.jpg)
Así
se titula un libro reciente sobre Francisco, cuyo autor se llama Omar Bello, el
cual firma una nota de tapa de la Revista Noticias del 20 de julio. El artículo
no varía de los cientos o miles que se vienen escribiendo laudatoriamente por
la prensa del Mundo sobre Bergoglio, por lo cual no lo citaríamos si no fuera
porque contiene algunos datos y menciones que llaman la atención. Se refieren a
situaciones de intimidad que parecen detalles bastante significativos para
descubrir un poco más de los planes o el modus
operandi del “Che” Papa Bergoglio. Aquí algunos párrafos:
“En
su obsesión por el contacto con la gente, hay testigos que lo vieron disfrazado
con sobretodo en plena Plaza San Pedro preguntando cuanto salen las estampillas
y otras bijouteries que se venden ahí (imaginen la cara de los vendedores).”
“Para
hacer todo lo que quiero me quedan cuatro años”, le susurró, hace unos días, a
uno de sus colaboradores más cercanos en esos raros momentos en los que se
confiesa frente a alguien sin apelar a las metáforas. (…) Si Dios dispone otra
cosa así será, pero ese es el plazo para el que me estoy preparando”, siguió
ante la mirada de su amigo que, por supuesto, trató de distraerlo de semejante
fijación temporal”.
“¿Qué
puede esperarse en términos dogmáticos? “Hace rato que vengo pensando en un
sínodo de Obispos”, dice y así tira por tierra las especulaciones sobre un
nuevo concilio. “En realidad lo que debemos hacer es poner en práctica el
Concilio Vaticano II que, por una cosa o por otra, nunca se aplicó. Eso es lo
que más me preocupa”.
“…quiere
quedar en la historia como el hombre que “salvó” a la Iglesia Católica de un
derrape que muchos veían como seguro y, lo que es peor, cercano”.
