Respecto del papa y de la
jerarquía, ¿debemos adoptar una actitud de defensa pasiva esforzándonos por
conservar la Tradición y contentándonos con emitir algunas observaciones
respetuosas y discretas, o hay que ser más ofensivos?
CUANDO LA
FE está en peligro, tenemos el deber de hablar para salvaguardar el bien común
de la Iglesia. Monseñor Lefebvre supo practicar la ofensiva: por sus palabras
(por ejemplo su Declaración del 21 de Noviembre de 1974, su conferencia de
prensa de diciembre de 1983, sus sermones del 29 de junio en Ecône, etc.) y
sobre todo por sus acciones, continuando con la ordenación de sacerdotes y
consagrando obispos a pesar de la prohibición de la Roma conciliar. Es verdad
que desde hace algún tiempo, este espíritu de combate ha disminuido bastante y
esto se muestra muy dañino: los fieles son cada vez menos firmes, y la Roma
conciliar es cada vez más emprendedora para erosionar y hacer caer la
resistencia católica. Hay que mantener la ofensiva.
(De la “Carta
trimestral de los dominicos de Avrillé Nº 64, Diciembre 2012 /Enero 2013”)