A ningún católico de la Tradición que viva en
Argentina puede escapársele que la prensa en general, y el Clarín en
particular, son enemigos de la Religión Católica. Este diario, debido a que es
el de mayores ventas, se convierte en el mayor divulgador masivo de la gran
corrupción, bajo el manto protector de la democrática libertad de prensa. Otros
medios lo secundan en la tarea y disputan con éste por ganar un espacio muy
redituable y propicio para la disolución nacional.
Para muestra de lo que decimos, nos valdremos
simplemente, sin hurgar demasiado, que no estamos para envenenarnos la vida en
tales impudicias, en su revista dominical. Por ejemplo, la de este domingo 8,
fiesta de la Inmaculada Concepción y, hasta ahora, feriado nacional.
Más allá de la consabida serie de semi-desnudos
femeninos -y ahora también masculinos- que pululan por allí, publicitando todo
tipo de productos de afamada marca, junto al “espíritu navideño” de Papá Noel
que según indica la Coca-Cola, cree en
nosotros, la revista se dedica muy en particular a corromper la inocencia
infantil, mediante modelitos siguiendo indecencias que no sospechan o vistiendo
simpáticamente el “reviente” del todo vale, como simple diversión. Pero podemos
advertir dos secciones infantiles donde se verá mejor lo que arriba
apuntábamos.
En la página de juegos “Plaza de papel” hay un
“Enigma del caballero” (“¿Por qué va el caballero al castillo?”) que debe
descifrarse completando un mensaje en clave. El dibujo muestra un caballero
medieval llamado Tancredo, montado sobre su caballo, frente a un castillo. La
solución que la revista ofrece al enigma no podía ser más revolucionaria:
“Tancredo va a rescatar a un dragón que está encerrado en la torre” (sic).
El segundo ejemplo toca directamente lo
sagrado. En la página titulada “Palabras mayores”, que según se consigna dirige
una persona llamada Lidia Lerner, se colocan distintas ocurrencias de niños
pequeños enviadas aparentemente por sus padres o tutores. Se busca mirar
simpáticamente las “salidas” de los chicos, en este caso referidas a la Sma.
Virgen (digamos de paso que es la única mención que hemos encontrado en el
diario en la fecha que se conmemora tan solemne festividad religiosa). Más allá
de las ocurrencias infantiles, hay allí cosas que no pueden no entenderse como
algo más que irreverencia, por parte de la editora de la página. Cosas que no
deberían dejar de corregirse en los niños, en caso de que ciertamente salieran
de ellos, pero mucho menos publicarse. Así por ejemplo, bajo el título blasfemo
de “¡ACLAREMOS QUE ES SIMBÓLICO!”, en
relación a la Eucaristía, se dice algo que preferimos no reproducir, pero es
escandaloso. Tampoco se priva la revista de ubicar estratégicamente debajo de
un dibujo infantil de la Virgen María, la fotografía publicitaria de un trasero
femenino. Para cerrar, la revista regala al lector la “sabiduría budista” del
infame Paulo Coelho.
Y bien, con esta clase de publicación, con este
perverso e indecente medio, se prestó a
hablar el Padre Bouchacourt, ¿acaso sin saber de su bajeza, sin saber que no
sólo no le importa la verdad, sino que es su acérrima enemiga? Entonces, ¿qué
podía esperar de este medio? ¿Por qué o para qué aceptó ser entrevistado?
¿Puede negarse que el tono y contenido de la entrevista busque dar una imagen
agradable de la FSSPX y contraria al “extremismo” apasionado que mostraron
sacerdotes y fieles en la famosa noche de la Catedral? En definitiva, ¿es a
estos enemigos de Dios que el P. Bouchacourt quiere resultar agradable? ¿Creerá
por ello que no será objeto de su desprecio?
Digamos finalmente que, contra lo que asegura
un bloggero oficialista de la FSSPX en un comentario que intenta replicar a un
lector, al decir: “¿Debe entrar el Padre Bouchacourt en una polémica con
"Clarín" sobre lo que dijo? ¿Solo porque se lo exigen los falsos
resistentes, enemigos de la Fraternidad?”, nosotros respondemos que el P.
Bouchacourt debe responder a Clarín
si Clarín mintió sobre la Fraternidad
o tergiversó sus palabras, porque se supone que dio una entrevista para que
reprodujeran sus palabras como él las dijo, ese es el objeto de una entrevista.
Y por lo tanto si no contesta (o “polemiza”, como prefiere el bloggero) con el
citado diario, es porque éste dijo cosas que no molestaron al P. Bouchacourt o
este por alguna conveniencia prefiere dejar pasar. O simplemente porque dijo lo
que le adjudican. Distinto sería el caso de que él no hubiese dado una
entrevista al medio, porque entonces no tendría éste el crédito que le ha dado
el P. Bouchacourt al aceptar darle una entrevista.