“Los justos sufrirán profundamente. Sus oraciones,
penitencias y sus lágrimas se elevarán hasta el Cielo y todo el pueblo de Dios
implorará perdón y misericordia y suplicará mi ayuda e intercesión. Y entonces
Jesucristo en un acto de Su justicia y gran misericordia ordenará a Sus Ángeles
dar muerte a todos sus enemigos. Repentinamente los perseguidores de la Iglesia
de Jesucristo y todos aquellos entregados al pecado, perecerán, y la tierra
devendrá como un desierto. Y entonces vendrá la paz y el hombre se reconciliará
con Dios; Jesucristo será servido, adorado y glorificado. La Caridad florecerá
en todas partes...El Evangelio será predicado en todas partes...y el hombre
vivirá en el temor de Dios”.
(Ntra.
Sra. de la Salette)