martes, 10 de diciembre de 2013

DIME CON QUIÉN HABLAS Y TE ENTIENDES…





A ningún católico de la Tradición que viva en Argentina puede escapársele que la prensa en general, y el Clarín en particular, son enemigos de la Religión Católica. Este diario, debido a que es el de mayores ventas, se convierte en el mayor divulgador masivo de la gran corrupción, bajo el manto protector de la democrática libertad de prensa. Otros medios lo secundan en la tarea y disputan con éste por ganar un espacio muy redituable y propicio para la disolución nacional.

Para muestra de lo que decimos, nos valdremos simplemente, sin hurgar demasiado, que no estamos para envenenarnos la vida en tales impudicias, en su revista dominical. Por ejemplo, la de este domingo 8, fiesta de la Inmaculada Concepción y, hasta ahora, feriado nacional.

Más allá de la consabida serie de semi-desnudos femeninos -y ahora también masculinos- que pululan por allí, publicitando todo tipo de productos de afamada marca, junto al “espíritu navideño” de Papá Noel que según indica la Coca-Cola, cree en nosotros, la revista se dedica muy en particular a corromper la inocencia infantil, mediante modelitos siguiendo indecencias que no sospechan o vistiendo simpáticamente el “reviente” del todo vale, como simple diversión. Pero podemos advertir dos secciones infantiles donde se verá mejor lo que arriba apuntábamos.

En la página de juegos “Plaza de papel” hay un “Enigma del caballero” (“¿Por qué va el caballero al castillo?”) que debe descifrarse completando un mensaje en clave. El dibujo muestra un caballero medieval llamado Tancredo, montado sobre su caballo, frente a un castillo. La solución que la revista ofrece al enigma no podía ser más revolucionaria: “Tancredo va a rescatar a un dragón que está encerrado en la torre” (sic).

El segundo ejemplo toca directamente lo sagrado. En la página titulada “Palabras mayores”, que según se consigna dirige una persona llamada Lidia Lerner, se colocan distintas ocurrencias de niños pequeños enviadas aparentemente por sus padres o tutores. Se busca mirar simpáticamente las “salidas” de los chicos, en este caso referidas a la Sma. Virgen (digamos de paso que es la única mención que hemos encontrado en el diario en la fecha que se conmemora tan solemne festividad religiosa). Más allá de las ocurrencias infantiles, hay allí cosas que no pueden no entenderse como algo más que irreverencia, por parte de la editora de la página. Cosas que no deberían dejar de corregirse en los niños, en caso de que ciertamente salieran de ellos, pero mucho menos publicarse. Así por ejemplo, bajo el título blasfemo de “¡ACLAREMOS QUE ES SIMBÓLICO!”, en relación a la Eucaristía, se dice algo que preferimos no reproducir, pero es escandaloso. Tampoco se priva la revista de ubicar estratégicamente debajo de un dibujo infantil de la Virgen María, la fotografía publicitaria de un trasero femenino. Para cerrar, la revista regala al lector la “sabiduría budista” del infame Paulo Coelho.

Y bien, con esta clase de publicación, con este perverso e indecente medio,   se prestó a hablar el Padre Bouchacourt, ¿acaso sin saber de su bajeza, sin saber que no sólo no le importa la verdad, sino que es su acérrima enemiga? Entonces, ¿qué podía esperar de este medio? ¿Por qué o para qué aceptó ser entrevistado? ¿Puede negarse que el tono y contenido de la entrevista busque dar una imagen agradable de la FSSPX y contraria al “extremismo” apasionado que mostraron sacerdotes y fieles en la famosa noche de la Catedral? En definitiva, ¿es a estos enemigos de Dios que el P. Bouchacourt quiere resultar agradable? ¿Creerá por ello que no será objeto de su desprecio?

Digamos finalmente que, contra lo que asegura un bloggero oficialista de la FSSPX en un comentario que intenta replicar a un lector, al decir: “¿Debe entrar el Padre Bouchacourt en una polémica con "Clarín" sobre lo que dijo? ¿Solo porque se lo exigen los falsos resistentes, enemigos de la Fraternidad?”, nosotros respondemos que el P. Bouchacourt debe responder a Clarín si Clarín mintió sobre la Fraternidad o tergiversó sus palabras, porque se supone que dio una entrevista para que reprodujeran sus palabras como él las dijo, ese es el objeto de una entrevista. Y por lo tanto si no contesta (o “polemiza”, como prefiere el bloggero) con el citado diario, es porque éste dijo cosas que no molestaron al P. Bouchacourt o este por alguna conveniencia prefiere dejar pasar. O simplemente porque dijo lo que le adjudican. Distinto sería el caso de que él no hubiese dado una entrevista al medio, porque entonces no tendría éste el crédito que le ha dado el P. Bouchacourt al aceptar darle una entrevista.