miércoles, 18 de diciembre de 2013

MONS. LEFEBVRE: PREVALECE LA FE



Nosotros hemos sido llamados por Dios a mantener la Fe católica y a librar un combate extraordinario. Roguemos a Dios ser realmente dignos de haber sido elegidos por El para esta cruzada excepcional. Prometámosle nuestra fidelidad incondicional a la Fe.
Con seguridad, el gobierno de la Iglesia ha sido, asimismo, establecido para la defensa de la Fe y normalmente debemos serle sumisos para ayu­darle a mantener, difundir y continuar la Fe católica. Pero si ese gobierno falta a su deber, si abandona su función y se vuelve en contra de la Fe ¿qué debemos hacer? ¿Permanecer adictos al gobierno o adictos a la Fe? ¿Prevalece el gobierno o la Fe? Nos hallamos ante un dilema y nos vemos en la obligación de optar. Ahora bien, el gobierno ha sido establecido para la Fe y no la Fe para el gobierno, puesto que la Fe es Jesucristo mismo. Por tanto debemos adherirnos a Jesucristo antes que al gobierno mismo de la Iglesia, establecido por Jesucristo mismo, pero no para que se convier­ta en su enemigo, no para destruirle, no para entregar las almas a los ídolos, a los falsos dioses, a los demonios.
Seamos firmes en la Fe y pidamos a la Santísima Virgen, a Nuestra Señora de las Victorias, que nos dé fuerzas para la lucha, que nos ayude a lograr el triunfo contra los ataques infernales a Nuestro Señor Jesucristo, Nuestro Salvador.
Meditemos este día la Pasión, los dolores, los sufrimientos, el aban­dono de Ntro. Señor Jesucristo por sus apóstoles, pero sigámosle y esforcémonos con toda el alma en seguir a la Santísima Virgen, a San Juan, a las santas mujeres —y no imitar a los Apóstoles que abandonaron a Nuestro Señor— a fin de ser realmente hijos de Jesús y de María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.

 Marcel Lefebvre
Arzobispo
Ecóne, sermón de Jueves Santo, 27 de marzo de 1986.