«Como
San Francisco, Bergoglio reconstruye la Iglesia»
LEONARDO
BOFF
Entrevista
con el ex-franciscano Leonardo Boff, una de las voces de la teología de la
liberación latinoamericana, sobre el viaje brasileño de Papa Francisco
ANDREA
TORNIELLI
RIO
DE JANEIRO
«Tres
semanas antes de la elección de Bergoglio escribí en Twitter: “el futuro Papa
será Francisco, porque como hizo el Santo de Asís, sirve quien reconstruya a la
Iglesia que ha perdido su credibilidad...”». Leonardo Boff ya no lleva el
hábito; desde las diferencias con Roma que nacieron con sus posturas teológicas
dejó la orden franciscana y se casó. Pero la barba, blanquísima, sigue siendo
la misma de cuando era fraile. El teólogo de la liberación a quien Joseph
Ratzinger no logró “suavizar” habla con “La Stampa” sobre el viaje brasileño
del primer Papa latinoamericano de la historia.
¿Le sorprendió cómo
recibió a Francisco la multitud de Río de Janeiro?
No,
es un entusiasmo que se debe a su sencillez, a que vino sin un gran aparato de
seguridad, a que recorrió las calles de la ciudad en un coche sencillo y con
las ventanillas siempre abiertas, a que se dejaba alcanzar y tocar por la
gente, a que se detenía a besar a los niños. Se ve que es un pastor, un obispo
que está en medio de su pueblo. No es un monarca.
Francisco quiso
comenzar su viaje con una visita al Santuario de Aparecida. ¿Por qué?
Porque
aquí, en 2007, los obispos latinoamericanos publicaron un documento que vuelve
a dar espacio a los pobres y afirma que ciertos métodos para evangelizar son
viejos y deben ser cambiados. Se necesitan pastores que tengan el olor de las
ovejas, más que el perfume de las flores de los altares.
Francisco demuestra que
tiene una gran devoción mariana y una enorme atención por la piedad popular. No
parecen aspectos tan cercanos a la sensibilidad progresista...
Por
el contrario, lo son; son muy cercanos a
la teología de la liberación. En Argentina esta se desarrolló
particularmente como teología del pueblo, y la sacaba adelante el jesuita Juan
Carlos Scannone, que fue maestro de Bergoglio. El Papa no está alejado de esta teología. No es una devoción
popular “pietística”, sino una devoción que conserva la identidad del pueblo y
se compromete por la justicia social.
El Papa, a menudo,
habla de los pobres y en el hospital de Río volvió a decir que ir hacia los
pobres significaba tocar «la carne de Cristo». ¿Qué significa?
El
pobre es el verdadero representante de Cristo; en cierto sentido el pobre es el verdadero “Papa”, y Cristo sigue
crucificado en el cuerpo de los condenados de la tierra. Cristo está
crucificado en los crucificados de la historia.
¿Qué cambia en la
Iglesia con la llegada de Papa Francisco?
Creo
que cambiará mucho. Francisco no
está reformando solo la Curia, está
reformando el Papado. Insistir en que es obispo de Roma, haber dejado el
palacio para vivir en la residencia de Santa Marta, significa ir hacia el
mundo. El Papa explica que prefiere una Iglesia accidentada pero que salga a la
calle, más que una Iglesia asfixiada y encerrada en el templo. Ahora se siente
que la Iglesia es una hoguera de esperanza y no una fortaleza asediada, siempre
en polémica con la modernidad o una aduana que vigila y regula la fe en lugar
de facilitarla.
"El pobre es el verdadero Papa". Esa es la reforma del Papado que Boff sostiene está haciendo Francisco. |
Hay algunos que dicen
que está desacralizando el papado...
No,
no lo está desacralizando, lo presenta
en su verdadera dimensión evangélica. Es el sucesor de Pedro y Pedro era un
simple pescador. Hay que combatir la “papolatría” que hemos visto en las
últimas décadas. Los cardenales no son los príncipes de la Iglesia, sino
siervos del pueblo de Dios. Los obispos deben participar en la vida de la
gente. Y el Papa no se siente un monarca. Incluso frente a la presidenta de
Brasil, dijo: «Vengo aquí como obispo de Roma», es decir como aquel que preside la Iglesia en la caridad y no en el derecho
canónico.
¿Qué provocará en
Brasil y en América Latina un Papa latinoamericano?
Creo
que Francisco se da cuenta de que el poder debe escuchar a los pobres, debe
escuchar a los jóvenes que protestan por las calles. Su insistencia sobre la
justicia social puede ayudar a las democracias latinoamericanas y favorecer una
mayor participación. La nuestra, en Brasil, es una democracia de baja
intensidad: el Papa llama a los políticos a ser verdaderos siervos del pueblo.
¿Se ha arrepentido por
haber dejado el hábito Franciscano?
No,
porque dejé el hábito pero conservé el espíritu y me sigo sintiendo
franciscano: trabajo por la salvaguardia de la creación y para que en esta
nuestra tierra nos sintamos todos hermanos y hermanas.