Número CDXXXV (435)
14 de noviembre de 2015
Infieles
Rábidos
Mons.
Williamson
Cuando Europa tenía la fe podía
vencer a las hordas
Musulmanas, pero, ¿ahora? – unas
largas retiradas.
Ya que los vacilantes restos de Cristiandad enfrentan hoy
una invasión Musulmana organizada por los enemigos milenarios de Dios y hecha
posible por los miserables políticos y viles medios de las Naciones Occidentales,
está bien recordar cuántas veces en tiempos pasados la Cristiandad estuvo
amenazada por invasiones Musulmanas, y cómo la Cristiandad de ese entonces se
defendió volviendo a Dios. En el verano de 1683, un enorme ejército Musulmán de
algo así como 150 a 300 mil soldados, sitiaron Viena y amenazaron tragarse a
Europa desde el Sud-Este. Los Musulmanes incluso visualizaron capturar Roma
para gloria del Islam. Con la ayuda de un santo Capuchino, el Padre Marco d'Aviano, el Papa Inocencio XI tuvo éxito en organizar un ejército Cristiano de
varias naciones Europeas para socorrer a Viena. Esta es la oración del
Capuchino justo antes de la batalla:
“Oh Señor Dios de los Ejércitos, Contémplanos postrados a
los pies de Tu Majestad para obtener perdón por nuestros pecados. Bien
sabemos nosotros cómo hemos merecido que los infieles tomen las armas
para oprimirnos, porque las iniquidades cometidas por nosotros cada día
contra Tu bondad han provocado con justicia Tu ira. Oh gran Dios, de lo
profundo de nuestros corazones te pedimos que nos perdones; execramos al pecado
porque Tú lo aborreces; estamos afligidos porque hemos a menudo enojado
Tu suprema bondad. Por amor a Ti moriríamos mil veces antes que cometer el
menor acto que te desagrade. Ven en nuestra ayuda, oh Señor, con Tu gracia, y
no dejes que tus siervos rompan el pacto que hemos hecho contigo solamente. Ten
piedad de nosotros, ten piedad de Tu Iglesia que la furia y fuerza de los
infieles están incluso ahora preparándose para oprimir. Aún si es por
nuestra propia culpa que ellos han irrumpido en estas bellas y
cristianas regiones y aún si todos los males que vengan sobre nosotros no son más
que la consecuencia de nuestra propia maldad, aún así, sé propicio
hacia nosotros, oh Dios de toda bondad, y no desprecies el trabajo de Tus
propias manos. Recuerda cómo para salvarnos de la esclavitud de Satanás, Tú
derramaste toda Tu Preciosa Sangre.
“¿Dejarás que Ella sea hollada bajo los pies de estos
perros? ¿Puede ser que permitirás que la preciosa perla de la fe que Tú
buscaste con tanto celo y rescataste con tanto sufrimiento sea arrojada a estos
puercos para ser pisoteada? No te olvides, oh Señor, que si Tú dejas que los
infieles prevalezcan sobre nosotros, ellos blasfemarán Tu Santo Nombre y se
burlarán de Tu poder repitiendo mil veces, “¿Dónde está su Dios, el Dios que
fue impotente para salvarlos de nuestras manos?”. Que no se te eche en cara, oh
Señor, que Tú has cedido ante la furia de los lobos justo cuando nosotros te
invocábamos en nuestra miseria y angustia. Gran Dios de las batallas, ¡ven en
nuestra ayuda! Si Tú favoreces nuestra causa, los ejércitos de los infieles no
podrán dañarnos. ¡Dispersa a este pueblo que ha querido la guerra! Por nuestra
parte, no te pedimos más que estar en paz contigo, con nosotros mismos y con
nuestro prójimo…”
La oración continúa con el pedido para que los líderes y
soldados del ejército cristiano sean fortalecidos con la gracia de Dios, con el
espíritu y el coraje de los héroes del Antiguo Testamento, para así ellos poder
reducir a cero a los enemigos del nombre cristiano y manifestar el poder de
Dios. Que Dios contemple la fe, esperanza y caridad de los soldados cristianos.
En Su nombre, Marco los bendecirá en el camino de ellos a la batalla. Que Dios
contenga el brazo de Su ira en suspenso sobre todos ellos, y que Sus enemigos
sepan que no hay otro Dios más que Él. Como Moisés, Marco levantará sus brazos
para bendecir a los soldados cristianos. Que Dios les conceda a ellos la
victoria, y la ruina de los enemigos de Él y de ellos, Amén.
¡Cuán políticamente incorrecto! “Perros” y “puercos” – ¡Cuán
racista! ¡Intolerable! Pero el hecho es que Dios les concedió a los cristianos
una sensacional victoria que arrojó de vuelta a los Musulmanes por 300 años.
Ahora retornaron. Y, esta vez, no queda prácticamente ningún arrepentimiento
que sepa invocar a Dios Todopoderoso …
Kyrie eleison.