Número
CCCXXXVI (336)
21
de diciembre 2012
BILLOT I
Mons.
Williamson
Por
años he estado brindando una conferencia sobre las Siete Edades de la Iglesia,
basada en el Comentario del libro del Apocalipsis por el Venerable Bartolomé
Holzhauser. Sacerdote alemán de la primer mitad de los años 1600, él dijo que
lo escribió bajo inspiración. La conferencia ha sido popular, especialmente
porque encaja la locura de nuestra edad en un patrón armonioso de toda la
historia de la Iglesia. De lo que no me había dado cuenta, sin embargo, es que
la visión de Holzhauser es compartida por un famoso teólogo clásico, haciendo
así más difícil despedir a Holzhauser por ser un mero visionario o
“aparicionista”.
Es
en un Epílogo al primer volumen de su clásico Tratado de la Iglesia de Cristo
que el Cardenal Louis Billot (1846-1931) traza con algún detalle la
correspondencia afirmada por Holzhauser entre siete períodos principales de la
historia de la Iglesia y las siete Cartas a las siete iglesias de Asia que
componen los Capítulos II y III del libro del Apocalipsis. El Epílogo de Billot
nunca menciona a Holzhauser, pero es difícil imaginarse que no haya conexión.
Sin embargo, Billot tiene cuidado al iniciar tal correspondencia no a partir de
una visión o inspiración, sino de los nombres griegos de las siete iglesias. La
adecuación de estos nombres a la historia de la Iglesia en desarrollo es, o
bien una notable coincidencia, o bien, más probablemente, una huella de la
Providencia actuando – Dios, ¡el Maestro de la Historia!
Así,
Billot dice que Efeso (Apoc. II,
1-7) significa en griego un “inicio con ímpetu”, obviamente adecuable a la Edad
Apostólica (33-70 AD) con la cual comenzó la Iglesia. Esmirna (Apoc. II, 8-11) denomina a la segunda iglesia y quiere
decir “mirra”, correspondiente a la pasión y a los sufrimientos de la Segunda
Edad de la Iglesia (70-313 AD), la de los Mártires. Pérgamo (Apoc. II, 12-17) era una ciudad famosa por la literatura,
de manera que “pergamum” vino a significar material sobre el cual se escribe,
correspondiendo al racimo de grandes escritores de la Iglesia pertenecientes a
la Tercera Edad de la Iglesia, la de los Doctores (313-800). Tiatira denomina a la próxima iglesia
(Apoc. II,18-29) y significa “esplendor del triunfo” correspondiendo al triunfo
de 1000 años de la Ig lesia Católica extendiéndose desde Carlomagno (742-814)
hasta la Revolución Francesa (1789).
Estos
mil años pueden ser también contados desde alrededor de la conversión de Clovis
(496) a la erupción del Protestantismo (1517). Pero, sea que uno marca la
declinación del Cristianismo a partir de la Reformación o de la Revolución, de
cualquier manera Sardes, denominando
a la quinta iglesia (Apoc. III, 1-6), fue la ciudad de Creso, un hombre
fabulosamente rico que evoca la abundancia de dinero, prosperidad material y
decadencia espiritual, tal como caracteriza a los tiempos modernos. En efecto,
las advertencias a la iglesia de Sardes corresponden perfectamente a nuestra
propia edad hoy en día, como veremos con Billot en “Comentarios” adicionales.
Claramente
nos movemos hacia el futuro con la sexta iglesia, la de Filadelfia (Apoc. III, 7-13), significando “amor” (Fil-) de
“hermandad” (-adelfia). El Cardenal Billot afirma que este nombre corresponde a
un gran triunfo final de la Iglesia, marcado notablemente por la conversión de
los Judíos como la profetizó San Pablo (Rom. XI, 12 ) y por su reconciliación
con los Gentiles, hermanos por fin en Cristo (Ef. II, 14-16).
Pero
la iglesia de Filadelfia es advertida que la tribulación está viniendo (Apoc.
III, 10) la cual corresponde a la séptima y última Edad de la Iglesia, la de Laodicea (Apoc. III, 14-22) denominada
por juicio (dike) de los pueblos (laon). Será la Edad de la última y más
terrible prueba de la Iglesia, la persecución del Anticristo seguida por el
Juicio General de todas las almas que hayan alguna vez vivido y, así, de todos
los pueblos.
Kyrie eleison.