Número
CCCXIV (314)
20
de Julio de 2013
PRONÓSTICO A LARGO PLAZO
Mons.
Williamson
Hace
casi 20 años, un cierto obispo de la Fraternidad San Pío X demostró que era
posible pronosticar la traición a la FSPX tal como el Arzobispo Lefebvre la
fundó, la cual dicha traición casi ocurrió en el 2009 y 2012 y todavía corre el
riesgo de ocurrir. Perturbado por la auto-admiración y por la carencia de
seriedad que este obispo había observado en el Capítulo General que recién
había tenido lugar, he aquí un resumen (con unas citas directas) de lo que él
dijo en la casa de la Fraternidad en Le Brémien, Francia, el 17 de Julio de
1994 (vean en Internet: Un évêque s’est levé le Brémien, para encontrar el
texto original en Francés):
Sería
agradable poder decir que en la FSPX estamos abriendo casas por todos lados, estamos
edificando, estamos ingresando en nuevos países, tenemos vocaciones, que todos
somos agradables y dulces y jóvenes y entusiastas, que tenemos cuatro obispos,
y así sucesivamente. “Pero, ¿por qué la FSPX debería tener una protección
especial contra las fuerzas hoy día desatadas que han arrastrado consigo a
miles de excelentes obispos y sacerdotes de la Iglesia oficial? (...) ¿Cuáles
son las cualidades de la Fraternidad, quiénes son sus garantes? La garantía es:
Juventud. Oh sí, la juventud es agradable, bien guapa, físicamente fuerte,
pero, ¿dónde se encuentra allí la edad, la experiencia y la sabiduría de los
años? ¿Cómo puede esperarse que la juventud sea sabia?
En
los años 1950 y 1960 la Iglesia parecía gozar de buena salud resistiendo
heroicamente la arremetida del mundo post-guerra. En Inglaterra y Estados
Unidos, había cada año inmensos números de conversiones, de manera que uno
podía pensar que el mundo estaba a punto de convertirse a la Fe católica. Pero,
¿qué pasó? Exactamente lo opuesto. Con el Vaticano II, la Verdad dejó de pelear
y la Iglesia Católica se rindió al mundo moderno.
Entonces,
déjenme darles un escenario paralelo para la Fraternidad. En los años 1990 esta
amorosa Fraternidadita con todos sus maravillosos sacerdotitos está heroicamente
resistiendo a los fracasos y traiciones de la Iglesia oficial. Hay
conversiones, y las personas están tomando conciencia que la Iglesia nueva es
falsa y que no funciona. Pero justo cuando la Iglesia oficial parece estar a
punto de rendirse, ¿qué podríamos ver? Yo no digo que lo veremos, sino ¿qué
podríamos ver? La Fraternidad rindiéndose y pasándose a la Iglesia oficial. Si
la Iglesia Universal puede colapsar, ¿por qué no, con más razón aún, una
Fraternidadita ?
Y,
he aquí otra consideración. Antes del Vaticano II cada Orden y Fraternidad
católicos tenían por encima de ellos a las Congregaciones de la Curia Romana de
manera que “si algo salió mal en una Fraternidad, sin excluir el malogro por
parte de sus líderes, siempre algo humanamente posible, entonces uno siempre
podía apelar a Roma y Roma podía intervenir.” En tiempos pasados generalmente
intervenía para lo mejor mientras que hoy día ella generalmente interviene para
lo peor, entonces ahora “es mejor no estar bajo Roma, pero, ¡estar en estado de
alerta! Hay un precio que pagar, a saber, que no hay nadie por encima nuestro,
y, entonces, ¡nuestro Consejo Generalito, nuestro Superior-Generalito, son el
techo! ¡Peligro!”. La Fraternidad está devuelta a sus propios recursos. Ahora
bien, el Arzobispo Lefebvre tenía 65 años cuando fundó la Fraternidad. Pero,
¿cuántos hombres de edad madura con larga experiencia tiene la Fraternidad en
1994?
Brevemente,
¿por qué la Fraternidad debe ser librada de los problemas de la Iglesia
Universal? Yo no quiero que la Fraternidad se rompa y, por favor Dios, yo no
haré nada para ayudarla a que pueda llevarla a eso, pero solamente puedo decir
que no me sorprendería si, en realidad, se rompía. Dios puede preservarla, pero
El también puede permitir que siga el camino de todo lo que es humano para que
nos demos cuenta de cuán poquito somos capaces de hacer por nosotros mismos.
Precisamos sabiduría y ayuda especial de Dios.
Kyrie
eleison.