domingo, 28 de julio de 2013

SIGUEN LOS APOYOS A FRANCISCO


Notoria es la remera que lleva puesta (a veces se cubren) la actriz: todo masónico: el triángulo invertido, el fondo blanco y negro y el ojo que todo lo ve. Encima, una cruz (¡!)


Cierta vez la señora que ostenta el cargo de presidente de la maltrecha Argentina, Cristina “viuda negra” de Kirchner,  asoció la palabra “mesura” con “censura”, vaya uno a saber por qué. Menos desubicado es recordar que la palabra actriz rima con meretriz, para decirlo un poco en general y advirtiendo los espectáculos que se producen en estos tiempos de debacle artística y moral sin precedentes. Y hoy día abundan las actorzuelas que luego de vender sus carnes multimediáticamente se arropan de ideologías de prensa comprada para salir a hablar cual si fueran intelectuales de fuste cuyas reflexiones merecen la mayor de las consideraciones. Una de esas féminas desvergonzadas y promotoras de cuanta causa criminal y anticristiana encuentran a su paso, siempre adornadas de billetera tan gruesa como sus traseros, es esta Florencia Peña, que destaca, en el diario de capital judío “Tiempo Argentino”, algo bueno que encuentra en el Papa (http://tiempo.infonews.com/2013/03/31/espectaculos-99204-el-humor-es-esencial-para-el-ser-humano.php).


–En lo personal, ¿vos cómo lo tomaste? (el fervor por el Papa)
–No salí a festejarlo, lo miré con cautela. No creo en la institución de la Iglesia, pero sí creo en la libertad de creer en la religión que cada uno quiera. En mi caso soy una descreída de la institución desde hace muchos años, creo que se ha quedado muy lejos de las necesidades de la gente y el último ejemplo es lo que pasó con el matrimonio igualitario. Entonces, como descreo en la institución me cuesta creer en el Papa. Más allá de mis pensamientos particulares respecto a Bergoglio, creo que hay algo bueno que está sucediendo y es que él decidió ponerse en un lugar más de cura tercermundista que de cura ortodoxo. Y eso me gusta, me parece interesante.