Vimos este artículo en Tradinews,
el cual lo tomaron de Paix Liturgique siendo su fuente
original Il Foglio. Las
comunidades Ecclesia Dei están congratulándose y agradeciendo a Francisco por
esta declaración. Esperamos pronto la reacción de DICI-Lorans y de Menzingen a
este respecto.
Hemos traducido solamente los
párrafos que aluden a la noticia. Resaltados nuestros.
« ¡NO TOQUEN LA MISA
TRADICIONAL! EL PAPA SORPRENDE A TODO EL MUNDO”
28 de mayo de 2013: Los obispos de
Pouilles piden el retiro del Motu Proprio de Ratzinger. Bergoglio dice
no: La Iglesia necesita tanto el rito antiguo como el nuevo.
Quien pensó, a la llegada a la Sede
de Pedro del jesuita sudamericano Jorge Bergoglio, ver a la misa en latín en su
forma extraordinaria metida en el closet para siempre, hizo muy mal. El Motu
Proprio Summorum Pontificum de Ratzinger del 2007, no se toca, y el misal de
1962 de Juan XXIII –que es la última versión del misal tridentino de san Pio V-
está sano y salvo. (…) Es el Papa mismo quien lo dijo hace algunos días con
ocasión de su encuentro con los obispos de Pouilles en su visita ad
limina apostolorum como lo hacen todos los obispos cada cinco años.
Como lo escribió en su blog el
vaticanista Sandro Magister, los obispos de Pouilles fueron los más locuaces
(acerca de su encuentro con el Papa), tanto con el clero como con la prensa. La
semana pasada, el obispo de Molfetta, Luigi Martella dijo que Francisco estaría
dispuesto a firmar, de aquí a fin de año, la encíclica sobre la fe, la cual
Benedicto XVI estaría terminando en la calma del monasterio Ecclesia Mater.
Monseñor Martela añadió que Bergoglio tenía ya en la cabeza una nueva encíclica
que estaría consagrada a la pobreza, titulada Beati pauperes. Estas
declaraciones obligaron a la Santa Sede a desmentir, rectificar y precisar, el
padre Lombardi invitó a pensar en “una encíclica a la vez”.
Fue enseguida el obispo de Conversano
y Monopoli, Domenico Padovano, quien dijo al clero de su diócesis que la
prioridad de los obispos de la región había sido explicar al Papa que la misa
tradicional creaba grandes divisiones en el seno de la Iglesia. Lo que implica:
hay que suprimir Summorum Pontificum, o al menos, limitarlo
fuertemente. Pero Francisco
dijo no.
Monseñor Padovano dijo también que el
Papa le pidió permanecer vigilantes sobre el extremismo de ciertos
grupos tradicionalistas, pero sugiriendo también “atesorar” la Tradición y
a crear condiciones para que ésta pueda vivir con la innovación. A
este respecto, como escribió Sandro Magister, Bergoglio incluso señalaría las
presiones sufridas después de su elección para alejar al Maestro de ceremonias
pontificales, Guido Marini, descrito al papa como un tradicionalista que debe
ser regresado a Génova, la ciudad que abandonó muy a su pesar para responder al
llamado de Benedicto XVI que lo quería en Roma. En este caso, el Papa Francisco
se opuso a todo cambio en la oficina de ceremonias pontificales. Y lo hizo para
“sacar provecho de la visión tradicional” (de Monseñor Marini) y permitirá al
suave y reservado ceremoniero de “beneficiarse de mi formación más emancipada”.