jueves, 4 de septiembre de 2014

DESVENTURADOS LIBERALES



Mons. Williamson
Comentario Eleison CCXXIX (229)
 03 de diciembre 2011



El liberalismo es una enfermedad espantosa, que lleva millones y millones de almas al Infierno eterno. “Libera” la mente de la verdad objetiva y el corazón (voluntad y afectos) del bien objetivo. El sujeto reina supremamente. Es el hombre en lugar de Dios, con el hombre permitiéndole a Dios solamente la importancia que el hombre elige permitirle, y esa normalmente no es mucha. Dios Todopoderoso está atado con una correa, por así decir, ¡como un cachorrito obediente! De hecho el “Dios” de los liberales es una burla del verdadero Dios. Pero “Dios no se deja burlar” (Gal.VI, 7). Los liberales están castigados en esta vida volviéndose falsos cruzados, verdaderos tiranos, y hombres afeminados.
Un ejemplo clásico del falso cruzado lo dan los sacerdotes revolucionarios de la “Teología de la liberación”, según el Arzobispo Lefebvre en una conferencia que pronunció en América del Sur. El acostumbraba decir de los sacerdotes que perdiendo la Fe bajo la influencia del movimiento modernizante en la Iglesia, ellos se habían convertido en los más temibles revolucionarios porque traían a la falsa cruzada del Comunismo toda la fuerza de la verdadera cruzada para la salvación de las almas en la cual habían sido entrenados pero en la cual no creían más.
Siendo la verdadera cruzada para Dios, para Jesucristo, para la salvación eterna, entonces cuando ya no se cree en ella deja correspondientemente un vacío enorme en la vida de la gente, el cual ellos tratan de llenar lanzándose a la cruzada por cualquier cosa: por la prohibición del tabaco (pero libertad para la marihuana y la heroína); por la prohibición de la pena capital (pero libertad para ejecutar derechistas eficaces); por la prohibición de tiranos (pero libertad  para bombardear cualquier país para llevarlo a la “democracia”); por la sacralidad del hombre (pero libertad para abortar el bebé humano en el seno de la madre) – la lista puede seguir indefinidamente. Estas contradicciones así resaltadas están perfectamente en consonancia con la cruzada de los liberales para reemplazar el orden cristiano del mundo por el nuevo orden del mundo. Ellos pretenden que no están combatiendo a Cristo, pero tal fábula resulta cada vez menos creíble.
Los liberales se vuelven también “lógicamente” verdaderos tiranos. Ya que ellos mismos se han “liberado” de cualquier Dios o Verdad o Ley por encima de ellos, entonces permanece solamente la autoridad de sus propios espíritus y voluntades para imponer a sus contemporáneos lo que sea. Por ejemplo, habiendo perdido todo sentido de cualquier Tradición que limite su autoridad, Pablo VI impuso a la Iglesia Católica en 1969 su Nuevo Orden de la Misa, para encajar con el Nuevo Orden Mundial, a pesar de que apenas dos años antes un número importante de obispos había rechazado un rito experimental de la Misa substancialmente parecido. ¿Qué le importó las opiniones de cualquier subordinado, a menos que fueran liberales como él mismo?  Ellos no sabían lo que era bueno para ellos. El sí.
Lógicamente de nuevo, los liberales se vuelven afeminados porque no pueden evitar tomar todo a título personal. Sin embargo, cualquier oposición sana a su autoritarismo está fundada sobre la Verdad o la Ley por encima de todos los seres humanos, de las cuales los liberales se mofan. Es así como el Arzobispo Lefebvre resistió al liberalismo de Pablo VI, pero Pablo VI no pudo pensar otra cosa que el Arzobispo quería tomar su lugar como Papa, como él mismo se lo dijo personalmente. Estaba incapacitado para entender que había una autoridad muy por encima de la suya propia, en la cual el Arzobispo se apoyaba con toda tranquilidad. ¿Quién necesita preocuparse de que el Señor Dios nos falle una sola vez?
Sagrado Corazón de Jesús, concédenos el merecer los buenos jefes que sólo pueden venir de Ti.

Kyrie eleison.