La iglesia conciliar con la que Monseñor Fellay quiere reconciliarnos. |
Mucho
ha sido dicho ya sobre el GREC, club de encuentros entre católicos modernistas
y la FSSPX y que ha preparado la adhesión de la FSSPX a Roma en 2012. Sin
embargo, ciertos lectores todavía no están convencidos de la nocividad de estas
tratativas y no ven mal en discutir teología en torno a buffet en la casa de la
señora Pérol. ¿Qué tiene de
malo? ¿No hay que dar testimonio y convertir? ¿No
es un asunto que algunos ponen en relieve para desacreditar a la FSSPPX?
Para
responder a estas legítimas objeciones, es mejor ir a la fuente. Evocaremos el
libro del Padre Michel Lelong, Por la necesaria reconciliación,
libro que da la palabra a numerosos participantes y nos da información
preciosa. Aunque no estamos de acuerdo con el padre Lelong, le agradecemos
estas informaciones y constatamos, una vez más, que la FSSPX ya no informa a
los fieles, los cuales, en la delicada situación de desobediencia a Roma donde
se encuentran, deben ser informados de las evoluciones doctrinales y prácticas
a fin de adoptar una actitud idónea, en conciencia y con todo el conocimiento
de causa.
1)
Las experiencias ecumenistas del Vaticano son adoptadas por los participantes
del GREC.
● El progreso hacia la unidad.
● El progreso hacia la unidad.
El
concilio Vaticano II llamó a sobrepasar las nociones de dogmas, de herejía y
participar en el diálogo con nuestros “hermanos separados” para progresar hacia
la unidad, considerando lo que nos une más que lo que nos divide. El Padre
Lelong, comprometido con el diálogo con el Islam y principal animador del GREC,
pone explícitamente los encuentros con la FSSPX bajo estos auspicios. Se trata
de adoptar el mismo espíritu con la FSSPX que con el diálogo inter-religioso: “A
este respecto, conviene estar tan atentos al diálogo entre Católicos como al
diálogo al que nos llama el Vaticano II con los ortodoxos, los protestantes,
los Judíos, los agnósticos,…” (pág. 18).
El
Padre Laurent-Marie Pocquet de Haut-Jussé, participante activo del GREC,
propone aplicar al GREC la « metodología presentada por el decreto
conciliar Unitatis redintegratio sobre la restauración de la plena
unidad entre todos los cristianos: diálogo profundo, encuentros fraternales en
un clima pacífico y confiable, jerarquía de verdades, (…) (para la) reconciliación,
poniendo empeño de exigir lo que es absolutamente indispensable respecto de la
profesión común de la fe”.
Los
partidarios tradicionalistas del GREC aceptaron por definición el jugar el
juego, aceptaron los fundamentos implícitos de este club informal que se niega
a hacer la distinción entre los términos “católico” y “católico conciliar
hereje”: “Se manifiesta un progreso en el seno del GREC en el sentido que
indica la cuarta letra de su sigla. La inicial C, en efecto, designa a sus
participantes como considerándose todos Católicos. Y de este hecho, ellos se
muestran de manera general, cada vez más sensibles a lo que tienen en común con
todos los verdaderos Católicos. Esto supera poco a poco lo que
enoja. A partir de allí, es deseable que, tanto de una parte como de otra, se
tenga empeño de pasar al segundo plano las posiciones personales o
partidarias (…).
El
Grec proporciona un progreso hacia la unidad, por lo que aporta
cada uno - de dondequiera que venga – sobre el fondo plena y totalmente
católico que lleva con él. Lo que depende de su propio fondo o del partido al
cual pertenece, no es sin valor, pero no debe estar colocado sobre el mismo
plano.
●
La adhesión de la FSSPX a Roma.
Este
es el objetivo oficial reconocido por el GREC. Como le escribió el Padre Lelong
a Monseñor Fellay: “Es así, pensamos que podemos, a nuestro modesto
nivel, contribuir a preparar el día tan esperado, tan esperado, donde la FSSPX
podrá reencontrar su lugar en el seno de la Iglesia, donde ella tiene tanto que
aportar en los dominios teológicos y litúrgicos”.
Este
es “el camino de la reconciliación” que preconizó
el embajador Pérol en su testamento espiritual, guía de actuación del GREC
implementado por su esposa después de su muerte.
(Continúa.)