LA INTENCIÓN OCULTA
TRAS LA NUEVA MISA DE PABLO VI: APROXIMARSE A LA LITURGIA PROTESTANTE
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Pablo VI y Jean Guitton. |
En una
entrevista realizada en el programa radiofónico francés "Ici lumiére
101", del 13 de diciembre de 1993, el presentador, un luterano francés
llamado Francois Georges Dreyfus, invitó a Yves Chiron, autor de un libro sobre
Pablo VI, y a Jean Guitton, el renombrado académico francés autor e íntimo
amigo de Pablo VI (nadie conoció más de cerca a Pablo VI como Jean Guitton).
Francois Georges
Dreyfus: Sería superfluo presentarle a
nuestros oyentes a esta personalidad clave del catolicismo moderno, no
solamente del catolicismo francés, al gran filósofo católico de nuestros tiempos.
Es miembro de la Academia Francesa, de la Academia de Ciencias Morales y
Políticas, y profesor honorario de La Sorbona. Este hombre ha escrito una
serie de libros que no mencionaré (...)
Usted
está aquí, (...) porque conoció bien a Pablo VI (...) Usted acostumbraba ver a
Pablo VI todos los años, durante muchos años.
Jean Guitton:
Traté a Pablo VI durante casi medio siglo. Fui un íntimo amigo suyo, y puedo
decir que estaba muy cerca de mí, de manera que cuando fue elegido Papa fui a
verlo y le dije: "Leí en Aristóteles que no se puede ser amigo de
Júpiter; vine por lo tanto a despedirme, Santo Padre, porque no puedo ser más
su amigo". Me contestó enseguida: "Oh, Guitton, ¿no tengo yo un
corazón? ¿No soy capaz de tener una amistad? Usted tiene que seguir siendo mi
amigo para siempre". Lo veía todos los 8 de septiembre... me hizo hacerle
la promesa, o mejor dicho dos promesas, que no fueron muy difíciles de cumplir.
La
primera, era ir a verlo cada 8 de septiembre, hasta el final de mi vida; y fui
a verlo todos los 8 de septiembre, hasta el fin de su vida. Lamentablemente, o
quizás felizmente, murió en el mes de agosto, así que no pude verlo por
vigésima octava vez. Pero la segunda promesa fue más difícil de mantener. Me
dijo: "Le pido que me promete escribir en confianza lo que precise sobre
la Iglesia y sobre mí, ya sea que me guste o no". Claramente este segundo
pedido, esta segunda promesa solemne, fue la más difícil de mantener, porque
en ocasiones defendí en su presencia a hombres de quienes él tenía una opinión
muy pobre. No quiero darle mucha importancia, pero mi inclinación es ayudar a
gente que no es... que es perseguida, que es malentendida, y muchas veces tuve
que hacerlo frente a Pablo VI.
Dreyfus:
Me parece que no estoy de acuerdo con usted, maestro, en cuanto a las
cuestiones litúrgicas. En materia litúrgica, la misa nueva de Pablo VI tal
como aparece en su texto francés, contradice sin lugar a dudas el texto de la
Constitución sobre Liturgia Sagrada del propio Concilio. Encuentro que esto es
inquietante (...)
Guitton:
Estoy bastante impresionado de oírlo a usted hablar así, porque la intención de
Pablo VI en materia litúrgica, en esa materia que comúnmente se llama "la
Misa", era reformar la liturgia católica, de manera que se aproximara lo
más posible a la liturgia protestante...
Dreyfus:
Eso es, precisamente.
Guitton:
...con la Cena del Señor de los protestantes. El Papa, en la liturgia católica
de mi infancia, el Papa o el sacerdote nos daban la espalda. Uno sólo podía
verle la espalda: ahora uno sólo puede verle la cara, de forma que...
Dreyfus:
Si usted viniera a mi parroquia luterana, sólo vería la espalda del pastor. En
todas las parroquias luteranas de París solamente se puede ver la espalda del
pastor.
Guitton:
Eso es extraño, porque Pablo VI lo hizo para aproximarse lo más posible a la
Cena del Señor de los protestantes.
Dreyfus:
Usted querrá decir la Cena del Señor de los calvinistas. Eso es calvinización.
La gente habla de protestantización, pero cuando a Pablo VI le reprochan haber
protestantizado la Misa, yo pienso que quieren decir "calvinizado".
Guitton:
Esto es un problema difícil, las diferencias entre los calvinistas y los
luteranos. A menos que me equivoque, usted es más bien luterano que calvinista.
Dreyfus:
Yo de ninguna manera soy calvinista.
Guitton:
¡De ninguna manera! Pablo VI, sin embargo, era todo lo contrario. Hay una gran
diferencia entre vuestros corazones y el mío, pero yo sólo puedo repetir que
Pablo VI hizo todo lo posible para alejar la Misa católica del Concilio de
Trento y acercarla a la Cena del Señor de los protestantes.
Fue
asistido particularmente por el Arzobispo Bugnini, aunque Bugnini no siempre
tuvo la total confianza de Pablo VI. Pero estoy sorprendido con su objeción.
Antes que nada, la Misa de Pablo VI es un banquete, ¿no es cierto? pone su
mayor énfasis en el aspecto de participar de un banquete y mucho menos en la
idea de sacrificio, un sacrificio ritual en la presencia de Dios con el sacerdote
de espaldas. De manera que no creo estar equivocado cuando digo que la
intención de Pablo VI y de la nueva liturgia que lleva su nombre, era la de
pedirle a los fieles que participen más en la misa, la de darle más espacio a
la Escritura y menos a lo que algunos llaman "La Magia", y que otros
llaman la consagración, consubstanciación, transubstanciación y la Fe católica.
En otras palabras, vemos en Pablo VI una intención ecuménica de limpiar o al
menos corregir o suavizar todo lo que fuera demasiado católico en la Misa y
llevarla, como lo digo otra vez, lo más cerca posible de la liturgia
calvinista.
Así
de claro: es una revolución en la Iglesia.
Dreyfus:
Yo sólo agregaría que el Padre Congar habla de una revolución de octubre en la
Iglesia.
Guitton:
Así es. Hoy en día estamos experimentando tal revolución, que divide a los
católicos y divide a las familias, y que los seguirá dividiendo por mucho
tiempo. En muchas familias católicas, la gente se pregunta: "¿A qué Misa
vas?"
Reproducido
en revista Iesus Christus N° 81 –
Mayo/Junio de 2002.