El encuentro de Mons. Fellay y el Card. Müller se
dio, según el comunicado oficial de la FSSPX: ..."en una entrevista cordial"... y
según el comunicado oficial de Roma: ..."en un clima de cordialidad"...
¿Cómo fue posible? Simplemente porque ambos son
liberales: uno más que otro; uno hasta la herejía explícita y otro bajo
apariencias tradicionalistas. Los liberales creen que deben ser cordiales con
todo el mundo, que benevolencia y caridad se identifican.
Herejías famosas y nunca retractadas del Card Müller:
Contra
Virginidad de la Sma. Virgen María.
En su
libro “Dogmática católica: estudio y práctica de la teología” (Friburgo, 2003,
quinta edición), Müller niega el dogma de la virginidad de María. Para él, esa
Virginidad no tiene que ver con las “características fisiológicas en el proceso
natural del nacimiento de Jesús (como la no-apertura del útero, la incolumidad
del himen o la ausencia de las contracciones), sino con el influjo salvífico y
redentor de la gracia de Cristo para la naturaleza humana”.
Contra la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.
En 2002 Müller publicó el libro “La Misa, fuente de
la vida cristiana” (St. Ulrich Verlag, Ausburg), en el cual dice: “Cuerpo y
sangre de Cristo no significan las partes físicas del hombre Jesús durante su
vida o en su cuerpo glorificado”. “La esencia del pan y del vino debe ser
definida en un sentido antropológico. El carácter natural de estos dones (pan y
vino) como frutos de la tierra y del trabajo humano, como productos naturales y
culturales, consiste en la designación del alimento de las personas y de la
comunidad humana en el signo de una comida común, una comida común
salvífica".
Contra la Unidad y Unicidad de la Iglesia.
Durante un discurso en honor del "obispo"
luterano Johannes Friedrich, el 11 de octubre de 2011, Mons. Müller presentó un
texto de su eclesiología: “El Bautismo es el carácter fundamental que nos une
sacramentalmente en Cristo, ante el mundo en una sola Iglesia visible. Nosotros
como cristianos, católicos y protestantes, estamos por lo tanto ya unidos en
aquello que llamamos la Iglesia visible. En un sentido estricto existen, por lo
tanto, no muchas Iglesias, es decir una junto a la otra, más bien existen
divisiones y desuniones al interior de un único pueblo y de una única casa de
Dios”.