IV. LA
DOBLE RESPUESTA DE LA FRATERNIDAD (30 de noviembre de 2011 y 12 de
enero de 2012)
El
7 de octubre de 2011, Monseñor Fellay, viendo la
importancia del momento y queriendo hacer el consenso en la
Fraternidad sobre la respuesta que se daría al Cardenal Levada, decidió
consultar a los superiores mayores y a los obispos durante una
reunión realizada en Albano-Laziale (Italia).
Sin
embargo, Monseñor Fellay decidió excluir injustamente a Monseñor
Williamson de esta reunión, porque él se negó a prometer el silencio
sobre el tenor del texto de Roma y se negó a suspender la publicación de los Comentarios
Eleison, pudiendo ser el obstáculo mayor para un compromiso
con Roma. Además, nos preguntamos cómo Monseñor Fellay logró que se avalara
esta exclusión injusta…
Los
superiores presentes, después de haber tomado conocimiento del texto del Preámbulo, decidieron dejar
a Monseñor Fellay la redacción de la respuesta que se daría al
Cardenal Levada.
Monseñor
de Galarreta nos da un buen resumen de lo que
fue discutido en esta reunión cuando dijo que las ofertas de Roma son “confusas,
equívocas, falsas y perversas en lo esencial”, y que
el Preámbulo doctrinal es “peor que el Protocolo de
1988 en particular respecto al Concilio y al magisterio
pos-conciliar”. Él afirmó también que continuar con los contactos “necesariamente
engendrará males para el bien común que nosotros poseemos,
para la Fraternidad y para la familia de la Tradición” (7 de octubre
de 2011).
Pero
el contenido del Preámbulo del Cardenal Levada y la respuesta que se daría
fueron rodeados de tanto misterio, que fueron mantenidos secretos
para la mayoría de los miembros de la Fraternidad durante más de
un año, lo que no contribuyó a conservar la confianza hacia los
superiores… La mayoría de estos documentos (pero no todos)
finalmente fueron publicados en los Cor unum 103 y 104 cuando
el texto de la Declaración Doctrinal del 15 de abril de 2012 fue “filtrado” en
internet.
Es
bueno recordar que, contrariamente a esta manera de actuar,
Monseñor Lefebvre no dejaba en el « misterio » los documentos
intercambiados con Roma. A veces los abría delante de los seminaristas de
Ecône, como lo hizo durante una conferencia espiritual con una carta de Paulo
VI.
La
respuesta de la Fraternidad fue doble:
- Una primera
respuesta corta, el 30 de noviembre de 2011;
- Una segunda
respuesta más larga, el 12 de enero de 2012, luego de la
solicitud de un “complemento de información” por
Monseñor Pozzo, secretario de la Comisión Ecclesia Dei adflicta. Cor
unum no publicó esta carta de Monseñor Pozzo.
1. Primera
respuesta con proposición de un nuevo Preámbulo doctrinal (PD2), el 30 de
noviembre de 2011.
Esta
respuesta estaba compuesta de dos partes:
- Una Nota
preliminar;
- Un nuevo
Preámbulo doctrinal.
La
respuesta de la Fraternidad el 30 de noviembre de 2011, contenía en
su mayoría buenos pasajes en la línea de Monseñor Lefebvre después de 1988,
pero comenzó a hacer concesiones y ambigüedades:
vamos a ver que faltan dos elementos importantes y que un elemento inaceptable
fue introducido.
A.
La Nota Preliminar.
Después
de recordar las discusiones teológicas con Roma en el
2009-2011, la Nota de Monseñor Fellay precisa que estas
conversaciones:
"Han
puesto de manifiesto diferencias de posición importantes con
respecto a la recepción del Concilio Vaticano II y del Magisterio
post-conciliar. Estas diferencias no podían y no pueden ser
superadas con el argumento de la hermenéutica de la continuidad. Hay algunas rupturas que
son demasiado obvias. "
Enseguida,
la Nota recuerda que:
« La
Fraternidad San Pío X confiesa la fe católica plena, y no tiende más que a profesarla
integralmente y a vivirla”.
Ella
recuerda también los principales errores conciliares : la
libertad religiosa, la negación de la unicidad y de la exclusividad de la
Iglesia, el secularismo, el ecumenismo, el sacerdocio universal de los fieles.
Más
adelante, el rechazo del nuevo Código de derecho canónico está
claramente expresado a causa de las mismas ambigüedades que en el concilio y
se pide guardar el antiguo Código de 1917.
Sobre
la Nueva misa, admite su validez sacramental, como
lo dijo también Monseñor Lefebvre, dice de esta misa que:
« Nosotros
vemos allí un mal por sus deficiencias,
que explican por ellas mismas en gran parte el desastre litúrgico”.
Todo
esto corroborado por una cita bien conocida del Breve examen crítico
de los cardenales Ottaviani y Bacci.
Y
en cuanto a la posible normalización canónica de la
Fraternidad:
« Esta
debe permitir, sin ambigüedad, el continuar nuestra vida y nuestro
apostolado, como lo hemos hecho hasta el presente”.
La
Nota agrega en seguida una cita de la famosa Declaración de Monseñor
Lefebvre, del 21 de noviembre de 1974.
La conclusión de
la respuesta se encuentra en el 5° párrafo:
« Es
por eso que nos es imposible adherirnos al texto del Preámbulo
doctrinal tal como nos ha sido entregado. Su aceptación implicaría para
nosotros una ambigüedad nefasta y sembraría la confusión entre
los miembros de la Fraternidad, así como entre los miembros que se han confiado
a ella. Queremos permanecer fieles al carisma de nuestra fundación a cualquier
precio, nombrando los errores por su nombre y preservando la unidad en nuestras
propias filas, para así servir mejor a la Iglesia”.
Por
lo tanto, Monseñor Fellay rechaza abiertamente el PD1 pues es gravemente
inaceptable en conciencia.
Sin
embargo, nosotros notamos dos omisiones creando una ambigüedad:
En
la respuesta de Monseñor Fellay, no trata en ella más que la nueva
misa. Omite hablar de los nuevos sacramentos. A propósito
de la Misa, se refiere solamente a la aceptación de la validez en
la celebración. La cuestión tan importante de la legitimidad de
su promulgación es eludida.
B.
El Preámbulo Doctrinal 2 (PD2).
Monseñor
Fellay propone, a cambio del PD1, su propio documento, el Preámbulo
(PD2), que es muy corto:
(1) Profesión
[de fe] del Concilio de Trento;
O
(2) Profesión
del Concilio de Trento y la aceptación de la Constitución dogmática Pastor
aeternus del Concilio Vaticano I, así como el n°25 de la
Constitución Lumen gentium, con la indicación de que
todos los textos del Concilio Vaticano II deben ser comprendidos según el
juramento antimodernista eodem sensu eademque semper sententiam ab
apostolis per orthodoxos patres ad nos usque transmissam, lo que
necesitaría la reformulación de ciertos textos del Concilio Vaticano II.
a. La
Profesión de Fe del Concilio de Trento (o de Pio
IV, llamada más tarde del Concilio Vaticano I) fue hasta 1989
la profesión de fe oficial en la Iglesia, nada más natural que
invocarla.
b. La Constitución dogmática Pastor
Aeternus
Este documento capital del
Concilio Vaticano I es una buena referencia en la medida que ésta precise
también los límites y condiciones de la infalibilidad del
Papa.
c. El
n°25 de la Constitución dogmática Lumen gentium
Es
la única cita tomada del Preámbulo doctrinal (PD1) del
Cardenal Levada.
Este
texto de Lumen gentium del Concilio Vaticano II, pertenece al
Capítulo III de la Constitución jerárquica y el episcopado, trata
de La función de enseñanza de los obispos, y dice así:
« Este
asentimiento religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha
de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun
cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con
reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión a
sus afirmaciones, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige
principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea
por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por
la forma de decirlo”.
Más
adelante mostraremos, en la segunda parte, por qué este pasaje
de Lumen gentium es inaceptable.
Continuará...