Entre chistes propios de un casquivano (“El papa es argentino y Dios es brasileño”) y comentarios sobre el clima, Francisco comienza una charla televisiva en la que luego se despacha con un discurso humanista, inmanente, pluralista, donde dice cosas gravísimas y deja en claro que sigue un programa masónico aberrante para licuar (eso que les ha pedido a los jóvenes que no hagan) la Religión católica. “La utopía es respirar y mirar adelante” dirá en algún momento. Y cerca del final, de su boca saldrá algo tremendo para quien se supone que es el sucesor de Pedro, y con lo cual delata que no es otra cosa que un enemigo –consciente o no- de la Iglesia católica:
“Si
la educación de un chico se la dan los católicos, los protestantes, los
ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa. A mí me interesa que lo eduquen y
que le quiten el hambre. En eso tenemos que ponernos de acuerdo”
Debajo
puede verse la entrevista completa de la televisión brasileña, que se inicia
con otro signo impresionante, muy notorio para nosotros pero que para los no
avisados podrá pasar desapercibido. Incluimos las fotos del mismo: se inicia la
entrevista con un plano cercano de la cara de Francisco, y de uno de sus ojos
emerge el logo televisivo del canal Globo, que no es otra cosa que un ojo. Ese
solo ojo, que es un símbolo masónico, es hecho coincidir con el ojo de Francisco,
evidentemente no de casualidad sino como una verdadera señal de pertenencia –formal
o no- al ideario masónico, que Bergoglio está llevando a la práctica y por lo
cual los medios de difusión del mundo lo aplauden alborozados.