Número CDXXXVI (436)
21 de noviembre de 2015
Novus
Ordo Missae – I
Mons. Williamson
Dios, ¿ha realizado
milagros con la Nueva Misa?
¿¡Ay!? Pues eso es lo
que sugiere la pesquisa.
“Los hechos son cosas obstinadas”
es una famosa cita del segundo Presidente de Estados Unidos, John Adams
(1735–1826), “y cualesquiera sean nuestros deseos, nuestras inclinaciones o los
dictados de nuestra pasión, no pueden alterar el estado de los hechos y la
evidencia”. Concerniente al Nuevo Orden de la Misa impuesto sobre toda la
Iglesia de Rito Latino por Pablo VI en 1969, hay algunos hechos obstinados
aptos para perturbar los “deseos e inclinaciones” de los Católicos adheridos a
la Tradición católica. Vamos a presentar, en sucesivos números de estos
“Comentarios”, primero que todo, algunos de estos hechos; en segundo lugar
veremos cómo pueden ser explicados a pesar del desastroso papel jugado durante
los últimos 46 años por el NOM a ayudar a los Católicos a perder la Fe; y en
tercer lugar deliberaremos sobre qué conclusiones un Católico sabio debe sacar.
Primero de todo, algunos hechos:
El 18 de Agosto de 1996, en la
Iglesia Parroquial de Santa María, en el centro de Buenos Aires, Argentina; el
Padre Alejandro Pezet terminaba de distribuir la comunión (de una Misa nueva,
por cierto), cuando una mujer le dijo que había una hostia descartada en la
salida de la Iglesia. Se le debe haber caído al salir de la Iglesia a un
parroquiano que recibió la comunión en la mano y la abandonó en el suelo por no
estar más apta para ser consumida. El Padre Pezet la levantó, la puso
correctamente en un vaso con agua y la colocó en el tabernáculo donde en unos
pocos días normalmente se disolvería y podría ser debidamente eliminada. Sin
embargo, cuando el 26 de Agosto el sacerdote abrió el tabernáculo, cual no fue
su sorpresa al encontrar que la hostia se había tornado en una sustancia
sangrienta. Fotos que se tomaron 11 días más tarde por órdenes del Obispo
Bergoglio, mostraron que había aumentado considerablemente en tamaño. Por tres
años, se mantuvo en estricto secreto en el tabernáculo, pero en 1999 el entonces
Arzobispo Bergoglio decidió llevar a cabo un análisis científico. El 15 de
Octubre de 1999, con la presencia de testigos, él permitió al Dr. Ricardo
Castañón, neuro-psico fisiólogo aprobado por Roma, tomar una muestra para hacer
pruebas.
El Dr. Castañón llevó la muestra
primeramente a un laboratorio forense en San Francisco que reconoció ADN
humano. Un Dr. Robert Lawrence localizó glóbulos blancos. Un Dr. Ardonidoli en
Italia pensó que probablemente fuera tejido cardíaco. Un profesor australiano,
John Walker, reconoció tejido muscular con glóbulos blancos intactos. Para
eliminar cualquier duda, el Dr. Castañón se dirigió a un renombrado cardiólogo
y patólogo forense de la Universidad de Columbia, Nueva York, el Dr. Federico
Zugibe, sin decirle de dónde provenía el espécimen.
Mirando en su microscopio, el Dr.
Zugibe habría dicho, “Puedo decirle exactamente lo que es. Es parte del músculo
que se halla en la pared del ventrículo izquierdo del corazón, que hace latir
al corazón y que le da su vida al cuerpo. Entremezclado en el tejido hay
células blancas sanguíneas lo cual me dice, en primer lugar, que el corazón
estaba vivo en el momento cuando la muestra fue tomada porque las células
blancas sanguíneas mueren fuera del organismo vivo y, en segundo lugar, ya que
las células blancas van a la ayuda de una lesión, entonces este corazón ha
sufrido. Esto es el tipo de cosas que veo en pacientes que han sido golpeados
en el pecho”. Cuando se le preguntó por cuanto tiempo estas células hubieran
permanecido vivas si hubieran provenido de una muestra mantenida en agua, el
Dr. Zugibe respondió que hubieran dejado de existir en cuestión de minutos.
Cuando en Junio de 1976, el
Arzobispo Lefebvre estaba al borde de ordenar su primer gran grupo de
Sacerdotes de la FSPX a pesar de la desaprobación de Roma, un oficial romano
vino a prometerle el final de todos sus problemas con Roma si solamente él
celebraría un NOM. Basado en principios, por razones doctrinales, él se negó.
Entonces, ¿cómo puede Dios Omnipotente haber realizado milagros eucarísticos
con y por esta nueva Misa? Lean aquí, la próxima semana, una respuesta
sugerida.
Kyrie eleison.
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Nota del blog Non
Possumus: este
es el primero de una serie de tres Comentarios Eleison acerca de la Misa
Nueva. Monseñor dirá que no se puede negar la posibilidad de que alguna vez
ocurra un milagro en una Misa novus ordo, lo que, de suceder, no
implicaría, por cierto, una aprobación del rito nuevo por parte de
Dios. Antes nos hemos referido a esto:
Las palabras de
Monseñor (...):
(...)
Minuto 6:46 “Ha habido
milagros eucarísticos con la misa Novus Ordo”.
Acá los críticos
afirman implícitamente que en ninguna misa moderna puede haber algún milagro.
Se trata de una falacia lógica: M. Los milagros son obrados por el poder de
Dios para probar la verdad o bondad de algo. m. La misa nueva es mala. C.
Luego, no puede darse ningún milagro en una misa nueva. En cuanto a la menor,
distingo: que el rito de la misa celebrada conforme al Novus Ordo es algo malo,
concedo; que la misa nueva válidamente celebrada, en cuanto se verifica en ella
el Sacramento y existe verdadero Sacrificio eucarístico, es algo igualmente
malo, niego; quedando con eso destruida la falacia.
Un eventual milagro en
una misa nueva válidamente celebrada confirmaría, por ejemplo, la doctrina
católica acerca de presencia real de Cristo en las especies consagradas, no la
pretendida bondad del "rito bastardo".
Es más: la profecía es un milagro de orden intelectual. Caifás realmente profetizó, pero de ello no se sigue que Dios haya querido probar la bondad moral de este personaje mediante ese verdadero milagro.
Es más: la profecía es un milagro de orden intelectual. Caifás realmente profetizó, pero de ello no se sigue que Dios haya querido probar la bondad moral de este personaje mediante ese verdadero milagro.
(...)
Del "Breviario sobre la Hermandad San Pío X" (Seminario Holy Cross, 1998):
¿Por qué los católicos deben abstenerse de la Nueva Misa?
a) la crítica al “nuevo rito”(10) no puede ser una crítica a la misa en sí misma, pues ésta es el verdadero sacrificio de Nuestro Señor legado a su Iglesia, sino un examen sobre si se trata de un rito o ceremonial conveniente para encarnar y realizar este augusto sacrificio. (Nótese que la validez de una misa y la conveniencia de su rito son dos cuestiones diferentes, como resulta evidente en el caso de una misa negra.)
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10 Consideramos equivalentes las expresiones “nuevo rito”, “nueva Misa”, “Misa de Pablo VI”, “Novus Ordo Missae”, etc., en referencia a la reforma litúrgica de 1969.
10 Consideramos equivalentes las expresiones “nuevo rito”, “nueva Misa”, “Misa de Pablo VI”, “Novus Ordo Missae”, etc., en referencia a la reforma litúrgica de 1969.
Este
artículo trata sobre diversos milagros eucarísticos que tuvieron lugar
en un contexto gravemente pecaminoso. Es obvio que con esos milagros Dios no ha
querido aprobar profanaciones y sacrilegios en contra de la Eucaristía...