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martes, 31 de diciembre de 2013
PESIMISMO Y REALIDAD – PADRE CASTELLANI
Estimado
Federico: leí su entrevista en Azul y
Blanco n.° 164 y caí de acuerdo con su «pesimismo». Para mí no es
pesimismo, sino ver las cosas como están —condición de historiador. Por algo
dijo uno:
Poeta fino, historiador
ladino,
caballero rural y
ciudadano,
Ibarguren es hito del camino
y es argentino como yo
argen-tano.
Como
historiador, usted ve a nuestra nación por dentro. Quiero decir esto: que una
persona vista por fuera es una sustancia viviente que solamente cambia en sus
vestidos o en sus muecas o ademanes; pero vista por dentro es un alma, que
conforme a la idea cristiana, puede «perderse». «Una nación histórica vive en
continua posibilidad de perecer.» Puede incluso desaparecer. ¿Cuántas naciones
históricas no han desaparecido? ¿Es una «nación» la Grecia actual comparada a
la Grecia de Pericles? ¿Qué se hicieron Cartago, Sidón y Tiro?
Solamente
los hombres tienen alma, propiamente hablando. El «alma» de una nación o una
colectividad es una resultante de cierta mancomunidad de las almas individuales
que la integran; y si desaparece esa mancomunidad, la nación «se convierte en
un nombre vacío, en una palabra; y en una palabra mentirosa». «La música es un
soplo; es un soplo en el aire» —dice por radio uno de tantos papagayos que por
LRA hacen hoy justamente eso: aire. Pero la música no es un soplo. Una nación
tampoco. La música es una armonía y un espíritu, y una nación es una armonía y
un espíritu; y los dos espíritus, obras del hombre; que pueden perecer por la
falibilidad del hombre.
El
pecado de los que ahora detentan el poder (todos los poderes, eclesiástico
incluso) es que están destruyendo o dejando destruir la mancomunidad argentina;
eliminando, despreciando o simplemente ignorando su principio de unidad, que es
espíritu. Este es el peor de los pecados, un pecado contra la luz.
Comparto
su repugnancia por la «política» actual, que ni siquiera es mala política, ya
que no es política sino otra cosa muy fea. Es tan despreciable que ni vale la
pena conocerla, a no ser para estudiar fisiología... social patológica. ¿Qué
me importan a mí los meneos y parloteos de cuatro tahúres y de cuatro tontos
que se agitan en torno a un «torno» pestilencial o dentro de los desacreditados
«partidos»? ¿Qué me importa a mí por dónde van, si sé de antemano dónde van a
ir? Así que no leo diarios, y si oigo alguna vez una arenga vibrante,
«patriótica» y democrática por LRA, es para puntuarla de sardónicas carcajadas:
una interrupción placentera de mi trabajo.
Creo
que falta coraje moral entre nosotros; digo entre los «buenos». Es decir, la
virtud de la Fortaleza, sin la cual las otras no son virtudes «adultas», si es
que existen; pues actualmente no puede haber ni Prudencia ni Justicia sin
Fortaleza. Nos falta la reciedumbre española. La reciedumbre española cuando se
enrancia en cerrazón, rusticidad y chucarez es fea, de acuerdo; pero la
reciedumbre en sí es buena. Aquí no hay corridas de toros porque no hay toros;
zoológicamente hablando, somos el país que produce más novillos, incluso en la
raza humana: novillitos y papagayos, como esos que ahora acaparan las radios.
La radio es un gran invento, porque se puede cortar.
Mas las circunstancias actuales nos
obligarán a crecer las astas. Bien sé que los de Azul y Blanco son toros en su rodeo, torazos en el ajeno. Pero son
pocos. Haría falta que tirasen 100.000 números, como Tribuna.
Una
nación puede perecer como nación: puede convertirse en un abyecto
amontonamiento de tiranuelos, tahúres y esclavos. Pero ésta no perecerá;
primero perecerán los que ahora ensucian y profanan su espíritu.
Creo,
o al menos quiero creer, que el fondo de nuestro país es sano, y que ahora está
flotando la hez. Mucha hez es, y mucho dura —dirá alguno. Verdad; pero los avatares
de una nación no se miden por el breve trecho de una vida de hombre. Una frase
que puse arriba, entre comillas, es de Menéndez Pelayo. Menéndez Pelayo joven
sintió ante la España de su tiempo el abatimiento que sentimos nosotros hoy
ante la Argentina; e hizo un cuadro apocalíptico, que es picante leer hoy para
ver que nihil sub sole novum. Y él
murió, y España se ha sacudido y levantado. Y se levantó gracias, en parte, a
la obra que el impertérrito santanderino le legó.
Mientras
uno pueda distinguir entre la hez y la mies, entre el bien y el mal moral,
entre la estulticia y la sabiduría, y
pueda dar a cada cosa su nombre, puede morir tranquilo, dejando a los
impenetrables designios de Dios los resultados
de su pequeño trabajo. No cumple a uno que trabaja para Dios amargarse porque
su trabajo prenda poco, remueva nada, e incluso sea por violencia o fraude
sepultado. Tanto peor... para los sepultureros.
Caro
Federico, he aquí el resumen de nuestra conversación del 11; y para terminar
los versitos hechos el 31 de diciembre del año pasado:
No les pido que
brindemos
por el año que se va,
sino por el que
vendrá...
Hubo una pena tirana
del diez por ciento
mensual
y una política hermana
en este año bagual.
Hubo pestes, hubo
muertes,
golpes y arbitrariedad.
Hubo temor, odios
fuertes,
en el año que se va.
Pido a Dios que ya se
vaya
llevándose su morral
este año de chuya chaya
para ver el que vendrá.
Que si viene igual que
estotro,
pocos años quedarán
a los que ponen su
potro
de pecho en el
vendaval.
¿Y si viene un pior?
¿Qué hacemos?
Esperemos otro más,
manos limpias y alma en
paz.
Leonardo
Castellani, Pluma en ristre. Libros Libres,
Madrid, 2010, págs. 270 a 273.
MISTERIO DE INIQUIDAD
Con
su acostumbrada agudeza y conocimiento exegético Monseñor Straubinger (1) se
refiere al misterio de iniquidad en los siguientes términos:
El
misterio de iniquidad (II Tes. 2, 7), que culminará en el Anticristo y su triunfo sobre todos los
que no aceptan aquel misterio de la
sabiduría, y "ya está operando" desde el principio, en forma de
cizaña mezclada con el trigo, a causa del dominio adquirido por Satanás sobre
Adán, y mantenido sobre todos sus
descendientes que no aprovechan plenamente la redención de Cristo. Es, no sólo el gran misterio de la existencia del
pecado y del mal en el mundo, no obstante la omnipotente bondad de Dios, sino
principalmente, y en particular, el misterio de la apostasía ( Tes. 2, 3), con
el triunfo del Anticristo sobre los santos (Apoc. 13, 7), con la mengua de la
fe en la tierra (Luc. 18, 8), y, en una palabra, con la aparente victoria del
Diablo y aparente derrota del Redentor por la apostasía, que nos rodea hasta
que El venga a juzgar el mundo y triunfar gloriosamente en los misterios más
adelante señalados para el fin.
A
su vez el Padre Castellani (2) comenta con profundidad e ingenio.
Las
dos fuerzas antagónicas que pelean en el mundo desde la Caída se tenderán en el
máximo esfuerzo. Los santos serán derrotados y vencidos por todas partes. La
apostasía cubrirá el mundo con un diluvio. La iniquidad y la mentira tendrán
libre juego. El poder político más poderoso que haya existido no sólo
perseguirá la Religión a sangre y fuego, sino que se revestirá de religiosidad
falsa. Y los pocos fieles a Cristo parecerán perder el resuello cuando, separado
el Obstáculo, aparezca en la tierra el Hijo de Perdición, aquél en que Dios no
tiene parte y que Cristo no se dignó nombrar siquiera: el Anticristo... El
Otro.
El
Misterio de Iniquidad es el odio a Dios y la adoración del hombre. Las Dos
Bestias son el poder político y el instinto religioso del hombre vueltos contra
Dios y dominados por el Pseudo Cristo y el Pseudoprofeta.
El
Obstáculo es, en nuestra interpretación, la vigencia de Orden Romano.(*)
La
Gran Ramera es la religión descompuesta y entregada a los poderes temporales, y
es también la Roma étnica, donde este Misterio de Iniquidad se verificó por
vez primera, a los ojos deslumbrados de Juan el último Apokaleta.
La
adoración del hombre con el odio a Dios ha existido siempre. "Ya funciona
el Misterio de Iniquidad -dice San Pablo a los de Tesalónica-; solamente está
sujetado, y vosotros sabéis cual es el Obstáculo."
El
Misterio de Iniquidad es el principio de la Ciudad del Hombre, que lucha con la
Ciudad de Dios desde el comienzo; es la raíz de todas las herejías y el fuego
de todas las persecuciones; "es la quietud incestuosa de la criatura asentada
sobre su diferencia específica"; es la continua rebelión del intelecto
pecador contra su principio y su fin, eco multiplicado en las edades del
"No serviré" de Satanás.
La
cúspide del Misterio de Iniquidad es el odio a Dios y la adoración idolátrica
del Hombre.
El
Misterio de Iniquidad tiende a corporizarse en cuerpo político y aplastar a los
santos. Él fue quien condenó a Sócrates, persiguió a los profetas, crucificó a
Jesús, y después multiplicó los mártires; y él será quien destruya la Iglesia,
cuando, retirado el Obstáculo, se encarne en un hombre de satánica grandeza,
plebeyo genial y perverso, quizá de raza judía, de intelecto sobrehumano, de
maldad absoluta, a. quien Satán prestará su poder y su acumulada furia.
La
Iglesia asistida por el Espíritu Santo, obstaculiza esa manifestación y la
reduce, apoyada en el orden humano que el Imperio Romano organizó en cuerpo
jurídico y político; pero llegará un día, que será el fin de esta edad, en que
desaparecerá el Obstáculo. El Espíritu Santo abandonará quizá este cuerpo
social histórico, llamado Cristiandad, arrebatando consigo a la soledad más
total a los suyos, dándoles dos alas de águila para volar al desierto. Y entonces
la estructura temporal de la Iglesia existente será presa por el Anticristo,
fornicará con los reyes de la tierra - al menos una parte ostensible de ella,
como pasó ya en su historia-, y la abominación de la desolación entrará en el
lugar santo. "Cuando veáis la desolación abominable entrar donde no debe,
entonces ya es".
¿Será
el reinado de un Antipapa, o Papa falso? ¿Será la destrucción material de Roma?
¿Será la entronización en ella de un culto sacrílego?
No
lo sabemos. Sabemos que el Apokalypsis al describir la Gran Prostituta, señala
con toda precisión "la ciudad de las siete colinas": interpretación
dada por el mismo Angel que a San Juan adoctrina.
Para
que todo esto ocurra, el Padre Castellani dice más adelante precisando (3)
cual deberá ser la situación de la Iglesia.
Cuando
la estructura temporal de la Iglesia pierda la efusión del Espíritu y la
religión adulterada se convierta en la Gran Ramera, entonces aparecerá el
Hombre de Pecado y el Falso Profeta, un Rey del Universo que será a la vez como
un Sumo Pontífice del Orbe, o bien tendrá a sus órdenes un falso Pontífice,
llamado en las profecías el "Pseudoprofeta" (4)
Por
eso el Padre Meinvielle (5) dice al respecto:
El
misterio de iniquidad consiste precisamente en que el "Aparato
publicitario de la Iglesia" que debía servir para llevar las almas a
Jesucristo, sirve en cambio para perderlas y esclavizarlas al demonio.
Aquí
está el "misterio de perversidad"; Que la sal se corrompa y deje de
salar (Mt. 5, 13). Fíjese bien el lector que no decimos que la Iglesia deje de
llevar las almas a Jesucristo. La Iglesia es indefectible y durará como tal
hasta el fin. Pero la Iglesia de Jesucristo puede no identificarse con el
"Aparato publicitario de la Iglesia”.
(...)
Unos años más, y de no intervenir directamente la mano de Dios, el
"Aparato publicitario de la Iglesia Católica" profesará una religión
completamente distinta de la que nos enseñó Jesucristo y que nos han transmitido
los Padres, Doctores y Santos de la Iglesia doblemente milenaria. De aquí
este furor satánico que se ha desatado contra la Iglesia pre-conciliar.
(...)
La Iglesia estaría hoy gobernada en gran parte por judíos, masones y
comunistas. Gobernada contra los intereses de la Iglesia misma. Aquí está el
Mysterium iniquitatis.
Pero
la Iglesia y el mundo están en definitiva gobernados por Dios. La Providencia permite
el mal en vista de un mayor bien y, sobre todo, del bien de los elegidos. La
Historia tiene su razón de ser a causa de Jesucristo y de su Cuerpo Místico.
Por esto, el momento presente de la Iglesia y del mundo hay que mirarlo con
ojos sobrenaturales. Lo esencial es nuestra adhesión inquebrantable a Jesucristo.
A Jesucristo el de siempre....
(*)
Esto piensa el Padre Castellani junto con muchos Padres de la Iglesia, pero si
nos atenemos a lo que dice Santo Tomás en su comentario a II Tes. 2, 3 podemos
decir que obstáculo es la Fe católica.
(1)
Espiritualidad Bíblica p. 174
(2)
Cristo ¿vuelve o no vuelve? p. 24-25-28-29.
(3)
Ibidem pág. 35
(4)
Léase bien este parágrafo: no dice que la Iglesia perderá la fe, como tampoco
la Sinagoga había perdido la fe del todo cuando la Primera Venida. "En la
cátedra de Moisés... Haced, pues, todo lo que os dijeren..."
La
Gran Apostasía predicha por Cristo y San Pablo puede entenderse, sin
exageración, de una manera ortodoxa.
(5)
El Progresismo Cristiano págs. 131- 132- 134- 135
MONS. FELLAY, EL PSEUDO PROFETA
“Permítame que le de una opinión personal: si Benedicto XVI está al borde del abismo, en una situación de crisis, en vísperas de una reacción violenta de los progresistas o bien ante una crisis política o persecuciones, observando cómo ha actuado y reaccionado en el pasado, creo que tomará decisiones acertadas”.
Estas
son palabras de Monseñor Fellay, en una entrevista titulada “Un atisbo de
esperanza”, realizadas con motivo de la elección de Benedicto XVI a DICI (en
Revista Iesus Christus N° 100, Julio/Agosto 2005). Y en esas declaraciones –en esa
simple opinión personal suya- basó mayormente su “esperanza” el Superior de la
FSSPX. Y en base a ese optimismo adivinatorio arrastró el barco de la FSSPX al
naufragio. Pues bien, los años pasaron. ¿Cuál fue la “decisión acertada” de Benedicto
cuando llegó la crisis?:
Y
la “decisión acertada” de Benedicto, ¿qué trajo en consecuencia?:
Decía
el Padre Castellani que “no cualquiera posee una voz profética. Resulta caro.
Frecuentemente se los arroja a una cisterna o se los juzga por traición. O se
les corta la cabeza. O se los crucifica”. Pero los pseudo-profetas –los profetas
de bonanzas que nunca llegan porque simplemente no han visto nada-, esos no
solo conservan sus cabezas, sino que se las cortan a los capaces de profetizar,
y arrojan a las cisternas a quienes son verdaderamente religiosos. El profeta dice verdades que nadie quiere oír. El pseudo-profeta no quiere ser
perseguido, por lo tanto se aleja cuanto puede de la verdad, y el vértigo de
su propia ilusión lo atrapa en una vorágine de lo que piensa son “decisiones acertadas”.
Y lo son: pero sólo para mantener su poder. Hasta que…hasta que ocurre lo de Benedicto. Y la Realidad es quien habla última, dando paso a la Verdad.
lunes, 30 de diciembre de 2013
NUEVO AVANCE DE LA RESISTENCIA EN MÉJICO
NON POSSUMUS
LA RESISTENCIA ABRE LA MISIÓN NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, EN MONTERREY
LA RESISTENCIA ABRE LA MISIÓN NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, EN MONTERREY
Tenemos
la inmensa alegría de informar que la Resistencia Mejicana estará presente
desde ahora en Monterrey, con la Misión Nuestra Señora de Guadalupe.
La
nueva Misión está a cargo del R.P. René Trincado.
Fotos
de la primera Misa en la misión de Monterrey:
LA RESISTENCIA EN
MÉJICO:
FANTASÍA
Esto
no reviste la menor seriedad. Mientras el liberalismo de la neo-FSSPX se hace
cada vez más patente (la última "perla": el sitio oficial de Alemania anuncia
que en el priorato de Munich se celebran las misas del “rito extraordinario”; lógicamente había que llegar a ello después de que se aceptó el motu proprio ratzingeriano), la
prensa oficiosa del Distrito América del Sur publicita una “Cruzada para
restaurar la Cristiandad”. Y “El Superior de Distrito recluta”.
Nos
permitimos tomar una cita perteneciente al P. Bouchacourt, inserta en un
artículo reciente de Radio Cristiandad (tomamos lo que puede ser considerado objetivamente un documento valioso que
sirve para entender mejor la situación actual de la Neo-FSSPX y mencionamos
como corresponde la fuente, tal como puede darse a la inversa. Decimos esto al
pasar para que nadie saque conclusiones en uno u otro sentido: simplemente
tomamos lo que resulta útil a nuestro blog de allí donde se encuentre, para
esclarecer mejor a los lectores). Se trata de una carta (identificada allí con
el número 6) en respuesta a una señora fiel del Uruguay que lo consulta sobre
el tema de la intención de la cruzada para “retirar o derogar o levantar” el
decreto sobre las excomuniones. Un fragmento de la respuesta del P. Bouchacourt
es el siguiente:
“Es una cuestión de
honor. Lanzando esta cruzada de Rosarios, Monseñor Fellay quiere simplemente
defender el honor de nuestro Fundador, de Monseñor de Castro Mayer y de los 4
obispos. Este decreto, de hecho, no ha excomulgado a nadie, salvo a la
Tradición. Nosotros tenemos que responder y exigir que se retire.
Le voy a dar un
ejemplo. Imagine que en la prensa se acuse a un miembro de su familia por una
falta grave; acusación, por lo demás, totalmente falsa. Su deber, en cuanto
miembro de la familia, consiste en pedir un derecho de respuesta y exigir una desmentida.
Lo mismo sucede en
nuestro caso. No reconocemos la acusación que hace el decreto y exigimos que
sea retirado porque arroja a toda la Tradición y a la Fraternidad en el
descrédito”.
El
subrayado es nuestro, precisamente para hacer ver que aquello afirmado por él
entonces, no lo hizo cumplir respecto de su persona, esto es, en cuanto a
exigir una desmentida al diario Clarín
sobre sus respuestas en particular la negación del deicidio. Que el P.
Bouchacourt no haya cumplido con lo que allí calificaba como un deber,
significa, o cobardía y falta de sentido del honor de su parte, o simplemente
que sí está de acuerdo con la declaración conciliar Nostra aetate.
Entonces,
luego del affaire Clarín y la prensa
mediática anticristiana que lo dejó tan mal parado, de sus declaraciones
políticamente correctas, de su aceptación de la declaración del concilio Nostra
aetate, de sus elogios a Francisco, de su silencio ante los fieles, de su
descalificación para con los sacerdotes -supuestos “cruzados”- en la catedral
ante el acto por la kristallnacht, de sus contradicciones e idas y vueltas en
las intenciones de la Cruzada publicadas en el sitio oficial de la FSSPX, etcétera,
etcétera, se invita a los fieles a embanderarse y tomar la espada (¿la de la verdad
o la de la ambigüedad?) para “restaurar la Cristiandad”. ¿Hasta dónde piensan
llegar con esta estulta fantasía que niega la realidad? ¿Y hasta dónde los sacerdotes
y fieles van a seguir tolerando esta mentira cuando la verdad brota por todas
partes para negar el discurso conciliador y falaz de las autoridades de la
neo-Fraternidad?
Sí,
a no negarlo, hay una cruzada, porque los liberales pueden ser también a su
modo “cruzados” en la obsesión que tienen de llegar al acuerdo. Mons. Fellay no
ha cedido nunca en su determinación de ser parte de (“ser reconocido por”) la
iglesia conciliar. Pero esa cruzada y esos cruzados no tienen la imagen
belicosa e intransigente que se les pretende dar. No, esa cruzada de la
Neo-FSSPX no tiene otra imagen para ofrecer que esta:
LA FSSPX ALEMANA SE PREPARA PARA EL ACUERDO.-
NON POSSUMUS
En Alemania, la FSSPX preparando
su rally
Misa de San Pío V ahora
es llamada "rito extraordinario". Fuente: pius.info [sitio oficial de
la FSSPX alemana].
He aquí el pasaje del
problema:
Wir
bieten an:
• Jeden
Tag heilige Messe (im außerordentlichen Ritus)
Ofrecemos:
• Todos los días la santa Misa
(en el rito extraordinario)
DISTRITO DE SUDAMÉRICA: OTRO CAMBIO EN LA CRUZADA
HASTA
AYER, EL SITIO DEL DISTRITO DE SUDAMÉRICA DECÍA ESTO:
PERO
"SYLLABUS" Y "NON POSSUMUS" HICIERON NOTAR QUE LA DIRECCIÓN
DE CORREO-E QUE SE SEÑALA, HABLA EQUIVOCADAMENTE DE 12 MILLONES: "Otro
increíble traspié del sitio web de la Neo-FSSPX:¿En qué quedamos? ¿No eran 5
millones esta vez? ¿Por qué se habla de 12 milllones?"
Y
GRACIAS A ESE COMENTARIO DE LOS BLOGS DE LA RESISTENCIA, EL SITIO DEL DISTRITO
DA HOY UNA NUEVA DIRECCIÓN DE CORREO ELECTRÓNICO:
PERO
LO CURIOSO ES QUE NO NOS HA LLEGADO NINGÚN AGRADECIMIENTO DEL P. BOUCHACOURT…
EL BIENAVENTURADO PADRE PÍO
Este
último año de un siglo cada vez más decadente ha visto en el mes de mayo la
beatificación del Padre Pío, ese santo religioso que Dios ha colocado como un
signo para nuestra época. En efecto, mientras se quiere hacernos creer en una nueva
Iglesia "carismática", no se encuentran más auténticos "santos
milagrosos" como todos aquellos que jalonaron la historia de la
Iglesia desde Pentecostés. E1 Padre Pío parece terminar así su radiante procesión,
y de una magnífica manera: como el único sacerdote que llevó los estigmas de
Nuestro Señor Jesucristo.
Se
ha escrito mucho sobre el Padre Pío —al parecer, más de seiscientas obras— y se
ha insistido mucho sobre lo que tenía de extraordinario en su vida: no
solamente sus numerosos carismas (penetración de conciencias, curaciones,
resurrecciones, bilocaciones, éxtasis, aromas, profecías, etc...) sino
también los increíbles sufrimientos que sobrellevó desde su más tierna
infancia, las persecuciones sufridas por parte de algunos hombres de Iglesia y
hasta de cofrades en religión. Todo esto, sin olvidar sus dos grandes obras de
caridad: la fundación de la "Casa del sufrimiento" y de los
"Grupos de oraciones".
Entonces,
se nos presenta al Padre Pío como un santo más admirable que imitable, y —al
fin de cuentas— las lecciones más interesantes de esta vida corren el riesgo de
escapársenos, junto con las aplicaciones prácticas que podrían transformar
nuestra existencia. Así es que vamos a tratar —bien que imperfectamente— de
destacar algunas, esperando saber sacar provecho de ellas, y pidiendo que el
Padre, desde lo alto, nos asista fuertemente tal como lo ha prometido a todos
los que quisieran ser sus "hijos espirituales".
En
el punto de partida de una vida totalmente sacrificada por Dios y por las
almas, había una familia pobre, piadosa y numerosa, donde la abnegación de cada
uno suavizaba y transfiguraba las demás realidades diarias. Esto confirma
aquella justa sentencia de Mons. de Ségur, que dice que en las familias donde
no reina el espíritu de sacrificio las vocaciones están más comprometidas.
Bautizado
al día siguiente de su nacimiento —por lo que dará gracias a Dios durante toda
su vida— recibió el nombre de Francisco, preludio de su vocación franciscana
que se habría de revelar con ocasión de las visitas de un hermano capuchino
que iba a mendigar el alimento para su convento.
Su
vocación no se decidiría sin esfuerzo: "Sentía dos fuerzas que se enfrentaban en mí, desgarrándome el corazón:
el mundo me quería para él, y Dios me llamaba a una nueva vida. Dios mío, ¿cómo
describir mi martirio? El único recuerdo de la lucha que se desarrollaba en
mí me hiela la sangre en las venas…”.
Entró
en el noviciado cuando aún no había alcanzado los dieciséis años. Arriba de la
puerta de la clausura, para acogerlo, estaba un cartel: "O la penitencia, o el infierno".
Su
programa consistía en muchas oraciones, bastante trabajo y poca lectura,
limitándose ésta al estudio de la Regla y las Constituciones.
El Hermano Pío
pronto se empezó a destacar por la abundancia de las lágrimas que derramaba
durante la oración de la mañana, consagrada en los capuchinos a la meditación
sobre La Pasión, lo cual lo obligaba
a extender un pañuelo ante sí, sobre el piso del santuario. Como con San Francisco,
fue ante todo por esa amorosa y compasiva contemplación de Jesús crucificado a
lo que el Padre Pío debió la gracia de recibir más tarde los dolorosos estigmas
en su cuerpo. Sin embargo, como se lo confiaría a su director espiritual, el
Padre Agostino, "las luchas
espirituales, en comparación con las que sufro en mi carne, son muy
superiores''.
Parece
que Dios espera que los justos expíen más especialmente en sí mismos, por
medio de la tentación, los pecados públicos de sus contemporáneos. En la época
en que el psicoanálisis desculpabilizante iba ganando más y más terreno, el
Padre Pío —como la pequeña Teresita— tuvo que sufrir una terrible crisis de
escrúpulos "casi insoportable" que lo atormentó por tres largos años.
Después de la tempestad, la noche. Noche del espíritu, que duró varias decenas
de años, tachonada con raras claridades: "vivo en una noche perpetua (...) me veo molestado en todo, y no sé si
obro bien o mal. No es un escrúpulo, lo sé: la incertidumbre de no saber si
agrado o no al Señor es lo que me aplasta. Y esto, en todo y todo lugar: en el
altar, en el confesionario... en todo lugar". Sus máximas deben ser
meditadas bajo la perspectiva de estas pruebas místicas: "El amor es más
bello en el temor, porque es así como nos fortalece". O "Cuanto más
se ama a Dios, menos se lo siente".
DISCERNIMIENTO DE ESPIRITU
Para
reconocer los falsos espíritus he aquí lo que nos dice el mismo Monseñor
Straubinger (1).
¿Cómo
podemos reconocer los falsos espíritus? ¿Cómo descubrir "los poderes de
engaño" (II Tes. 2, 11), que "con toda seducción de iniquidad"
(íbid. v 10) y vestidos de "ángel de luz" (II Cor. 11, 14) corrompen
la grey de Cristo, no exteriormente, sino interiormente, como lo describe el
Apóstol en el segundo capítulo de la II Carta a los Tesalonicenses, y
Jesucristo en la parábola de la cizaña (Mat. 13, 24 ss.)?
El
mismo Dios nos brinda en la Sagrada Escritura las armas defensivas contra los
espíritus que falsifican la piedad, diciéndonos que hay que examinarlo todo
para ver si es de Dios o de los espíritus malos.
"Examinadlo
todo y quedáos con lo bueno" (I Tes. 5, 21). "No queráis creer a todo
espíritu, sino examinad si los espíritus son de Dios" (I Juan 4, 1).
Lejos
de tener esa llamada fe del carbonero, que acepta ciegamente cuanto escucha
(cómodo pretexto para no estudiar las cosas de Dios), debemos imitar a los
primeros cristianos, que escuchaban a San Pablo en Berea, y siendo "de
mejor índole que los de Tesalónica, recibieron la palabra con gran ansia y
ardor, examinando atentamente todo el día las Escrituras, para ver si era
cierto lo que se les decía" (Hech. 17, 11).
A
los judíos que no le reconocían como Mesías, dice Jesús: "Escudriñad las
Escrituras... ellas son las que dan testimonio de Mí" (Juan 5, 39). Lo
mismo diría El hoy a los que no conocen su fisonomía auténtica de Dios-Hombre o
le destronan de su única posición de Mediador entre Dios y los hombres (I Tim.
2, 5).
Escudriñad
las Escrituras, leed los Evangelios, las Cartas de San Pablo, estudiad rasgo
por rasgo la personalidad de Cristo, rumiad cada una de sus palabras, que son
luz y vida, imbuíos de su espíritu, y os inmunizaréis contra todo intento de
desfigurarlo o sustituirlo por apariencias. El atento lector del Evangelio está
prevenido contra los falsos apóstoles y las apariencias de piedad y sabe que
Cristo es el centro de toda la religión cristiana, y cuanto más una devoción
se acerca al centro tanto más es cristiana. Enfocando todas las cosas con la
luz del Evangelio descubre él lo que es verdad y lo que es apariencia. Demos
gracias a Dios que nos ha dado la antorcha de su palabra para orientamos.
San
Juan nos da un método muy sencillo para conocer y discernir los espíritus. Dice
el Apóstol predilecto: "Todo espíritu que confiesa que Cristo ha venido en
carne, es de Dios, y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, sino
que es el espíritu del Anticristo" (I Juan 4, 2- 3).
Es
decir, todo lo que redunda en honor de Jesucristo y contribuye a la
glorificación de su obra redentora, viene del buen espíritu; y todo lo que
disminuye la eficacia de la obra de Cristo o lo desplaza de su lugar céntrico,
procede del espíritu maligno, aunque se presente disfrazado como ángel de luz y
obre señales y prodigios. (Mat. 24, 24; H Tes. 2, 9).
Pues
todo falso profeta tiene dos cuernos como el Cordero (Apoc. 13, 11), es decir,
la apariencia exterior de Cristo, y sólo pueden descubrirlo los que son capaces
de apreciar espiritualmente lo que es o no es palabra de Cristo.
(1)Espiritualidad
Bíblica, pág. 28-29.
Boletín
de la Tradición Católica. FSSPX. Córdoba, enero de 1989.
domingo, 29 de diciembre de 2013
CONFESAR LA VERDAD
“Para obtener la
victoria no necesita la verdad más que un pequeño número de corazones firmes
que no renieguen de ella y que sepan confesarla cuando la ocasión se presente”.
Louis Veuillot
¿NUEVO CAMBIO DE INTENCIÓN EN LA CRUZADA DE ROSARIOS?
Parece
que las idas y vueltas del Padre Bouchacourt no tienen fin. Y así como hizo un
cambio en la segunda intención de la “Cruzada de Rosarios” –que no coincide con
la intención segunda de otros distritos o la Casa General (y la formulación de
ésta última es la oficial)-, ahora en un desesperado llamado a los fieles (si
tiene que hacerlo en la forma en que lo hace es porque hasta ahora ha
encontrado más rechazos que adhesiones a su convocatoria), indica una intención
que difiere de la que había corregido últimamente.
Dice
ahora en su “Llamamiento”:
“Queremos
que el Papa restaure la santa Tradición en la Iglesia: ¡recemos el rosario!”
Pero
esta es la formulación de la segunda intención de la cruzada según el sitio
oficial del Distrito de América del Sur:
“Por
el retorno de Roma a la Tradición católica”.
Vemos
entonces esta secuencia de intenciones:
1
"Por el retorno de la Tradición en la Iglesia".
(Según
Carta de Mons. Fellay y demás textos oficiales de DICI)
2
“Por el retorno de Roma a la Tradición católica”.
(Según
corrección de P. Bouchacourt)
3
“Queremos que el Papa restaure la santa Tradición en la Iglesia.”
(Nueva
versión del P. Bouchacourt, a la par de la anterior)
Con
esta nueva intención, el P. Bouchacourt afirma otra vez que la Iglesia –no hace
distinción entre Iglesia Católica e iglesia oficial o conciliar- no tiene la
Tradición. Por cierto que para que la Tradición recupere el lugar que le
corresponde en Roma, ocupada por modernistas, el Papa que realice esta
restauración pedida por P. Bouchacourt debería ser católico, y no modernista.
Por lo tanto antes que una Roma católica hace falta un Papa católico. Cosa que
el P. Bouchacourt no indica en sus varias “intenciones”. De modo que P.
Bouchacourt vuelve sobre sus pasos, luego de haber hecho el cambio de intención
mencionando a Roma, dejando ahora abierta la posibilidad de entender que el
Papa -sin convertirse- puede restaurar la Tradición en la Iglesia, ¿cómo?
reconociendo a la FSSPX y otorgándole una Prelatura con la que sueñan Fellay,
Bouchacourt y cía. ¡Y todo exitosamente tras la nueva cruzada de rosarios! El acuerdo
aparecería así como obra de Dios y la Stma. Virgen, no de la diplomacia y las
concesiones liberales de Fellay y sus seguidores.
Con
respecto a los modernistas de Roma, dice simplemente el Superior de Distrito:
“la jerarquía de la
Iglesia parece estar como anestesiada, hipnotizada, enceguecida, paralizada y
favoreciendo la apostasía que se extiende por todo el mundo”.
¿Sólo
eso? ¿Pecan sólo de omisión? ¿No es esta una Jerarquía de modernistas y
liberales que destruyen la Iglesia con pecados de acción? No: parece que el P.
Bouchacourt nos quiere persuadir de que se trata de una pobrecita Jerarquía
víctima de los malos... "Nuestros nuevos amigos en Roma" están como
encarcelados... ¡Debemos ayudarlos "desde dentro"! ¡Hay que hacer el
acuerdo! Fijémonos también que para suavizar la crítica no dice rotundamente
“la jerarquía está anestesiada” sino que dice “parece estar como” con lo cual
se ablanda todavía más su crítica.
El
P. Bouchacourt menciona también el cumplimiento del deber de estado:
“añadamos la
penitencia, sobre todo en lo que se refiere al cumplimiento de nuestro deber de
estado”.
Pero
¿acaso cumplió su deber de estado el P. Bouchacourt cuando absolvió al pueblo
deicida, negando la doctrina católica? Y no hay indicios de que quiera cumplir
con el grave deber de estado de desmentir a Clarín
y/o de dar una explicación a los fieles escandalizados.
Cerca
del final de su urgido “Llamamiento”, el P. Bouchacourt revela el motivo del
mismo: la disconformidad de gran cantidad de fieles que aún siguen sin digerir
su vergonzoso comportamiento cuando las declaraciones a un diario y su nunca
aclarada negación de una verdad católica. Bouchacourt sabe que se le están
yendo las cosas de las manos: recientemente los fieles de Ciudad del Este
(Paraguay) se despidieron en bloque de la Neo-FSSPX, y entonces trata de
acallar toda justa crítica recurriendo a la piedad -ésta mal entendida- y
cargando abstractamente sobre los que con justas razones han analizado sus
contradicciones o le han pedido explicaciones sobre sus declaraciones
contrarias a la doctrina católica, por lo cual dice:
“No prestemos oídos a
los disconformes de siempre y a los desesperados, que con su celo amargo hacen
el juego a los enemigos de la Iglesia y de la Tradición”.
El
P. Bouchacourt se limita a descalificar a los que hacen crítica, sin ningún tipo
de distinción o puntualización. Hace lo más fácil. Pero aunque se esfuerce, y
demande “coraje” a “grandes y pequeños”, él no tuvo ni siquiera el coraje de
contestar a distintos correos privados que le fueron remitidos para pedirle
aclaraciones, él no tuvo el coraje de criticar públicamente a un Papa
modernista, él no tuvo el coraje de afirmar públicamente la verdad sobre los
judíos, él no tuvo el coraje de defender a un obispo expulsado porque no era
grato a los liberales y judíos. Él no tiene celo amargo, ni dulce, ni salado.
Su celo se limita a obedecer prontamente las directivas de Menzingen para
“lavar” públicamente la imagen de la FSSPX en pro de un entendimiento con Roma,
para un próximo “reconocimiento”.
Si
hay alguien que hace el juego a los enemigos de la Iglesia y de la Tradición,
ese es Mons. Fellay con su desesperado acuerdismo. Y sus cómplices, como el P.
Bouchacourt.
Una
cruzada de Rosarios sólo puede ser grata a Dios si se hace en la fidelidad a la
verdad, no en medio de componendas diplomáticas, doble lenguaje,
contradicciones e injusticias. Ya tenemos la experiencia de los años
anteriores, para saber adónde apuntan sus pasos, con estas “piadoserías”, los
superiores de la Neo-FSSPX. Recordemos a San Pablo cuando hablaba de la corrupción
de los últimos tiempos: “Tendrán ciertamente apariencia de piedad, mas negando
lo que es su fuerza” (II Tim. 3, 5).
P.S.:
Otro increíble traspié del sitio web de la
Neo-FSSPX:
¿En qué quedamos? ¿No eran 5 millones esta vez? ¿Por
qué se habla de 12 milllones?
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