TOLERANCIA
MASÓNICA, TOLERANCIA LIBERAL, TOLERANCIA QUE
MENDIGA MONS. FELLAY Y SU BANDA DE
ASALTANTES A QUIENES OFENDEN A DIOS, A QUIENES DESTRUYEN Y RIDICULIZAN LA SANTA MADRE IGLESIA
(Con
el silencio cómplice de los Superiores de Distrito, los Priores, los Sacerdotes
y gran parte de la feligresía)
TOLERANCIA
PARA TODO MENOS PARA LA VERDAD
TOLERANCIA
Y MASONERIA
LA
TOLERANCIA EN EL MUNDO MASÓNICO
En
Masonería, la Tolerancia es una garantía de convivencia entre seres humanos
libres e iguales y de tan distintas formas de pensar, sentir y actuar en lo
político, lo religioso, lo social, etc. Se exige como una obligación para quien
escucha las posiciones del otro, a fin de comprender sus conceptos y entablar
-por ejemplo- un debate razonado, de altura, exponiendo al mismo tiempo los
propios, de todo lo cual todos extraemos, como individuos y como logia, siempre
conclusiones positivas La Tolerancia en Masonería ha de ser un medio de
equilibrio natural, de modo que el "tolerado" sea responsable de sus
actos, y no abuse de la tolerancia de la que puede ser objeto. De esta forma,
el "Tolerado" ejercerá su derecho inalienable a expresarse libremente
y al mismo tiempo su obligación de hacerlo de manera respetuosa y fraternal;
por su parte, el "Tolerante" ejercerá su derecho de ser respetado en
cuanto a sus principios por el "tolerado" teniendo a su vez la
obligación de escuchar con serenidad y atención los conceptos de éste, según lo
señalado en el punto anterior. Tolerancia y Respeto a la diversidad de ideas
son principios inalterables de la Masonería, que admite en su seno a individuos
de todas las razas, religiones, costumbres, posturas filosóficas y credos
políticos como muestras de esa amplia gama del pensar y sentir humano a cuyo
desarrollo ha orientado históricamente sus objetivos.
Otro Blog de la Masonería
Entendida como el
respeto a las personas por el derecho que tienen a expresar sus opiniones en
cualquier materia, la tolerancia hace posible el diálogo, el pluralismo y la
coexistencia de principios disímiles, constituyéndose en la condición
indispensable para la convivencia de los seres humanos en el ámbito de la
democracia y de la libertad.
Según esta apreciación, toda persona tiene derecho a profesar cualquier credo religioso o a expresar su pensamiento, ya sea de carácter político o ideológico. Así mismo, tiene derecho a criticar todas las ideas que no comparta, sin ofender los sentimientos de las personas que las profesan, para lo cual es preciso omitir toda palabra vana, ofensiva o destructiva, que pueda irritar a nuestro semejante. En este sentido, la tolerancia no introduce restricciones, sino que establece condiciones para la expresión.
Según esta apreciación, toda persona tiene derecho a profesar cualquier credo religioso o a expresar su pensamiento, ya sea de carácter político o ideológico. Así mismo, tiene derecho a criticar todas las ideas que no comparta, sin ofender los sentimientos de las personas que las profesan, para lo cual es preciso omitir toda palabra vana, ofensiva o destructiva, que pueda irritar a nuestro semejante. En este sentido, la tolerancia no introduce restricciones, sino que establece condiciones para la expresión.
Indudablemente, la
tolerancia existe en el marco de un orden establecido y aceptado por la
comunidad, en la cual es ineludible combatir, civilizadamente, las ideas y
prácticas contrarias al orden democrático, moral y de las buenas costumbres. No
obstante -y esto debe quedar muy claro- en un orden así establecido es
imprudente tratar de imponer ideas a la fuerza frente al error. En cambio es
saludable desarrollar la capacidad de diálogo para que de él salga la luz que
ilumine los caminos de la verdad.
En ningún momento la
tolerancia significa aceptar los errores del otro. San Agustín decía: “perdonad
a los que yerran, combatid, dadle muerte a los errores”. Esto quiere decir que
la crítica es para juzgar las ideas y las acciones de los hombres, mientras que
el respeto es un atributo axiológico del hombre para el hombre, entendido éste
en sentido genérico, es decir como homo sapiens, que debe mantener
su mente libre y abierta, para pensar sobre sí mismo y sobre el maravilloso
espectáculo del universo.