Esto
no reviste la menor seriedad. Mientras el liberalismo de la neo-FSSPX se hace
cada vez más patente (la última "perla": el sitio oficial de Alemania anuncia
que en el priorato de Munich se celebran las misas del “rito extraordinario”; lógicamente había que llegar a ello después de que se aceptó el motu proprio ratzingeriano), la
prensa oficiosa del Distrito América del Sur publicita una “Cruzada para
restaurar la Cristiandad”. Y “El Superior de Distrito recluta”.
Nos
permitimos tomar una cita perteneciente al P. Bouchacourt, inserta en un
artículo reciente de Radio Cristiandad (tomamos lo que puede ser considerado objetivamente un documento valioso que
sirve para entender mejor la situación actual de la Neo-FSSPX y mencionamos
como corresponde la fuente, tal como puede darse a la inversa. Decimos esto al
pasar para que nadie saque conclusiones en uno u otro sentido: simplemente
tomamos lo que resulta útil a nuestro blog de allí donde se encuentre, para
esclarecer mejor a los lectores). Se trata de una carta (identificada allí con
el número 6) en respuesta a una señora fiel del Uruguay que lo consulta sobre
el tema de la intención de la cruzada para “retirar o derogar o levantar” el
decreto sobre las excomuniones. Un fragmento de la respuesta del P. Bouchacourt
es el siguiente:
“Es una cuestión de
honor. Lanzando esta cruzada de Rosarios, Monseñor Fellay quiere simplemente
defender el honor de nuestro Fundador, de Monseñor de Castro Mayer y de los 4
obispos. Este decreto, de hecho, no ha excomulgado a nadie, salvo a la
Tradición. Nosotros tenemos que responder y exigir que se retire.
Le voy a dar un
ejemplo. Imagine que en la prensa se acuse a un miembro de su familia por una
falta grave; acusación, por lo demás, totalmente falsa. Su deber, en cuanto
miembro de la familia, consiste en pedir un derecho de respuesta y exigir una desmentida.
Lo mismo sucede en
nuestro caso. No reconocemos la acusación que hace el decreto y exigimos que
sea retirado porque arroja a toda la Tradición y a la Fraternidad en el
descrédito”.
El
subrayado es nuestro, precisamente para hacer ver que aquello afirmado por él
entonces, no lo hizo cumplir respecto de su persona, esto es, en cuanto a
exigir una desmentida al diario Clarín
sobre sus respuestas en particular la negación del deicidio. Que el P.
Bouchacourt no haya cumplido con lo que allí calificaba como un deber,
significa, o cobardía y falta de sentido del honor de su parte, o simplemente
que sí está de acuerdo con la declaración conciliar Nostra aetate.
Entonces,
luego del affaire Clarín y la prensa
mediática anticristiana que lo dejó tan mal parado, de sus declaraciones
políticamente correctas, de su aceptación de la declaración del concilio Nostra
aetate, de sus elogios a Francisco, de su silencio ante los fieles, de su
descalificación para con los sacerdotes -supuestos “cruzados”- en la catedral
ante el acto por la kristallnacht, de sus contradicciones e idas y vueltas en
las intenciones de la Cruzada publicadas en el sitio oficial de la FSSPX, etcétera,
etcétera, se invita a los fieles a embanderarse y tomar la espada (¿la de la verdad
o la de la ambigüedad?) para “restaurar la Cristiandad”. ¿Hasta dónde piensan
llegar con esta estulta fantasía que niega la realidad? ¿Y hasta dónde los sacerdotes
y fieles van a seguir tolerando esta mentira cuando la verdad brota por todas
partes para negar el discurso conciliador y falaz de las autoridades de la
neo-Fraternidad?
Sí,
a no negarlo, hay una cruzada, porque los liberales pueden ser también a su
modo “cruzados” en la obsesión que tienen de llegar al acuerdo. Mons. Fellay no
ha cedido nunca en su determinación de ser parte de (“ser reconocido por”) la
iglesia conciliar. Pero esa cruzada y esos cruzados no tienen la imagen
belicosa e intransigente que se les pretende dar. No, esa cruzada de la
Neo-FSSPX no tiene otra imagen para ofrecer que esta: