El folleto publicado por la
Neo-FSSPX, donde da cuenta del plan de obras de la nueva capilla y solicita
donativos para la construcción de la misma, informa también los nombres de los profesionales
contratados para concebir la misma. Son “el forjador Toni Marí” y el “arquitecto Da Esther Santos”. Veamos qué
información se obtiene de éstos en internet.
Folleto de la Neo-FSSPX.
Toni Marí tiene su propio sitio
web: http://www.tonimari.es/index.htm
además de Twitter Toni
Marí (@tonimariblasco) | Twitter, donde se encuentran imágenes como las
siguientes:
Una obra para el Rotary Club…seguramente del agrado
del rotario Bergoglio.
Un cura de la iglesia modernista bendice un bellísimo
maniquí de hierro. ¿Será la imagen de un ángel, un santo, un papa? Todo es
posible en la cabeza de esta gente…¿Veremos
prontamente a Monseñor Fellay, Tissier o de Galarreta haciendo lo mismo con el
adefesio de Madrid?
En tanto que en el sitio de Esther Santos
http://www.esthersantos.es/index.html
uno es recibido con una inquietante música de película de terror.
Nos
preguntamos cómo personas que no sólo no tienen sentido católico, sino que
además muestran irreverencia, provocación, fealdad e ideas progresistas fueron
convocadas para hacer una iglesia católica tradicional. No esperamos, desde ya,
ninguna respuesta por parte del obispo Monseñor de Galarreta.
BAILE DE MÁSCARAS
Primitivas. Una escultura de la Isla de Pascua, una
máscara precolombina, un maniquí de tienda de ropa, y…la Santísima
Virgen María según la Neo-FSSPX de España. Esta última ni siquiera
tiene boca como las otras, pero sigue esa “tradición” pre-cristiana, pagana, idolátrica, horrenda.
Recordemos algunos pasajes de la
INSTRUCCIÓN DE LA CONGREGACIÓN DEL
SANTO OFICIO SOBRE ARTE SACRO (Completo en este enlace
URBANO VIII dictó
normas particulares sobre el modo de llevar fielmente a la práctica las
prescripciones del Concilio tridentino en torno a las imágenes sagradas,
afirmando "... que lo que se expone a la vista de los fieles no debe
aparecer desordenado ni insólito, sino que debe fomentar la devoción y la
piedad..."
,,,palabras del beato Sumo
Pontífice Pio X al prescribir sabias normas sobre la música sagrada:
"Nada, pues, debe ocurrir en el templo que perturbe o aun solamente
disminuya la piedad y la devoción de los fieles; nada que dé motivo razonable
de disgusto o de escándalo; nada, especialmente, que... sea indigno de la casa
de oración y de la majestad de Dios."
...el Concilio tridentino,
en la sesión XXV, promulga leyes prudentísimas sobre la iconografía cristiana,
y en una severa exhortación a los Obispos termina con estas palabras:
"Finalmente, pongan en esto los Obispos tanta diligencia y cuidado, que no
se vea nada desordenado o mal y confusamente dispuesto, nada profano, nada
impropio, pues que a la casa de Dios conviene la santidad."
Encárguense las obras
de pintura, escultura y arquitectura sólo a aquellos artistas que aventajen a
los demás en pericia y que sean capaces de expresar la fe y piedad sincera, fin
de todo arte sagrado.
Digno de especial
mención es lo que se prescribe en el canon 1.261 (del Código de Derecho
canónico), según el cual los Ordinarios de lugar deben velar, "sobre todo,
a fin de que en el culto divino... no se admita nada que sea extraño a la fe o
esté en desacuerdo con la tradición eclesiástica", y en el canon 1.399, §
I2 según el cual "están prohibidas por el mismo Derecho... las imágenes,
en cualquier manera ejecutadas..., que se apartan del sentido y de las leyes de
la Iglesia".
También recientemente
la Sede Apostólica ha reprobado ciertas desviaciones y contaminaciones del arte
sagrado. Ni tiene ningún peso lo que algunos objetan: que hay que acomodar el
arte sagrado a las necesidades y circunstancias de los tiempos modernos. Pues
el arte sagrado, nacido con la comunidad cristiana, tiene sus propios fines, de
los cuales no se puede apartar nunca, y sus propios deberes, a los cuales nunca
puede faltar. Por eso Pío XI, de venerable memoria, en un discurso sobre el
arte sagrado que pronunció en la inauguración de la Pinacoteca Vaticana,
habiendo hecho mención de uno que llaman arte nuevo, añadió estas severas
palabras: "Por lo demás, lo hemos manifestado ya muchas veces a los
artistas y a los sagrados pastores : Nuestra esperanza, nuestro ardiente deseo,
nuestra voluntad no puede ser otra sino que se obedezca a las leyes canónicas,
claramente formuladas y aun sancionadas en el Código de Derecho Canónico; a
saber: que semejante arte no se admita en nuestras iglesias, y que, con mucha
mayor razón, no sea invitado a construirlas, a transformarlas, a decorarlas ;
aunque abrimos las puertas de par en par y darnos la más sincera bienvenida a
todo desarrollo sano y progresivo de las buenas y veneradas tradiciones, que,
en tantos siglos de vida cristiana, en tanta diversidad de ambientes y de
condiciones sociales y étnicas, han dado tantas pruebas de su inexhaurible
capacidad para inspirar formas nuevas y hermosas, siempre que se las ha
interrogado o estudiado o cultivado a la doble luz del genio y de la fe."
Comentario (fragmento) que acompaña a la “Instrucción
de la Congregación del Santo Oficio sobre Arte Sacro”:
Si sólo se tratase de presentar y decorar
magníficamente la casa de Dios, habría mucha libertad de acción; pero éste es
sólo un fin del arte religioso. El arte no entra en el templo para mero decoro;
debe cumplir, además, otra finalidad: ayudar a la fe y a la oración. Y para
cumplirlo, deberá evitar lo espectacular, lo truculento, lo que distraiga. "Nada
debe ocurrir en el templo que perturbe o aun solamente disminuya la piedad y la
devoción de los fieles". Así se comprende cómo ciertas formas, ciertos
estilos y tendencias, artísticamente indiscutibles, no sirven para el templo.
El arte sacro cumple con una misión educadora ante el pueblo cristiano:
contribuye a la instrucción de los fieles, les ayuda a rezar. Es conocida la
frase de SAN GREGORIO MAGNO: "Las pinturas murales de las iglesias son el
libro de los que no saben leer." Teniendo en cuenta esta función social
del arte sacro, evidentemente que no toda obra artística será apta para el
culto.
Prohibidas las imágenes deformes. No es la
novedad insólita lo más grave en la encrucijada de la plástica actual, sino la
aversión a los principios clásicos de belleza. Un realismo sin freno ha llevado
a algunos hasta lo grotesco y deforme: al feísmo o culto de lo feo. Toda
producción artística tiende a estilizar las cosas reales; por lo tanto, a
deformarlas en cierto modo; pero ahora se trata de la deformación como fin, a
plena conciencia. A fin de huir de lo tradicionalmente bonito y agradable (id
cuius apprehensio placet, de SANTO TOMÁS) se complacen en lo repulsivo y
alucinante, en lo concebido entre fiebres. Esta escuela ha hecho la apología
del arte negro, así como de cuanto sea barbarie y monstruosidad, y, cosa
curiosa, prosperó al amparo de una revista parisiense con nombre de monstruo:
"Minotaure'". ¡Qué lejos están de los postulados clásicos de belleza!
En vez del esplendor del orden o del esplendor de la forma, impera lo
desproporcionado y deforme. La Instrucción se apropia la frase que Pío XII dejó
en la Mediator Dei: "Por la conciencia de nuestro deber no podemos menos
de deplorar y reprobar aquellas imágenes y formas que algunos han introducido
recientemente; las cuales parecen ser deformaciones y depravaciones del arte
sano, y aun a veces abiertamente repugnan al decoro, a la modestia y a la
piedad cristiana y lamentablemente ofenden al genuino sentimiento religioso. A
tales obras hay que impedir absolutamente la entrada en nuestros templos y
desterrarlas de ellos, como "en general, todo lo que desdice de la
santidad del lugar". Lo deforme
es inadmisible, no sólo porque nunca podrá cumplir con el doble fin del arte sagrado,
sino porque dudamos seriamente que sea arte'.