais como en Vaticano II se trata del mismo
principio liberal de la sola libertad; nada de privilegio para la verdad, para
Nuestro Señor Jesucristo, para la Iglesia católica. ¡No! La misma libertad para
todos: para el error como para la verdad, para Mahoma como para Jesucristo. ¿No
es acaso la profesión del más puro liberalismo (llamado católico)?” (Lo destronaron. Del
liberalismo a la apostasía. La tragedia conciliar).
Ese es el
motivo por el cual la Neo-FSSPX le pide libertad a Roma, siendo ella como es,
pero sin pedirle nada de privilegios para la verdad y la verdadera religión. En
eso se basa toda la posibilidad del acuerdo que se está realizando, en que la
Neo-FSSPX haya renunciado a la exigencia de que Roma se convierta. Debajo de
eso la Neo-FSSPX puede presentarse como tradicional, celebrar la misa de
siempre, etc. Por eso puede verse en sus páginas publicitarias e informativas
una imagen de la Tradición, pero que no resulta intransigente, dura ni
exclusivista. En busca de ser tolerada, la Neo-FSSPX se ha vuelto tolerante a
través de un lenguaje que no condena con firmeza y que, como hemos visto en el
artículo comentado, llega hasta no mencionar el mayor desastre de la historia
de la Iglesia. De allí también que concilia la buena doctrina respecto del
Papa, con una fotografía cuidadosamente elegida de Francisco, que saluda con su
mejor sonrisa de benefactor a los lectores. La Neo-FSSPX, bajo una
desorientación diabólica, está actuando bajo los efectos del ecumenismo
conciliar, aunque hoy día llamado astutamente por Francisco “misericordia”.
Pero la síntesis que resulte, finalmente, de ello, no será misericordiosa para
la Neo-FSSPX. Las claudicaciones siempre se pagan.