Nos dice Nuestro Señor en el
Evangelio de hoy: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de
ovejas pero por dentro son lobos rapaces.
Los cristianos son las ovejas. Dice
Santo Tomás (en la “Catena Aurea”) que el vestido
o disfraz de oveja es el catolicismo fingido, y que ninguna cosa hace tanto
daño al bien como la ficción, porque lo malo que se oculta con apariencia de
bueno, mientras el mal no se conoce, no se previene.
Por
su parte, dice San Pablo (Hch. 20, 29):
entrarán entre vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el
rebaño. Se refiere a los herejes.
En los siglos recientes la Iglesia padeció la acción de los herejes protestantes y actualmente, la de los herejes modernistas. Una diferencia interesante
entre ambas clases de herejes está en que los protestantes salen de la Iglesia, mientras que los modernistas se quedan dentro de ella,
envenenándola; pasando por pastores de las ovejas, cuando en
realidad son lobos. Los modernistas
inoculan actualmente en las almas el veneno en forma de ecumenismo, libertad religiosa, nueva Misa, nuevo Derecho
Canónico, nueva catequesis, nueva moral, nueva espiritualidad, y demás errores
provenientes, principalmente, del funesto Vaticano II.
Dice Cristo en el Evangelio de hoy: ¿Acaso
se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así todo árbol bueno da
buenos frutos; y todo árbol malo da malos frutos. No puede el árbol bueno dar
frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no lleva buen
fruto, será cortado y echado al fuego. Así, pues, por sus frutos los
conoceréis. Y así los frutos amargos de 50 años de modernismo triunfante
en la Iglesia son, entre otros, la sequía de vocaciones, la falta de respeto
generalizada para con las cosas santas, la caída estrepitosa de la práctica
religiosa, el libertinaje de los católicos, la generalización de una “desorientación
diabólica” (según decía Sor Lucía) y, en síntesis, la apostasía general
anunciada por San Pablo en la segunda epístola a los Tesalonicenses.
Pero sigamos citando otras advertencias bíblicas acerca de los lobos
con piel de oveja:
San Pedro dice (2 Ped.): habrá entre vosotros [entre los católicos] falsos maestros que introducirán herejías
perniciosas… Muchos los seguirán en su libertinaje y, por causa de ellos, el
Camino de la verdad [la Iglesia] será
difamado… Es interesante que diga que muchos seguirán en su libertinaje a los herejes y describa a
éstos como libertinos. Es que los
herejes suelen ser libertinos. En la historia, la herejía normalmente va acompañada de muchos pecados de impureza,
sobre todo de la que es contra la naturaleza. Y, en efecto, vemos que muchos,
muchísimos modernistas son sodomitas. Decimos que la Iglesia está ocupada
por los modernistas, pero también hay que reconocer que está ocupada por los
homosexuales. ¿Por qué en los ambientes antiliberales normalmente no se habla
de este gravísimo problema, de esta terrible plaga que azota a la Iglesia desde
el Vaticano II? Misterio. Lo que no es un misterio es que los homosexuales
están conquistando la Iglesia y el mundo entero.
Sigo citando a San Pedro: … tienen por felicidad el placer de un día;
hombres manchados e infames, que se entregan de lleno a los placeres… no se
sacian del pecado, seducen a las almas débiles… ¡hijos de maldición! … seducen
con las pasiones de la carne y el libertinaje a los que acaban de alejarse de
los que viven en el error. Habla, en
particular, del clero sodomita. En la Sagrada Escritura la sodomía se presenta como una consecuencia de un
rechazo de Dios. Existe un vínculo particular entre este pecado y el demonio,
de quien proviene. La sodomía es uno de los pocos pecados que claman al Cielo y los
homosexuales son llamados en la Biblia “hijos del diablo”.
San Judas: Se han introducido solapadamente algunos que
hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que
convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y… manchan la carne… y se
corrompen… como animales irracionales… En cambio vosotros… acordaos de las
predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos os
decían: Al fin de los tiempos aparecerán hombres engañadores que vivirán según
sus malvados deseos. Estos son los que crean divisiones, viven una vida animal
sin tener el Espíritu de Dios.
En muchísimos seminarios,
monasterios y conventos, sólo se acepta a sodomitas. En la diócesis de Cali,
Colombia, se hizo hace unos 10 años, una encuesta entre los seminaristas: el
60% se declaró homosexual y el 20% dijo no tener clara su “orientación” en esta
materia. La Iglesia está tomada por los herejes modernistas pero también por la
mafia sodomita. Durante la época de Pablo VI y Juan Pablo II los seminarios y
conventos han recibido a legiones de homosexuales. En el año 2005, Benedicto
XVI dictó ciertas normas en un intento infructuoso por frenar esta invasión.
Fuimos advertidos por estas proféticas palabras de Nuestra Señora en la
Salette: muchos conventos ya no
son la casa de Dios, sino establos de Asmodeo y de los suyos. Asmodeo es el demonio de la lujuria. Gracias al diablo y su Vaticano II, y gracias a los herejes
modernistas, la Iglesia (el clero católico) se ha convertido en Sodoma. Y como en el caso de
Sodoma, esto lo arreglará sólo Dios, y no mediante comisiones y conversaciones.
Que por la intercesión de
nuestra Madre Purísima, Dios libre pronto a su Iglesia del tumor maligno
sodomita.