No, estimado lector, no se
trata del mismo mate que le obsequiara “la vieja terca” (Presidente uruguayo
dixit) Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner. Pero más allá del mate parece
haber sintonizado muy bien Francisco con la oligarquía política argentina,
obediente a los dictados de la Sinagoga y del Nuevo Orden Mundial. Todo parece
indicar, entonces, que Francisco se erige en el nuevo líder que la progresía
continental reclamara –casualmente tras la muerte de Chávez- y ¿acaso sea éste
el papa “chavista” que reclamara el progre sodomita Vattimo? ¿La euforia que
le jugó una mala pasada al izquierdista Presidente de Ecuador, recientemente, al
pronunciar muy chabacanamente una palabrota muy argentina, no confirma esta
orientación que mezcla en una gran masa lo que antes parecía imposible de
amalgamar?
"Esta es la bombiya, se pone en la boca", explica la primera mandataria al Papa porteño.
"Compartimos esperanzas", dice la publicidad del gobierno que asola la Argentina. ¿O será "Compartimos calabazas"?
Ni Pepe Arias ni Minguito: Presidente Correa. Pero dice el saber popular: "La culpa no la tiene el chancho, sino quien le da de comer".