Icono de Ntra. Sra. de Fátima en Rusia.
Por: IGM
La
consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, pedida por la Virgen en
sus apariciones a los pastorcitos de Fátima, no deja de ser un tema que se
presta a controversias, negaciones y discusiones. Creemos que no es un tema que
ha quedado anclado en el pasado, sino que, por el contrario, cada día se torna
más actual. Decimos más bien que apremia plantear esta cuestión, que los
enemigos enquistados en la iglesia conciliar y, curiosamente los
sedevacantistas que dicen oponérsele, desdeñan y descartan.
En
su tercera aparición en Fátima, el 13 de julio de 1917, la Sma. Virgen, tras
haberles mostrado la suerte que corren los condenados al Infierno, les dijo a
los tres niños pastores lo siguiente:
“Para salvarlas [las
almas de los pobres pecadores que están en camino del infierno], Dios quiere
establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que
os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar.
Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra
peor. Cuando veáis una noche alumbrada por una luz desconocida, sabed que es la
grande señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por
medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo
Padre.
Para impedirla, vendré
a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la comunión reparadora
de los primeros sábados. Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y
habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y
persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre
tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas”.
La
relación entre la mención a Rusia en el mensaje, y la Revolución bolchevique
ocurrida poco tiempo después en ese mismo año, fue clara y como tal la
asociación entre los males del comunismo ateo que la revolución pretendía
expandir por el mundo y la consagración de Rusia, evidente. El mensaje es por
demás claro al respecto.
Sin
embargo, en esa aparición Nuestra Señora no pidió la consagración de Rusia a su
Corazón Inmaculado. Allí anunció que volvería para pedirla. Lo hizo recién en
1929. ¿Por qué? ¿Qué relación hay entre ese año y el pedido de consagración? Si
1917 está marcado por la aparición en Fátima y la Revolución bolchevique,
sucesos que pueden y deben relacionarse, ¿qué sentido pudo tener o qué quiso
darnos a conocer el Cielo con el pedido explícito de consagración de Rusia
realizado en 1929?
Pero
antes de introducirnos en esta cuestión, veamos primero este pedido. El 13 de
junio de 1929, estando la Hermana Lucía de Fátima en el noviciado de las
Hermanas Doroteas en Tuy, España, fue testigo de otra aparición de Nuestra
Señora, que volvía para cumplir aquello anunciado en 1917. Esto le dijo Nuestra
Señora a la Hermana Lucía:
‘Ha llegado el momento
en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los Obispos del
mundo, la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla
por este medio. Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por
pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir Reparación. Sacrifícate por esta
intención y reza’.
Es
sabido que la consagración de Rusia, tal como fue pedida por Nuestra Señora,
nunca fue realizada. Hubo consagraciones del mundo, pero no la consagración
exclusiva de Rusia por el Papa en unión con los Obispos del mundo.
Algunos
creen o enseñan que esta consagración ya no es necesaria que se haga, pues
Rusia ya esparció sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones
a la Iglesia. Entonces sería inútil realizarla.
¿Es esto
así?
La conclusión de todo el Secreto de Fátima es:
“Por fin, mi Inmaculado
Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y
será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
Pero
antes de que esto ocurra, habrá un gran castigo para la Iglesia y el mundo.
Ese castigo, según el mensaje divino, tendría su origen en Rusia:
“Si atendieran mis
peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por
el mundo promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán
martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán
aniquiladas”.
Sin
embargo, las dos posturas contrarias a la consagración de Rusia dan sus
razones: los liberales, afirman que no es necesaria pues en Rusia cayó el
comunismo; algunos sedevacantistas, que Rusia ya castigó al mundo esparciendo
el comunismo, entonces la consagración sería innecesaria. Para unos, entonces,
ya se habría cumplido exitosamente con el pedido de la Virgen; para otros, ya
vino el castigo, por lo tanto todo quedó en el pasado.
Quizás
para entender mejor las implicaciones del mensaje, haya que pensar en lo
siguiente: ¿qué es lo que esparcirá Rusia por el mundo? ¿Cuáles son esos
errores? La respuesta parece obvia: el comunismo. Pero: ¿qué es el comunismo?
No una ideología, no una filosofía, no un sistema económico, no una forma de
gobierno. Es en
verdad esto: “una conspiración para la
revolución”. Y esta revolución es la que lleva hasta sus últimas
consecuencias el odio diabólico a Dios.
La
definición dada del comunismo la hemos tomado de uno de los documentos
fundamentales para entender la revolución en el mundo moderno, en especial la
historia de los últimos cien años. Nos referimos al “Interrogatorio Rakovsky”, también conocido en su edición española
como “Sinfonía en Rojo mayor” (documento
que puede leerse en este resumen
o completo aquí).
¿De
qué se trata?
En
1938, la policía secreta soviética, NKVD, durante una de las purgas de Stalin
contra sus enemigos trotskistas, realizó un interrogatorio al agente masón illuminati Christian Rakovsky, notable
conspirador de la primera hora, socio de Trotsky en la revolución rusa, y
embajador de Moscú en París. Rakovsky se despacha durante toda una noche –su
vida estaba en juego- con revelaciones que nunca debían salir a la luz, pero
que por circunstancias extraordinarias llegaron a conocerse. Este agente de los Rothschild explica por
ejemplo que “el
objetivo de la Revolución es nada menos el de redefinir la realidad en términos
de los intereses de los banqueros. Esto implica la promoción de la verdad
subjetiva sobre la verdad objetiva”. Descubre que es el poder del dinero
(“Imperialismo Internacional del Dinero” lo llamó el Papa Pío XI) el que ha
estado financiando las revoluciones anticristianas y desde sus orígenes al
Comunismo. Con respecto a la Revolución en Rusia, habiendo perdido el control
sobre Stalin, la misma banca internacional que financió la Revolución soviética
financió a Hitler, para oponerse al
“bonapartista” tirano, que había interrumpido la pronta mundialización de la
revolución que llevaba a cabo Trotsky, pronto fuera de combate debido a una
enfermedad mortal. Abrieron así el
camino a una guerra en dos frentes, cuyo objetivo final era expandir la
revolución comunista a todo el mundo. Luego perderían el control sobre Hitler, que
empezó a emitir su propio dinero contra los intereses de la banca
internacional, viéndose obligados a hacer un frente aliado con Stalin. Dos
fechas son claves en este proceso revolucionario. Una, el 25 de octubre de
1917. La otra, el 24 de octubre de 1929.
En palabras del mismo Rakovsky: