La perversión sexual
tan extendida en los centros de cultura moderna, es consecuencia de la
apostasía de nuestro siglo, que lo asemeja a aquellos tiempos paganos señalados
por San Pablo. La santa crudeza con que habla el Apóstol nos sirva de ejemplo
de sinceridad y amor a la verdad. “El mundo suele escandalizarse de las
palabras claras más que de las acciones oscuras”.
(Comentario a Romanos
1,26).
La apostasía general
no debe llenarnos de pasmo, pues es anunciada por Jesucristo (Luc. 18,8), y por
San Pablo como antecedente del Anticristo y como condición previa para el
triunfo de nuestro Redentor (II Tes. 2,3). Pero siempre quedará un pequeño
grupo de verdaderos y fieles cristianos, el “pusillus grex” (Luc. 12,32), aun
cuando se haya enfriado la caridad de la gran mayoría (Mat. 24,12) al extremo
de que si fuera posible serían arrastrados aún los escogidos. (Mat. 24,24).
(Comentario a Apocalipsis
13,3).
Abandonar a Dios es una cosa amarga. Es ésta
una verdad tan profunda, que el mundo no puede comprenderla. Y sin embargo, los
goces mundanos no son más que una gota de miel que se convierte en un mar de
amarguras. Lo vemos por lo que sucede al que se entrega a un vicio, a la
intemperancia, a la vanidad, a los deseos de la carne o a cualquier otro goce
desmedido. Vista con los ojos de la fe, la alegría del mundo es, en muchos
casos, una comedia que termina en una tragedia, la tragedia más triste que
pensar se pueda, la muerte. El Catecismo Romano (IV, 14, 9) cita este pasaje
para enseñarnos que, por los pecados mismos, aprendamos a dolernos de ellos, y
para exhortarnos a mirar bien los males que se siguen del pecado.
(Comntario a Jeremías 2,19).
Lo que hemos visto en la primera mitad del
siglo XX ¿no es bastante para pensar en las plagas del Apocalipsis? Así lo
señalaba ya el Papa Pío X. Notemos que la apostasía en la era cristiana es para
Dios más grave que la de la antigua Alianza, según enseña el mismo Apóstol.
Véase Hebreos 6, 4 ss.; 10, 29. Cf. II Tesalonicenses 2, 3 ss.; Lucas 18, 8;
Mateo 24, etc.
(Comentario a Ezequiel 6,12).
La nueva traducción latina del Salterio y los
Cánticos, que acaba de realizar el Pontificio Instituto Bíblico por disposición
de Pío XII, contiene la siguiente nota: “Espero tranquilo (cf. I Reyes 25, 9;
Isaías 14, 7); ya no pregunto impaciente (como en Habacuc 1, 2 s. y 17; 2, 1)
hasta cuándo los inicuos nos oprimirán impunemente, sino que en quietud aguardo
hasta que luzca el día de angustia en que será afligido el pueblo que nos
oprime (de cuyo castigo tratan los versículos 13-15). Aunque no florezca... yo,
con todo, etc.: aunque son tristísimas las condiciones presentes, yo me alegro,
sin embargo, porque sé que Dios será nuestro auxilio.” He aquí el pensamiento
que ha de consolarnos y alegrarnos en los tiempos calamitosos como los que
Jesús anuncia que precederán a su glorioso retorno (cf. Mateo 24). El ver días
de guerras y miseria, de apostasía (II Tesalonicenses 2, 3) y burla de las
profecías “como en los días de Noé y de Lot” (Lucas 17, 26 ss.; II Pedro 3, 3
as.), debe hacernos “levantar la cabeza porque nuestra redención se acerca”
(Lucas 21, 28), y convertir nuestra inquietud en paz y gozo, al pensar en las
maravillas que para entonces nos están prometidas. Cf. versículo 19; I
Tesalonicenses 4, 16 s. y nota.
(Comentario a Habacuc 3,16).
El cajón cerrado (…) fue el último signo de esta incapacidad
de mostrarse vulnerado. Para descubrir al pueblo el rostro muerto, primero hay
que estar convencido de que hay un Divino Rostro que me aguarda, transfigurante
de mis miserias corporales todas. El rigor mortis, públicamente retratado como
preanuncio paradojal de una movilidad aquende el féretro, es propio de quienes
mueren piadosamente. Contrario es el caso de los desesperados. La mors certa,
hora certa sed ignota, los tortura más que el instante súbito que los arranca
definitivamente del tiempo. No saben ni quieren prepararse a bien morir, porque
el activismo exitista que los domina los vuelve incapaces de todo ocio
contemplativo.
(Antonio Caponnetto,
hace diez años, acerca de Néstor Kirchner)
Número DCXCVII (697)
21 de noviembre de 2020
Viganò responde
Monseñor Williamson
Gracias
a Dios por la clara y católica voz de Viganò.
Cada
semana sus palabras podrían ser la elección de estos “Comentarios”.
Fuente:
https://www.medicosporlaverdad-argentina.com/publicaciones-web/covid19-evidencia-de-fraude-global
COVID
19 y las subsiguientes respuestas gubernamentales parecen ser parte de una
conspiración internacional para cometer fraude. Parece que no hay evidencia de
que un virus llamado SARS-CoV-2 cause una enfermedad llamada COVID 19.
“Resulta significativo que la
Conferencia Episcopal de EE.UU. y la organización abortista Planned Parenthood
expresen satisfacción por la presunta victoria electoral de la misma persona.
Tal unanimidad recuerda el apoyo entusiasta de las logias masónicas a la
elección de Jorge Mario Bergoglio, que tampoco estuvo exenta de sospechas de
fraude en el cónclave y era igualmente deseada por el estado profundo, como es
sabido por los correos de John Podesta y los vínculos de McCarrick y sus
compinches con los demócratas y con el propio Biden. Dios los cría y ellos se
juntan.”
TRUMP vs. ESTABLISHMENT POLÍTICO y GLOBALISMO
Discurso durante la campaña presidencial de 2016
¿Simulación o convicción?
Hay quienes comprenden que hoy por hoy el nacionalismo (entendido no como ideología sino como defensa de la identidad y soberanía de las naciones frente a un gobierno mundial) es un dique al tsunami globalizador que quiere de una vez por todas imponer un “Nuevo Orden Mundial” del Anticristo, una “nueva normalidad” comunista que esclavice al mundo entero.
Pese a la incertidumbre por el resultado, dos encuestas
revelan que el 77% de los judíos estadounidense votó al candidato presidencial
demócrata y el 69% de los musulmanes del país hizo igual opción. Fue mínimo el
apoyo evangélico, apenas un 14%.
“Nosotros
contamos con atraer a todas las naciones a la construcción de un nuevo edificio
fundamental, del cual hemos proyectado nosotros mismos los planos. Por esto,
ante todo, nos es necesario hacer provisión de esta audacia y de este poder de
espíritu que, en la persona de nuestros agentes, arrollará todos los obstáculos
que se presenten en nuestro camino.
Número DCXCV (695)
07 de noviembre de 2020
¿Próximo Covid?
Mons.
Williamson
Prefiriendo las mentiras, sufriremos grandes prisiones.
“El agua es fresca y deseable.
Deseable también el vino puro. Pero hago de la mezcla un brebaje para castrados”.
Saint-Exupéry