En
Evangelii Gaudium se lee:
“47.
La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los
signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en
todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y
se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas
cerradas. Pero hay otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial,
todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos
deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto vale sobre
todo cuando se trata de ese sacramento que es «la puerta», el Bautismo. La Eucaristía,
si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los
perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles[51]. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales
que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como
facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa
paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas”.
Y
la edición del 1° de noviembre de La Repubblica, Eugenio Scalfari da cuenta de las respuestas
del Papa a sus preguntas, durante una entrevista telefónica del 28 de octubre:
“La
familia, que es la base de la sociedad, cambia continuamente como todo cambia a
nuestro alrededor. No debemos pensar que la familia no existe más, ella
existirá siempre, porque somos una especie social y la familia es la clave de
bóveda de la sociabilidad, pero no se puede negar que la familia actual, “abierta”, como usted la llama, contiene
aspectos positivos y aspectos negativos.
Las
divergencias de opiniones entre obispos hacen parte de esta modernidad de la
Iglesia y de las diversas sociedades en las cuales trabaja, pero el objetivo es
el mismo y, en lo que concierne a la admisión de los
divorciados a los sacramentos, esto confirma que este principio ha sido
aceptado por el sínodo. Este es el resultado final, las
evaluaciones son de facto delegadas a los confesores, que es la salida, a
través de caminos más rápidos o más lentos, para que todos los divorciados que
soliciten (la comunión) serán admitidos”. https://www.lifesitenews.com/news/italian-journalist-pope-francis-told-me-all-the-divorced-who-ask-will-be-ad
La edición fue
rápidamente retirada de circulación y el Padre Lombardi desmintió la noticia.
Comentarios:
-Scalfari
es un periodista de la mayor confianza de Bergoglio, quien ya le había
concedido otras largas entrevistas.
-Lombardi
es menos creíble que Cristina Kirchner.
-No
hay que hilar muy fino para establecer una conexión lógica entre el párrafo de
Evangelii gaudium y la respuesta a Scalfari.
Y
una conclusión: se trata de un nuevo paso revolucionario de
Bergoglio que mostró el juego y después parece haberse
arrepentido por la revelación. Como diría Lenin, un paso adelante y dos atrás.
Pero
el paso adelante ya se dió y el modernismo ensoberbecido no retrocederá: sabe
de memoria que al habitante de Santa Marta lo único que le preocupa es conservar
el poder y está dispuesto a pagar el precio que sea.