jueves, 18 de abril de 2013

PRIMERO, LA FE




“El primer deber  que Cristo señaló a quien, como Nos, tiene confiado desde lo alto el oficio de apacentar la grey del Señor, es custodiar con la mayor vigilancia el depósito de la santa fe que se nos ha entregado; y esto, tanto rechazando las novedades profanas de lenguaje como las contradicciones de una mal llamada ciencia. Y ciertamente que no ha habido época en la que no haya sido necesaria esta vigilancia del Pastor Supremo, pues nunca han faltado, por instigación del enemigo del género humano, hombres que enseñan doctrinas perversas (1), charlatanes de novedades y seductores (2), metidos en el error y que arrastran hacia el error (3). Pero hay que reconocer que, en estos últimos tiempos, el número de los enemigos de la cruz de Cristo ha aumentado enormenente; todos ellos, con técnicas absolutamente nuevas y astutas, se esfuerzan por agostar las energías vitales de la Iglesia y hasta querrían destruir el reino de Cristo, si esto fuera posible. Por eso, no podemos permanecer callados por más tiempo, no vaya a ser que demos la impresión de estar faltando al más sacrosanto de nuestros deberes, y la comprensión que hasta ahora hemos tenido esperando ver una rectificación, sea interpretada como abandono de Nuestro oficio”.

San Pío X, Carta encíclica Pascendi, Introducción.

(1). Hch 20,30.
(2). Tit 1,10.
(3). 2 Tim 3,13.